jueves, 26 de agosto de 2010

PELIGROSA COINCIDENCIA...Fronteras


GD. Oswaldo Sujú Raffo.

Es un deber advertirle a mis compatriotas, civiles y militares, sobre las peligrosas coincidencias de lo que estamos viviendo. Ha sido una constante la debilidad real de un Estado, el factor aprovechado por otro Estado para lograr sus metas y objetivos nacionales.

A lo largo de nuestra Historia, nuestro país ha sufrido las mayores depredaciones territoriales que pueda soportar una nación. De nuestro territorio original de más de 2.240.000 kms2, que era la extensión de la Capitanía General de Venezuela para 1777, hoy apenas tenemos una extensión de 920.000 kms2.

Una enorme pérdida territorial de nuestro suelo original. Si tomamos en cuenta que se aprovecharon de nuestra debilidad política, militar y social, vemos que es coincidente los momentos históricos del ayer, con el presente.

Si en 1779 Inglaterra nos quitó a cañonazos a Trinidad, las perdidas territoriales posteriores fueron más por la sevicia, la astucia y la ambición de otros Estados que se valieron de nuestra debilidades y falta de responsabilidad, a pesar de poseer suficientes e ineludibles Títulos Jurídicos e Históricos.

Aludiendo el caso de nuestra hermana república, Colombia, quien en 1830 desconoció los limites al este con Venezuela y desde esa fecha, se inició las controversias limítrofes entre ambas naciones.

Las pretensiones de Colombia (y no derechos) se han logrado gracias a su astuta Cancillería, así como medios de presión “non santus” para obligar al “arbitraje” no motivado. En más de una oportunidad, en el siglo XIX se amenazó con invasiones militares, como cuando el Presidente Rafael Núñez dejó entrever que disponía de cien mil soldados en caso de que Venezuela continuara negándose acudir al arbitraje en la Corte de España.

Ya sabemos el triste resultado del amañado Laudo Arbitral de Madrid de 1891: la pérdida de casi toda la Goajira, San Faustino, perdida de los llanos orientales y el acceso de Colombia al río Orinoco como Estado ribereño. La misma actitud de amenaza ocurrió para llevarnos hasta los Árbitros Suizos en 1900, sin dejar de mencionar la cooperación neogranadina con Inglaterra en el asunto del Esequibo.

El Tratado de Límites de 1941 fue una consecuencia de la inferioridad militar nuestra con respecto a Colombia, permitiéndole el paso por los ríos comunes y sin recibir Venezuela la compensación territorial en la Goajira, tan ofrecida y nunca cumplida.

Están recientes las pretensiones sobre las aguas del Golfo (íntegramente nuestro en todas sus aguas y en todas sus costas) con el conocido ardid del “Diferendo” y la violación de aguas interiores nacionales, por la corbeta “Caldas” en 1987.

Nuestros Gobernantes, con muy pocas excepciones, no han estado a la altura de sus responsabilidades en defensa de nuestra integridad marítima, fluvial y terrestre: Muchas revoluciones, incompetencia, ignorancia, y endeudamiento favorecieron los despojos de nuestro suelo.

Hoy la actual situación política, socioeconómica y militar nos debe alertar para que no se repita la triste historia. Considero como una razón de Patria que el Tcnel. (r) líder del socialismo del siglo XXI, antes de que se “enrede” con la prosapia de la excelente Cancillería neogranadina, en vez de “salidas al océano Pacífico”, de “municipios binacionales” y otras “sugerencias”, logre con el Presidente Santos la demarcación de nuestra frontera terrestre, como lo exige el Laudo de Madrid de 1891, trabajo inconcluso desde 1900 y que ha dado lugar a muchas fricciones entre los dos países...

Desde hace un siglo lo espera esta Venezuela tuya, mía y nuestra. La Patria es primero. Fuera los invasores cubiches, vividores y magapas. Hasta luego!!

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