Tomado de:
http://www.vanguardia.com/economia/local/95068-peligros-del-cianuro-y-la-mineria-de-oro
Publicada por
Christian Kennedy
Jueves 03 de Marzo de 2011 - 06:33 PM
Este periódico nos dio la crónica de los manifestantes que marcharon el pasado 25 de febrero en contra del proyecto minero del Páramo de Santurbán. Tienen los santandereanos que lograr frustrar por completo cualquier intento de conceder licencia de operación o apertura de la mina, por el bien de Bucaramanga y sus habitantes.
En las minas de oro industriales, el proceso normal para el manejo de residuos mineros como el cianuro y los metales pesados es almacenarlos en represas con el fin de encerrar por siglos estos venenos de suma toxicidad y peligro para los seres humanos. Los portavoces de Greystar pueden decir a la población bumanguesa que la compañía cumplirá con los estándares existentes para el medio ambiente. Sin lugar a dudas es lo que piensan hacer. Lo que no pueden dar es seguridad o garantía de que cianuro y residuos tóxicos jamás vayan a contaminar las fuentes de agua potable de Bucaramanga y el área metropolitana.
Un desastre ambiental de proporciones históricas seguiría a cualquier falla de ingeniería de represas o embalses conectada con el proyecto de Santurbán y los afectados sufrirían las consecuencias por largo tiempo. Ni el sistema judicial ni la sociedad en otros países han logrado crear antídotos a la destrucción y pérdidas de vidas humanas en casos de contaminación ambiental. Mi experiencia como testigo de un desastre ambiental, minero me insta a hacer estas declaraciones.
En Agosto del 1995, colapsó la represa para residuos mineros de la compañía Omai Gold Mine en Guyana, país donde trabajaba yo en ese entonces. Omai Gold Mine era operada por una compañía canadiense que además fue accionista mayoritario. La fallada represa soltó a la cuenca del Río Essequibo, según cálculos expertos, más de tres mil millones de litros de residuos mineros sumamente tóxicos, entre ellos cianuro y metales pesados. La zona de mortandad total se extendió centenares de metros río abajo de la represa. Aunque la destrucción fue total para la vida acuática en la zona, afortunadamente no había ningún asentamiento de población en la cercanía, y no hubo efectos inmediatos ni perceptibles en la vida humana. Después de una década, sin embargo, 23,000 guyaneses considerándose afectados por el derrame de residuos mineros tóxicos, no encontraron compensación ni justicia en las cortes del Canadá ni en las cortes de Guyana.
Cuando Guyana tuvo que afrontar las secuelas ambientales del desastre de Omai Gold Mine, ese país disponía de tres ventajas de las cuales no gozan Bucaramanga y Santander en el caso de que fallaran las obras de ingeniería en la represa de una mina de oro industrial en el Páramo de Santurbán.
La primera ventaja de Guyana fue el mismo Río Essequibo, cuyo caudal sobrepasa en mucho el de todo río en Colombia, salvo tal vez el Magdalena y el Amazonas. Ningún rio en el interior de Santander podría diluir una concentración accidental de cianuro como lo hizo el Essequibo en 1995.
Para tener una idea del tamaño de ese río, hay que recordar que tiene en medio de sus aguas una isla mayor que Barbados.
La segunda ventaja de Guyana ante el desastre de Omai Gold Mine es que poca gente vivía en la cercanía del área de la tragedia. Toda Guyana tenía poco más de 500,000 habitantes. Hoy en día el área metropolitana de Bucaramanga tiene, según entiendo, mas de 1,200,000 habitantes.
La tercera ventaja es que Guyana tiene poca actividad sísmica. Los que viven, o en mi caso vivíamos en Bucaramanga, sabemos que casi a diario hay temblores y que estamos en una de las franjas con mayor actividad sísmica del país. Eso quiere decir que las obras de ingeniería ambiental tienen mayor riesgo de fallar aquí que en regiones con el suelo más estable.
Los riesgos creados por el proyecto minero y el rechazo ciudadano deberían ser suficientes para detener en forma definitiva la expedición de permisos mineros de cualquier índole en el Páramo de Santurbán. Otra posible amenaza para Bucaramanga viene a la mente. El invierno reciente dejó en toda Colombia inundaciones sin precedentes. Si la mina de oro en Santurbán comienza operaciones a pesar de todo, ¿podría construir una represa de suficiente magnitud como para sostener las lluvias e inundaciones de otro 2010? Todos sabemos que esto es muy poco probable. Una represa de residuos normal no sostendrá otro invierno como el de 2010 y mandaría miles de millones de litros de cianuro, metales pesados y otros residuos mineros sobre una Bucaramanga indefensa.
Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
No hay comentarios:
Publicar un comentario