domingo, 6 de diciembre de 2009

Davi Kopenawa: “Sin la selva, no habría vida, todo se moriría”



Fotografía Davi Kopenawa Yanomami tomada de Wikipedia

Tomado de:
http://www.larevistaintegral.com/3525/davi-kopenawa-%E2%80%9Csin-la-selva-no-habria-vida-todo-se-moriria%E2%80%9D.html


El líder yanomami busca apoyos en nuestro país para luchar contra las amenazas que acechan a su pueblo.


Davi Kopenawa es chamán de la tribu yanomami y uno de los líderes indígenas más reconocidos en el mundo. Aunque estaba escrito en su destino luchar y compartir sabiduría en la selva amazónica, un buen día decidió salir de ella y llevar su lucha mucho más allá para salvar a su pueblo del borde mismo de la extinción. Desde entonces ha recorrido medio mundo de la mano de Survival International y la Comisión Pro Yanomami para denunciar las nuevas y viejas amenazas que se ciernen sobre su pueblo y otras comunidades indígenas de Suramérica.


Hemos podido hablar con él durante un corto viaje por España en el que ha pedido protección para los suyos, pero en el que también nos ha recordado que sólo tenemos una Tierra y que no podemos destruir la mitad y pensar que vamos a sobrevivir en la otra.


¿Por qué ha venido a España?

Vine a Madrid invitado por la Casa de América para recibir el homenaje (la Mención Honorífica) del Premio Bartolomé de las Casas.


Tengo entendido que también se ha reunido con representantes del Gobierno español. ¿De qué han hablado?

He estado en la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo del Gobierno español para explicar de los problemas de los yanomami y otros pueblos y también en Presidencia del Gobierno para hablar sobre la cuestión política. Hablé con la secretaria de Asuntos Exteriores de Presidencia y hemos llegado a un pequeño acuerdo para dar ayuda al pueblo indígena y sobre cuando se hará. Yo fui pensando que nos iba a recibir personalmente el presidente, pero, bueno, la secretaria oyó lo que le pedí y ahora ella se lo va a transmitir al presidente.


¿Cree que en el Gobierno español le escuchan; que tienen verdadero interés por los problemas de los indígenas?Ésa es la casa de los políticos (el Palacio de la Moncloa) y ya se sabe que con los políticos uno no puede hablarlo todo. Lo que quería en este caso era que el Gobierno español hablase con el de mi país para que cumpla la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre los derechos de los pueblos indígenas. Brasil y España han firmado esa convención, pero nuestro Gobierno no la está cumpliendo.


Hemos leído en la prensa internacional que el Gobierno brasileño quiere, incluso, sacar adelante una ley sobre minería en áreas indígenas.

Actualmente está prohibida la minería en nuestras tierras, pero el Anteproyecto de Ley de Minería en Áreas Indígenas quiere acabar con eso. Hay un grupo de senadores y políticos que están intentando por todos los medios que se apruebe esa ley en el Congreso y presionan también al presidente Lula. Si se aprobase, significaría la entrada de las compañías mineras y de la minería a gran escala.


Amenazas
Intercambiar ideas
En Madrid
La tribu aislada más grande
Amenazas


La llegada al poder de Lula, ¿no ha cambiado nada la cuestión indígena?
La Constitución brasileña cuenta con una ley que garantiza los derechos de los pueblos indígenas, pero hay gente que quiere acabar con ella. Estamos muy preocupados porque los senadores y los diputados escriben leyes contra los indígenas que luego son aprobadas. Hoy he pedido al Gobierno español que haga todo lo posible para que eso no suceda.


¿Cuál es la principal amenaza hoy para los pueblos indígenas de Brasil?


Las mayores amenazas son los hacendados, los madereros, los garimpeiros (buscadores de oro), la salud (las enfermedades que éstos han llevado consigo a la selva) y la minería. Ésos son nuestros cinco principales enemigos, pero no acaban ahí. También quieren construir cuarteles militares en tierras indígenas, lo que significa reducir las tierras yanomami demarcadas por el Gobierno.


¿Afectan a sus territorios los grandes cultivos de soja y caña de azúcar para piensos ganaderos y biocarburantes?Por supuesto. En estos momentos nuestro Gobierno está hablando con otros del mundo sobre plantar caña de azúcar para hacer alcohol. El anterior presidente de Estados Unidos quería negociar con Brasil la compra de caña de azúcar para hacer alcohol para sus coches. Los blancos empiezan cultivando sus tierras para este tipo de cosas y después entran en las tierras indígenas para acabar con la selva.


¿El mercurio de los garimpeiros o buscadores de oro sigue siendo un problema importante para la selva?Claro. Nosotros decimos “xawara canibal” cuando pensamos en el mercurio y en las enfermedades y epidemias que produce. Es muy peligroso, tanto para los indios como para los blancos. Los buscadores de oro lo usan para limpiar el metal. El problema es que después ese mercurio se va al río y lo contamina. Es muy peligroso para los yanomami porque lo deja todo contaminado.


Intercambiar ideas
¿Qué cree que puede enseñarnos su pueblo a los europeos?

Nosotros, pueblo indígena de Brasil, podemos enseñar cómo piensa el indio y lo que siente, pero ustedes nunca van a aprender. Se puede aprender intercambiando ideas, como yo estoy aprendiendo aquí con ustedes. Por ejemplo, usted es periodista y yo estoy ahora aprendiendo algunas cosas. No es fácil que los napë, los no indios, puedan aprender nuestros pensamientos, pero, por ejemplo, pueden mandar a sus hijos a conocer nuestras aldeas y el idioma yanomami. Pueden aprender a pensar y a luchar como nosotros y, después, cuando vuelvan a su país, divulgar esas ideas y hablar con las autoridades. No estoy diciendo que sea fácil aprender; sé que no lo es, pero se puede intentar estando con nosotros, preguntando qué es “xawara” o qué es lo malo para los yanomami y para todos. Los viejos de la aldea son los que se lo van a explicar mejor. Sería así.


Y en cuanto a sostenibilidad, ¿qué cree que nos falta por aprender a los europeos o a los occidentales en general?Solamente tenemos una Tierra. El hombre blanco puede pensar en destruir la mitad y conservar la otra, pero se equivoca. Hay que cuidar toda la selva, las montañas están ahí y los espíritus que se encuentran en ellas también están ahí. Las cascadas son bonitas, pero, además, están llenas de salud para nosotros… Sin la selva, ¿dónde cree que vamos a vivir? No habría vida; todo se moriría. ¿Usted sabe lo que es tener hambre dos o tres días seguidos? El hambre también mata. Sin la selva, sin el río, sin el agua, nuestras generaciones del futuro van a tener hambre, por eso estoy aquí y es tan importante que transmita mi mensaje.


Usted ha dicho muchas veces que la selva amazónica es muy importante para su pueblo, pero también para los no indios. ¿Puede explicarnos por qué es tan valiosa la selva para todos?

La tierra de Brasil surgió para que la gente pudiese vivir junta y es muy importante para los pueblos que viven ahí y que saben usar los frutos de la tierra.La riqueza de la tierra es salud; es nuestra costumbre. Hasta ahora, la tierra de Brasil nunca se había visto amenazada y es importante tener la tierra para nuestros hijos y para las generaciones del futuro. Pero no sólo para los indios, sino para todo el mundo. La selva amazónica llama a la lluvia para mojar el planeta. Sin la selva no habría lluvia y todo quedaría seco. La lluvia en la Amazonia es como las personas, tiene una casa donde vivir, y todo –el sol, la luna, la oscuridad, el viento…– pasa por ahí, por el Amazonas, porque es el lugar donde descansa todo esto. La energía del mundo tiene que descansar.


Supongo que una lucha que le obliga a viajar por todo el mundo es agotadora, pero, además, en su país, es bastante peligrosa. ¿Qué es lo que le anima a seguir en esa lucha año tras año?

Es cierto que es muy peligroso para mí. Lo que tengo enfrente es una boca de cao (boca de bicho), que es un espíritu muy malo y peligroso que quiere quedarse con todo –el agua, la tierra…– y que puede hacerme daño si no ando con mucho cuidado. Hay hombres peligrosos que pueden pagar a otra gente para acabar conmigo, para matarme. Pero yo soy guerrero y estoy luchando contra muchos peligros por el derecho de nuestro pueblo a la tierra. Hoy, la mitad del mundo conoce nuestra lucha porque las noticias van circulando en todas las ciudades del mundo. Yo hago mi trabajo para nuestro pueblo y nuestra selva amazónica y estoy intentando salvar a mi pueblo, que vive desde hace muchos años en la tierra yanomami. Nuestras riquezas están todas cercadas, hay mucha gente que quiere meter la mano y coger esas riquezas: madera, agua, minerales bajo el suelo, piedras preciosas, petróleo… El hombre de la ciudad manda hacer fotos por satélite porque está buscando petróleo y otras cosas; ése es su trabajo. El mío no es ser rico en dinero; yo quiero ser rico en salvar la tierra, en ayudar a mi pueblo y en tener salud.


Por Rafael Carrasco

En Madrid

A simple vista, el aspecto de Davi Kopenawa no destaca demasiado de otros muchos suramericanos que circulan por el centro de la ciudad. Viste zapatos y camisa de rayas, y a la entrevista en la sede de Survival International, a unos metros del Congreso de los Diputados, llega unos minutos tarde porque viene de tomar un café en el bar de abajo. Lleva, eso sí, una especie de corona floreada en la cabeza y una buena colección de collares, como otros muchos guerreros yanomami y, cuando empieza a hablar, lo hace en un esforzado portugués, aunque ésa no es su lengua. Explica sus ideas de una forma pausada, tranquila y segura, como quien lleva toda la vida defendiendo lo que es justo. Observa y aprende todo lo que ve porque cree que así puede llegar a conocer al hombre blanco; a esos napë que tanto daño hacen a su pueblo. Y, aunque parece tolerar la vida en la ciudad, no quiere permanecer aquí un minuto más de lo necesario. En cuanto acabe su misión, como tantas otras veces, volverá al Amazonas al que pertenece.


La tribu aislada más grande


Los yanomami, con una población de unas 32.000 personas, viven en un territorio que abarca 9,6 millones de hectáreas entre Brasil y, en menor medida, Venezuela. Su peor época tuvo lugar durante los años 80, cuando decenas de miles de buscadores de oro invadieron sus tierras, destruyeron sus aldeas y dispararon a todo el que se resistía. Después de una década de lucha internacional, en la que participaron Sting y otros artistas, en 1992 los yanomami arrancaron del Gobierno brasileño el compromiso de demarcar su territorio y expulsar a los mineros. Survival y otras organizaciones denuncian ahora que los garimpeiros están volviendo.


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