martes, 5 de enero de 2010

HASTA PRONTO, NACHO (La Guayana Esequiba)


Tomado de:
http://www.diplomaticosescritores.org/obras/NoEspecialNACHORIOS.pdf


Por Enrique Hubbard

Con el pesar lastimando aún el espíritu acepto la sugerencia de Guillermo Gutiérrez Nieto y me dispongo a despedirme de Nacho Ríos, de la manera en que nos identificamos siempre, con la pluma en la mano. Seguramente no faltarán cálidas vivencias personales que reportar, Nacho supo construir amistades profundas y duraderas, pero yo quiero referirme al compañero de viaje en esta aventura literaria de la que Nacho fue parte esencial, al investigador, al diplomático escritor. Por muchos años compartimos el espacio de ADE, lado a lado pero muy lejos uno del otro en estilo y calidad. Nacho fue un extraordinario investigador en cuyos trabajos se trasmina el amor por la historia, fundamento evidente en todos sus ensayos. Yo soy más bien el caricaturista verbal de la revista.


Nacho edificó una formidable mancuerna con Martha Patricia, de tal manera simbiótica que es imposible identificar las aportaciones individuales, una vez más marca de la casa, prueba de su inmensa capacidad para colaborar y compartir tanto en lo personal como en lo profesional. La temática abordada es poli cromática, atacaron asuntos de la más diversa naturaleza, pero siempre en el contexto de la visión internacional, global, ilustrativa de aspectos poco observados de la convivencia mundial.


Nunca olvidaré la lección de historia que me dio al tratar el caso de Belice y las reclamaciones guatemaltecas sobre su territorio. Su trabajo debe ser ya apéndice obligado de mi libro sobre la pequeña nación vecina. Me ilustró también de manera magistral sobre el conflicto de las Islas Spratley, caso que no por ser remoto en relación con nuestro vecindario deja de ser trascendente en el ámbito del derecho internacional y del derecho comparado. 2


Con curiosidad digna de científico, igual atacó asuntos territoriales prácticamente ignotos como el de Guinea Papúa o la Guyana Esequibo, que temas de actualidad de la naturaleza del “cosmopolitismo” o los siempre controvertidos y diabólicos veneros del petróleo. Nos ilustró de manera muy amena acerca del paso por México de Narendra Roy y la huella socialista que dejó impresa en nuestro país; nos paseó por el legendario Río Jordán y develó sabiamente los orígenes del pueblo norteamericano, con énfasis brillante en las raíces sajonas y los fascinantes significados del vocablo extraídos del antiguo testamento. Su obra es un verdadero tesoro de información, ejemplo de capacidad para la investigación y de magistral uso del lenguaje escrito. Nuestra revista, “SU” revista, será fuente permanente de consulta para los estudiosos de las relaciones internacionales, así como aliciente para que todos nosotros, sus compañeros, sus amigos cercanos, casuales y hasta virtuales, mantengamos el rumbo, continuemos el sendero luminosamente trazado por Nacho. Hasta pronto, compañero y amigo.

Enrique Hubbard Urrea

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