Tomado del Semanario La Razón del 11 de octubre de2009-
GD. Oswaldo Sujú Raffo.
El pasado 03 del mes en curso, se cumplió 110 años del robo de nuestro territorio Esequibo. Ese luctuoso día, de 1899 en París, mediante un acuerdo político donde estaban confabulados los jueces de Inglaterra y Rusia, contra los jueces norteamericanos que representaban a Venezuela, se logro despojar a una escuálida nación suramericana, inmersa en revoluciones, enfermedades y miserias de un territorio patrimonial ancestral, de 160.000 Km. Cuadrados.
El mal llamado Laudo Arbitral de Paris, fue un latrocinio de la soberanía territorial de un país, en aciago momento político nacional. En esos días el Presidente Andrade estaba huyendo, había abandonado el Palacio de Gobierno ante el avance de las tropas revolucionarias del general Cipriano Castro.
Las garras colonialista de Inglaterra, la mayor potencia militar y económica en el mundo de entonces, se hizo dueña de una extensa y rica región, con trampa y la arrogancia que otorga el poder, pero no llegó hasta las Bocas del Orinoco por la actitud del Presidente norteamericano Harrison, quien declaró estar dispuesto ir a la guerra por defender a Venezuela...
Esta infamia del Laudo de Paris, se descubrió con el Informe del Dr. Mallet Prevost, asesor de los jueces gringos y fue tan contundente su contenido que cuando Venezuela, en 1962 ante la ONU, presenta su contención sobre el despojo del territorio Esequibo por Inglaterra, ésta aceptó la controversia. Se firmó un acuerdo en 1966 para llegar a soluciones por la vía pacífica.
El Acuerdo de Ginebra, buscando soluciones al litigio, por un lado un país-Venezuela- expoliado vilmente de su territorio colonial y por el otro- Guyana- un nuevo país recién independizado de Inglaterra, ha sido largo y casi estéril. Después de muchas conversaciones por más de 40 años, todavía no se vislumbra solución aceptable y la figura del Buen Oficiante ha sido como un juez de paz sin poder.
La figura de Buen Oficiante, avalado por la O.N.U, curiosamente todos han sido nativos de las islas caribeñas, es decir del CARICOM, de ascendencia diplomática inglesa y en donde Guyana- una de las partes- es miembro de esa Organización.
En los próximos días se nombrará un jurista jamaiquino como Buen Oficiante, así que muchos pensaremos en el refrán: “zamuro cuidando carne”... El Estado, es decir el gobierno rojo rojito, seguirá haciendo el papel de mostrencos al aceptar esta situación. ¿ Por qué ese alto funcionario ó Buen Oficiante no es de otro país, como Guatemala, México, Perú o Argentina ?. ¿Por qué siempre han sido de países caribeños con acendrada influencia diplomática británica?
El régimen “rojo rojito” ha desperdiciado, como es su costumbre, las grandes oportunidades para solucionar asuntos vitales, como es el caso del territorio Esequibo. En diez años ha desaprovechado no solo una inmensa fortuna nacional, sino que perdió la oportunidad de lograr una sólida matriz de opinión favorable a Venezuela, en su recuperación de sus legítimos territorios, no solo en el caso de Guyana, sino lo pendiente con Colombia y ahora con la terrofágia del Brasil invadiendo nuestro Esequibo.
La chequera petrolera que camina por América Latina, debió usarse en función de lo antes mencionado, como prioridad nacional y jurídica. Venezuela posee suficientes documentación histórica y le asiste sobradas jurisprudencias internacionales para avalar sus justos reclamos soberanos, pero el tcnel. Dictador prefirió, con novelero afán y sin pensar en la responsabilidad con la Patria, cimentar su afanoso y trasnochado “ socialismo del siglo XXI ” ( algo así como arroz con pollo pero sin el pollo ), en detrimento de los sagrados intereses de la nación venezolana.
La ineptitud, la improvisación, la ignorancia y la corrupción es un lastre muy pesado que hasta carcomió instituciones fuertes y serias, como las Fuerzas Armadas Nacionales, baluarte de todo Estado soberano para mantener su integridad territorial. Los responsables civiles y militares de esta debacle , una clara traición y delito de lesa Patria, deberán enfrentar sus responsabilidades por comisión u omisión y peor aún, cuando estos delitos se cometieron violando a conciencia la Constitución Nacional.
Dice el proverbio árabe: “Al final de la partida el Rey y el peón van a la misma caja”, válido en el ajedrez y en el futuro de esta Venezuela tuya, mía y nuestra. La Patria es primero. Fuera los invasores chulos y vividores. Hasta luego.!!
lunes, 12 de octubre de 2009
LO MOSTRENCO Y NOVELERO!! (La Guyana Esequiba)
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