Oscar José Márquez
Las Naciones son como los seres humanos, llevan siempre consigo una alta carga de recuerdos que se van acumulando en el transcurso del espacio y el tiempo. Y estos recuerdos se traducen en el colectivo nacional, o en el pueblos que integran esa Nación, en lo que solemos llamar la “…Conciencia Nacional…”.
En referencia a la “Conciencia Territorial venezolana”, está es el producto de una muy bien formado y madurado proceso de integración territorial administrativo, histórico y socio cultural. Nuestra Nación siempre se considero heredera de todos los territorios que constituían la antigua Capitanía General de Venezuela y en este sentido reza el artículo 5º de la primera Constitución de Venezuela: “…los limites de los Estados Unidos de Venezuela son los mismos que el año de 1810 correspondían a la antigua Capitanía General de Venezuela…”
A veces estos recuerdos se calvan en la Conciencia Nacional y ponen en evidencia diferentes actitudes del comportamiento de sus ciudadanos, sacando a relucir las miserias humanas de cada una de ellos, de acuerdo a su formación, ambición e intereses.
El Acuerdo de Ginebra se firmo el 17 de febrero de 1966, a escasas semanas de que se le otorgara a la colonia de la Guayana Británica su independencia. La Gran Bretaña o la Pérfida Albión como bien solía llamarla el poeta, escritor y diplomático francés Agustín Louis Marie de Ximène.
Hasta esa fecha Inglaterra había ganado un tiempo vital y precioso frente a la contención venezolana de no reconocer la sentencia Arbitral de Paris de 1899, por los límites de la colonia de la Guayana Británica. Sacándole partido a esa frustración de la “…Conciencia Nacional…” venezolana de no querer acudir a instancias jurisdiccionales internacionales en materia territorial.
Por los Laudos Arbitrales de Colombia de 1891, y especialmente por el de Paris de 1899, en el que la Nación venezolana sufrió una pérdida y un daño irreparable al desmembrarla, de inmensos territorios ubicados al oeste del río Esequibo. No como el producto de una sentencia ajustada a derecho en un arbitraje justo e imparcial, sino todo lo contrario por el de una sentencia inicua, inaceptable producto de una componenda, de un fraude.
A la Gran Bretaña le interesaba por todos los medios a su alcance que la Nación Venezolana, mantuviera la solicitud que había hecho en las Naciones Unidas en 1962, de establecer conversaciones amistosas para un arreglo equitativo. Y su deseo de que la Colonia de la Guayana Británica obtuviera su emancipación de ella.
Para evitar así que Venezuela se opusiese a la independencia de la Guayana Británica, hasta tanto no se resolviese la contención de la invalidez del Laudo Arbitral, así como al reconocimiento del nuevo Estado de Guyana. Recodemos una vez más las tristes y lamentables experiencias del Mandato ingles en Palestina, el problema Árabe, la creación del Estado de Palestina, la fundación del Estado de Israel, la independencia de la india y la creación de Paquistán entre otras. ¿Cómo emancipar a la colonia de la Guayana Británica? ¿Sin la oposición y el reconocimiento de la Nación venezolana y junto a otras Naciones hispanoamericanas?
Eminentes tratadistas y estudiosos del derecho internacional así como estudiosos del tema de los limites con la Guayana dejaron de oír su posición a favor y en contra, primero frente a la Conferencia de Ginebra y en segundo lugar frente al resultado tangible de esa conferencia, como lo es el Acuerdo de Ginebra.
Entre ellos mencionaremos a los internacionalistas y estudios del tema de la cuestión de los limites con Guayana Inglesa, Doctores Armando Hernández Bretón, Ramón Carmona, Marcos Falcón Briceño, Tito Gutiérrez Alfaro, René de Sola, así como otra serie de abogados y personalidades como: Carrillo Batalla Francisco, Castellanos Enrique, Arcaya Luis Ignacio, Carlos Salermo Walter, Domínguez Pablo, Cesar Rondón Lovera, Gonzalo García Bustillos, Maldonado Manuel, Omar Briceño Jesús, Navarro Dona Gastón, Pablo Anzuaje, Penzini Hernández J, Silva Estrada Leonardo, Pérez Ferràs Blàs, García Rodríguez, Ruiz Luis, Heredia A Cipriano, Padrón G.M.A, León Ramón David, Jorge Olavarría, Pedro F Antonio, Schael Guillermo José, Tarre Murzié, Sosa Rodríguez Carlos, Martínez Suárez Félix entre otros en su oportunidad.
Independientemente de las diferentes posturas de que si el Acuerdo de Ginebra le era favorable a no Venezuela este fue aprobado convirtiéndose en ley de la república y como bien lo señala el Dr. René de Sola “…que era deber de todos y cada uno de los venezolanos hacer el mayor esfuerzo para obtener todas las ventajas posibles de ese instrumento…”
Al respecto ya han pasado cuarenta y cuatro años de su firma y hemos visto correr bajo el puente innumerables volúmenes de agua. Con ello significamos todos los esfuerzos de la Cancillería de Caracas frente a la Georgetown de buscar una solución práctica a la contención de la invalidez del Laudo Arbitral de 1899, en base al Acuerdo de Ginebra, sin que hasta la fecha se haya logrado una posible arreglo en concreto, solo aproximaciones de un posible solución de acuerdo a lo señalado por el Dr. Emilio Figueredo Planchard, quien fungió como facilitador del Buen Oficiante por Venezuela, en algunos de sus artículos.
A pesar de los esfuerzos por parte de Venezuela de crear un ambiente apropiado entre ambas naciones. Los dirigentes guyaneses frente a la tradicional posición venezolana han actuado, juzgado y apostado de ganarle tiempo al tiempo. Al respecto podemos señalar que cuando el tiempo pasa la verdad y la justicia huyen se distorsionan o se pierden, y precisamente esto es lo que ha sucedido.
¿Cuál ha sido la vigencia del el Acuerdo de Ginebra?
El Acuerdo de Ginebra mantiene su plena vigencia a través del artículo IV. (2), con las gestiones del Secretario General de las Naciones Unidas mediante el método de solución pacifica escogido por ambos países conocido con el nombre “Los Buenos Oficios”.
Creemos que Independientemente de encontrarnos en la fase de los Buenos Oficios, la realidad nos ha señalado que la contención venezolana, si no ha sido congelada de un todo al menos ha sido neutralizada esperando buscar soluciones satisfactorias y prácticas.
Mientras tanto los dirigentes guyaneses han aprovechado la posesión ese territorio en detraimiento de la territorialidad venezolana independientemente que el artículo V (2) señale que: “…ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras se halle en vigencia este Acuerdo constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial de Venezuela o la Guayana Británica, ni para crear derechos de soberanía en dichos territorios,…”. Al otorgar innumerables concesiones, mineras (de oro, diamantes, tierras raras uranio estroncio y otras), madereras y de hidrocarburos. Amén de los diez mil garimpeiros (mineros ilegales brasileños) más otro tanto que amenazan desde el vecino Estado brasileño del Roraima penetrar a la Guayana Esequiba e iniciar la expoliación de sus recursos especialmente debido a los altos precios del oro.
Mientras tanto las actitudes y opiniones asumidas por el actual representante del Gobierno Nacional desde el año 2004, en Caracas, Georgetown y Santo Domingo en la Cumbre de Río contrastan indudablemente con la posición tradicional venezolana respecto de la reivindicación de los territorios ubicados al oeste del rio Esequibo conocidos como la Zona en Reclamación.
Nota del editor
En las próximas semanas subiremos al blog una serie de artículos de prensa que en su oportunidad aparecieron en la prensa nacional respecto al Acurdo de Ginebra.
Las Naciones son como los seres humanos, llevan siempre consigo una alta carga de recuerdos que se van acumulando en el transcurso del espacio y el tiempo. Y estos recuerdos se traducen en el colectivo nacional, o en el pueblos que integran esa Nación, en lo que solemos llamar la “…Conciencia Nacional…”.
En referencia a la “Conciencia Territorial venezolana”, está es el producto de una muy bien formado y madurado proceso de integración territorial administrativo, histórico y socio cultural. Nuestra Nación siempre se considero heredera de todos los territorios que constituían la antigua Capitanía General de Venezuela y en este sentido reza el artículo 5º de la primera Constitución de Venezuela: “…los limites de los Estados Unidos de Venezuela son los mismos que el año de 1810 correspondían a la antigua Capitanía General de Venezuela…”
A veces estos recuerdos se calvan en la Conciencia Nacional y ponen en evidencia diferentes actitudes del comportamiento de sus ciudadanos, sacando a relucir las miserias humanas de cada una de ellos, de acuerdo a su formación, ambición e intereses.
El Acuerdo de Ginebra se firmo el 17 de febrero de 1966, a escasas semanas de que se le otorgara a la colonia de la Guayana Británica su independencia. La Gran Bretaña o la Pérfida Albión como bien solía llamarla el poeta, escritor y diplomático francés Agustín Louis Marie de Ximène.
Hasta esa fecha Inglaterra había ganado un tiempo vital y precioso frente a la contención venezolana de no reconocer la sentencia Arbitral de Paris de 1899, por los límites de la colonia de la Guayana Británica. Sacándole partido a esa frustración de la “…Conciencia Nacional…” venezolana de no querer acudir a instancias jurisdiccionales internacionales en materia territorial.
Por los Laudos Arbitrales de Colombia de 1891, y especialmente por el de Paris de 1899, en el que la Nación venezolana sufrió una pérdida y un daño irreparable al desmembrarla, de inmensos territorios ubicados al oeste del río Esequibo. No como el producto de una sentencia ajustada a derecho en un arbitraje justo e imparcial, sino todo lo contrario por el de una sentencia inicua, inaceptable producto de una componenda, de un fraude.
A la Gran Bretaña le interesaba por todos los medios a su alcance que la Nación Venezolana, mantuviera la solicitud que había hecho en las Naciones Unidas en 1962, de establecer conversaciones amistosas para un arreglo equitativo. Y su deseo de que la Colonia de la Guayana Británica obtuviera su emancipación de ella.
Para evitar así que Venezuela se opusiese a la independencia de la Guayana Británica, hasta tanto no se resolviese la contención de la invalidez del Laudo Arbitral, así como al reconocimiento del nuevo Estado de Guyana. Recodemos una vez más las tristes y lamentables experiencias del Mandato ingles en Palestina, el problema Árabe, la creación del Estado de Palestina, la fundación del Estado de Israel, la independencia de la india y la creación de Paquistán entre otras. ¿Cómo emancipar a la colonia de la Guayana Británica? ¿Sin la oposición y el reconocimiento de la Nación venezolana y junto a otras Naciones hispanoamericanas?
Eminentes tratadistas y estudiosos del derecho internacional así como estudiosos del tema de los limites con la Guayana dejaron de oír su posición a favor y en contra, primero frente a la Conferencia de Ginebra y en segundo lugar frente al resultado tangible de esa conferencia, como lo es el Acuerdo de Ginebra.
Entre ellos mencionaremos a los internacionalistas y estudios del tema de la cuestión de los limites con Guayana Inglesa, Doctores Armando Hernández Bretón, Ramón Carmona, Marcos Falcón Briceño, Tito Gutiérrez Alfaro, René de Sola, así como otra serie de abogados y personalidades como: Carrillo Batalla Francisco, Castellanos Enrique, Arcaya Luis Ignacio, Carlos Salermo Walter, Domínguez Pablo, Cesar Rondón Lovera, Gonzalo García Bustillos, Maldonado Manuel, Omar Briceño Jesús, Navarro Dona Gastón, Pablo Anzuaje, Penzini Hernández J, Silva Estrada Leonardo, Pérez Ferràs Blàs, García Rodríguez, Ruiz Luis, Heredia A Cipriano, Padrón G.M.A, León Ramón David, Jorge Olavarría, Pedro F Antonio, Schael Guillermo José, Tarre Murzié, Sosa Rodríguez Carlos, Martínez Suárez Félix entre otros en su oportunidad.
Independientemente de las diferentes posturas de que si el Acuerdo de Ginebra le era favorable a no Venezuela este fue aprobado convirtiéndose en ley de la república y como bien lo señala el Dr. René de Sola “…que era deber de todos y cada uno de los venezolanos hacer el mayor esfuerzo para obtener todas las ventajas posibles de ese instrumento…”
Al respecto ya han pasado cuarenta y cuatro años de su firma y hemos visto correr bajo el puente innumerables volúmenes de agua. Con ello significamos todos los esfuerzos de la Cancillería de Caracas frente a la Georgetown de buscar una solución práctica a la contención de la invalidez del Laudo Arbitral de 1899, en base al Acuerdo de Ginebra, sin que hasta la fecha se haya logrado una posible arreglo en concreto, solo aproximaciones de un posible solución de acuerdo a lo señalado por el Dr. Emilio Figueredo Planchard, quien fungió como facilitador del Buen Oficiante por Venezuela, en algunos de sus artículos.
A pesar de los esfuerzos por parte de Venezuela de crear un ambiente apropiado entre ambas naciones. Los dirigentes guyaneses frente a la tradicional posición venezolana han actuado, juzgado y apostado de ganarle tiempo al tiempo. Al respecto podemos señalar que cuando el tiempo pasa la verdad y la justicia huyen se distorsionan o se pierden, y precisamente esto es lo que ha sucedido.
¿Cuál ha sido la vigencia del el Acuerdo de Ginebra?
El Acuerdo de Ginebra mantiene su plena vigencia a través del artículo IV. (2), con las gestiones del Secretario General de las Naciones Unidas mediante el método de solución pacifica escogido por ambos países conocido con el nombre “Los Buenos Oficios”.
Creemos que Independientemente de encontrarnos en la fase de los Buenos Oficios, la realidad nos ha señalado que la contención venezolana, si no ha sido congelada de un todo al menos ha sido neutralizada esperando buscar soluciones satisfactorias y prácticas.
Mientras tanto los dirigentes guyaneses han aprovechado la posesión ese territorio en detraimiento de la territorialidad venezolana independientemente que el artículo V (2) señale que: “…ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras se halle en vigencia este Acuerdo constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial de Venezuela o la Guayana Británica, ni para crear derechos de soberanía en dichos territorios,…”. Al otorgar innumerables concesiones, mineras (de oro, diamantes, tierras raras uranio estroncio y otras), madereras y de hidrocarburos. Amén de los diez mil garimpeiros (mineros ilegales brasileños) más otro tanto que amenazan desde el vecino Estado brasileño del Roraima penetrar a la Guayana Esequiba e iniciar la expoliación de sus recursos especialmente debido a los altos precios del oro.
Mientras tanto las actitudes y opiniones asumidas por el actual representante del Gobierno Nacional desde el año 2004, en Caracas, Georgetown y Santo Domingo en la Cumbre de Río contrastan indudablemente con la posición tradicional venezolana respecto de la reivindicación de los territorios ubicados al oeste del rio Esequibo conocidos como la Zona en Reclamación.
Nota del editor
En las próximas semanas subiremos al blog una serie de artículos de prensa que en su oportunidad aparecieron en la prensa nacional respecto al Acurdo de Ginebra.
Temas relacionados:
1. RECHAZO A LAS DECLARACIONES DEL CANCILLER S. R. INSANALLY ANTE SU DESCONOCIMIENTO DE LA REIVINDICACIÓN DE LA GUAYANA ESEQUIBA POR LA NACIÓN VENEZOLANA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2007/10/rechazo-las-declaraciones-del-canciller.html
2. Reclamación de la Guayana Esequiba y el Acuerdo de Ginebra.
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2009/02/reclamacion-de-la-guayana-esequiba-y-el.html
3.Que Todos Lo Sepan..!!!
http://www.lahistoriaparalela.com.ar/2009/02/24/que-todos-lo-sepan/
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Bibliografía
1. Arcaya Ignacio Luis. El Acuerdo de Ginebra Caracas: diario el Nacional del 27de febrero de 1966, Pág. D-
2. Carmona Ramón. El Cao de Guayana y el Acuerdo de Ginebra. Caracas: diario el Nacional del 21de marzo de 1966, Pág. C-1
3. Domínguez Pablo. La Burla de Ginebra. Caracas: diario el Universal 19 de febrero de 1966, Pág. 6
4. Hernández Parra Pedro. Un caso de voluntad nacional. Antes y después de Ginebra. Caracas: diario el Universal del 4 de febrero 1966, Pág. 12
5. García Bustillos Gonzalo. El Acuerdo de Ginebra y las Razones del Dr. Carmona. Caracas: diario el Nacional del 30 de marzo de 1966, Pág. C-1
6. León Ramón David. Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 26 de febrero 1966, Pág. 12
7. _______________ Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 26 de febrero 1966, Pág. 12
8. _______________Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 3 de marzo de 1966, Pág. 10
9. ______________Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 12 de marzo de febrero 1966, Pág.
10. Maldonado Manuel. La Guayana Esequiba y el Acuerdo de Ginebra. Caracas: diario el Universal del 27 de febrero 1966, Pág. 10
11.
1. Arcaya Ignacio Luis. El Acuerdo de Ginebra Caracas: diario el Nacional del 27de febrero de 1966, Pág. D-
2. Carmona Ramón. El Cao de Guayana y el Acuerdo de Ginebra. Caracas: diario el Nacional del 21de marzo de 1966, Pág. C-1
3. Domínguez Pablo. La Burla de Ginebra. Caracas: diario el Universal 19 de febrero de 1966, Pág. 6
4. Hernández Parra Pedro. Un caso de voluntad nacional. Antes y después de Ginebra. Caracas: diario el Universal del 4 de febrero 1966, Pág. 12
5. García Bustillos Gonzalo. El Acuerdo de Ginebra y las Razones del Dr. Carmona. Caracas: diario el Nacional del 30 de marzo de 1966, Pág. C-1
6. León Ramón David. Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 26 de febrero 1966, Pág. 12
7. _______________ Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 26 de febrero 1966, Pág. 12
8. _______________Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 3 de marzo de 1966, Pág. 10
9. ______________Ante el convenio Ginebrino. Caracas: diario el Universal del 12 de marzo de febrero 1966, Pág.
10. Maldonado Manuel. La Guayana Esequiba y el Acuerdo de Ginebra. Caracas: diario el Universal del 27 de febrero 1966, Pág. 10
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