Referencia :Una opción razonable al
problema del Esequibo
http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/5774762.asp
23 de Febrero de 2004
Dr. Diego ARRIA
23 de Febrero de 2004
Dr. Diego ARRIA
New York
Querido Diego:
Tal vez ya sea el momento oportuno para que nos pongamos de
acuerdo en la ruta a seguir en las próximas semanas referente a los pasos
sucesivos a tomar en el proyecto del Parque de Paz en Guyana (tal vez esa sea el
mejor nombre … el más atractivo y de mayor impacto). Te hago un
simple listado (sin proridades) de las ideas que acuden a mi cabeza:
· La hipótesis
de que una vez levantado el obstáculo de la oposición legal venezolana a
“explotaciones” de toda índole en el territorio en reclamación, de acuerdo con
las declaraciones del presidente Chávez en su visita oficial a Guyana la semana
pasada, se multiplicará el ecocidio de la selva tropical húmeda del Escudo
Guayanés, no es una elucubración efectista, sino una lamentable
realidad. La Dra. Colson puede hacer un listado de las concesiones
madereras otorgadas y aquellas que ya han producido daños importantes.
· Es posible
que ese obstáculo sólo sirviera para frenar a las grandes multinacionales del
petróleo y gas, quienes advertidas por sus departamentos legales, y tal vez por
los pingues negocios que ya tienen del lado venezolano, se abstuvieran de
negociar con Guyana.
· No así las
compañías madereras, que ya han hecho destrozos considerables, según consta en
pasada correspondencia con la Dra. Colson, que viene monitoreando regularmente
esa situación desde hace años, dada su preocupación como antropóloga por el
destino incierto de las etnias indígenas de la zona, por esa gradual e
inexorable destrucción del habitat natural de esa zona.
· En mi
opinión las iniciativas orientadas hacia ese enorme Parque de Paz en el
territorio en reclamación, deben originarse en las ONGs que se interesan por la
conservación y la ecología a nivel internacional. Habría que hacer
un listado de las más prominentes, más activas, más influyentes, y más
poderosas económicamente, y de la manera más lógica de acercarnos a ellas, para
despertar su atención e interés por el tema, enterándolas de la ventana de
oportunidad que actualmente se observa.
· La
estrategia a seguir indicaría que en esa fase inicial no conviene que personas
y/o instituciones de Venezuela o de Guyana aparezcan como promotoras del
proyecto.
· Hay que
encontrar una o más instituciones (ONGs) que apadrinen el proyecto, comprendan
su valor, como modelo de negociación en diferendos fronterizos, y estén
dispuestos a darle el apoyo inicial que necesita.
· Tal vez, en
vez de una institución, lo que inicialmente se necesite sea un hombre (o una
mujer) capaz de tomar las ideas esenciales del proyecto y venderlas a una o más
organizaciones internacionales interesadas en el tema. De allí mi
entusiasmo por la figura de Maurice Strong, tal como inicialmente lo asomaste.
· La idea de
una conferencia (seminario o taller) en la “Royal Geographical Society” tal
como la expresé en mi e-mail de hoy a Audrey Colson, es un modelo a repetirse
en otras grandes ciudades, auspiciada por otras instituciones y destinada a
otras audiencias calificadas. Tal vez tú tengas algunas opciones
disponibles.
Abrazos,
Francisco Kerdel Vegas
Una opción razonable al
problema del Esequibo
Tomado de:
Francisco Kerdel Vegas - Notitarde
Miércoles, 2 de agosto de 2000
P: ¿Es cierto que Ud. alguna vez asomó una nueva hipótesis de
trabajo para facilitar la solución de la disputa territorial entre Venezuela y
Guyana?
FKV: Si es cierto.
P: ¿Puede explicarnos en que consiste?
FKV: Nunca hasta ahora he dado ninguna declaración pública al
respecto, pues durante casi diez años, en el pasado reciente desempeñé los
cargos de Embajador de Venezuela en Gran Bretaña primero y luego en Francia y
ante la UNESCO simultáneamente, y no me correspondía como funcionario del Ministerio
de Relaciones Exteriores expresar mi opinión, muy personal, en un asunto tan
delicado y de tanta importancia para el país. Sin embargo, hace casi una
década, con motivo de una breve visita del entonces Ministro del Ambiente y los
Recursos Naturales Renovables, Dr. Enrique Colmenares Finol a Londres para
asistir a una reunión internacional sobre conservación, tuve oportunidad de
conversar ampliamente con él sobre este tema y animado por su receptividad a
mis planteamientos, preparé un breve documento donde exponía mis ideas al
respecto. Presumo que él lo habría hecho del conocimiento de las personas
encargadas de esta negociación e incluso del propio Presidente de la República.
Realmente ignoro lo que sucedió posteriormente, pero es evidente, que yo sepa,
que la estrategia que yo proponía nunca se ha utilizado.
P: ¿Se puede saber en que consistían sus ideas al respecto?
FKV: Actualmente puedo hablar libremente, como simple
ciudadano, sobre este tema, advirtiendo que no considero que tenga un conocimiento
privilegiado sobre el mismo, o me asista alguna autoridad por haberme dedicado
a estudiarlo. Se trata simplemente de algunas observaciones lógicas de un
venezolano más, preocupado siempre por nuestro futuro y por las soluciones a
estos problemas fronterizos que se mantienen peligrosamente sin solución por
plazos muy largos e indefinidos. Mi ingerencia en el tema se debe
exclusivamente a mi interés en la conservación, la ecología y disciplinas
afines, y allí también soy un "amateur", que por circunstancias de la
vida le tocó establecer en Venezuela, con varios distinguidos compatriotas, la
Fundación para la Defensa de la Naturaleza (FUDENA) y más tarde ser miembro de
la directiva internacional del WWF con sede en Suiza. Tal vez por esa
"sensibilización" a los temas conservacionistas tratados en
profundidad por esas y otras organizaciones a las que pertenezco, me pareció
lógico e inteligente buscar una solución al problema Esequibo, basado en el
posible interés de ambos países limítrofes, con apoyo de la comunidad
internacional.
P: ¿Es que sería posible, según su visión, llegar a una
solución que beneficie a los dos países en disputa y que adicionalmente sea
vista con buenos ojos por la comunidad internacional?
FKV: Sí lo creo, y me explico. En ese extenso territorio
Esequibo, de 159.000 kilómetros cuadrados (dos terceras partes de la República
Cooperativa de Guyana), que genera una costa importante sobre el Océano
Atlántico, lo que da lugar a su vez a una extensa plataforma continental,
origina una soberanía terrestre y otra marítima. Estoy de acuerdo con quienes
le dan más importancia a la segunda que a la primera, y no precisamente por el
petróleo o gas natural que allí se pueda hallar, por cuanto mientras no se
perfore y salgan los hidrocarburos se trata tan sólo de una posibilidad más o
menos plausible. Se trata que es algo que es esencial y hasta vital para
Venezuela como nación soberana, que es la salida al Atlántico, sin obstáculos,
del río Orinoco. Para mi el Orinoco es la columna vertebral del país y nuestro
futuro está inexorablemente ligado a mantener su integridad funcional. La
cesión territorial de Guyana, para hacer de ese corredor marítimo una realidad,
es mínima y los guyaneses deben comprender que está en el mejor de sus
intereses ceder esa verdadera "punta de lanza", con que termina
abruptamente en forma de cuña enterrada en territorio venezolano, la
demarcación territorial actual.
P: Suponiendo que los guyaneses llegaran a entender que esa
pequeña cesión territorial, que resolvería el aspecto "marítimo" del
problema es "auténticamente indispensable" para poder llegar a un
arreglo civilizado, pacífico e inteligente de la disputa territorial, ¿qué nos
dice de esasuperficie terrestre de mayor extensión que Austria y los Países
Bajos juntos, que es el llamado territorio Esequibo?
FKV: Precisamente es allí donde tenemos que hacer uso de toda
nuestra creatividad intelectual y pensar como estadistas en relación al futuro
del mundo, su crecimiento poblacional y la importancia del agua, que tan sólo
recientemente comenzamos a valorizar en todo lo que significa.
Son bien conocidas las llamadas estrategias del desarrollo de
ese territorio, la de poblar y "desarrollar" a ultranza la zona
fronteriza, etc. Pues bien, yo estoy firmemente convencido de que lo que
conviene hacer en buena parte de ese territorio en reclamación es exactamente
lo que nosotros en Venezuela hemos hecho de nuestro lado en la zona fronteriza,
que es darle prioridad -sobre cualquier otra consideración- a las cuencas
fluviales y proteger así nuestro recurso natural más importante ... el agua. Al
decretar el parque nacional Canaima -uno de los más extensos del mundo- lo que
en la práctica hemos hecho es cuidar el futuro de la cuenca del río Caroní, el
más grande de los afluentes del Orinoco, lo que nos garantiza por muchos años
la viabilidad de la represa Raúl Leoni (Guri) y de su potencial hidroeléctrico
(incluso con otras futuras represas y adicional generación eléctrica) para el
desarrollo de todo el país.Yo he dicho anteriormente que si "por un acto
de Dios" -como dicen los abogados- se nos concediera súbitamente todo el
territorio que reclamamos, nuestro manejo racional del mismo, no puede ser
diferente del que ya hemos hecho de nuestro lado actual de la frontera. Es decir,
proteger las cuencas fluviales de la región, para poder seguir explotando
racionalmente su enorme potencial hidroeléctrico. Esa protección significa
impedir la tala de esos grandes bosques tropicales, tan majestuosos como
frágiles, que no resisten la explotación maderera intensiva a que
tradicionalmente se les ha sometido, de allí la significación de establecer en
esas cuencas fluviales nuestros parques nacionales, para impedir a perpetuidad
su destrucción total.
Las nubes, fuente de lluvias, que se precipitan sobre esa
selva tropical húmeda, dejarían de hacerlo al talar esos árboles, y ello
determinaría el ocaso gradual del caudal de los ríos de toda esa hoya
hidrográfica.
Indudablemente las concesiones madereras que ha otorgado
Guyana en la zona en litigio nos afectan a ellos y a nosotros por igual, pues
las nubes ignoran las fronteras entre países y la lluvia dejará de precipitarse
en las áreas afectadas por esa tala brutal, de la cual el mundo tiene sobrada y
altamente negativa experiencia. Repito, esa ley inexorable de la naturaleza se
aplica por igual a Venezuela y Guyana. Sólo que Guyana, un país extremadamente
pobre, está más tentada que Venezuela por presiones sociales y económicas
perfectamente comprensibles, a obtener unos fondos inmediatamente accesibles de
los grandes empresarios madereros del mundo, que ya agotadas, o próximas a
serlo, las grandes reservas forestales de Indonesia y otros países tropicales,
ven con ojos codiciosos lo que se ofrece en Guyana. Más que la base
aeroespacial de misiles Beal, deben preocuparnos las concesiones madereras que
impunemente se han venido otorgando por años en ese territorio en reclamación.
P: ¿Qué provecho puede obtener Guyana a cambio de no permitir
en su territorio esa base aeroespacial o dejar de otorgar esas concesiones
madereras?
FKV: Visualizo un gigantesco parque nacional en ese
territorio en reclamación, que vaya desde el Atlántico hasta el Roraima, es
decir, como un gran bolsón o extensa zona que abarque toda nuestra actual
frontera con Guyana y buena parte de la hoya del río Cuyuní, comprendiendo
cerca del 25% de la totalidad del área en reclamación. Ese parque nacional en
territorio actualmente vindicado por Venezuela tendría la particularidad de
estar bajo la supervisión internacional, vale decir de las Naciones Unidas y
constituiría un territorio que no podría utilizarse para ningún otro fin que no
sea el de un parque nacional. Al Guyana firmar un tratado definiendo ese
destino a perpetuidad de esa parte de su territorio, Venezuela se comprometería
a dejar en "suspenso" su reclamación territorial. Guyana podría
explotar turísticamente, y de acuerdo con las reglas y usos internacionales de
estos casos, ese enorme parque nacional, que estaría adecuadamente vigilado y
sometido a un estricto control satelital, para impedir cualquier desviación y
explotación diferente a lo convenido en el tratado respectivo. Habría que
buscar adicionalmente algún tipo de pago a Guyana por parte de los organismos
internacionales, para compensar esa utilización de su territorio, que no sólo
beneficia directamente a su propio país y a Venezuela, sino a todo el resto del
planeta, por ser parte de ese necesario "pulmón" del mundo que es la
selva tropical húmeda.
P: ¿Usted sinceramente crée que es realista pensar que Guyana
aceptaría tal solución?
FKV: Racionalmente sería una solución aceptable tanto para
Guyana como para Venezuela, pues daría un uso inteligente y beneficioso para
ambos países (y para el resto del mundo) a una parte importante de un
territorio en litigio, actualmente ocupado por Guyana, pero cuyo uso los
venezolanos estamos en todo nuestro derecho de objetar, cuestionar y
obstaculizar. Les daría adicionalmente derecho a utilizar el resto del
territorio en reclamación a su libre albedrío y determinación, quitando ese
veto velado, que como una espada de Damocles, se cierne todo el tiempo sobre
decisiones que afectan a su desarrollo.
P: ¿Crée usted que una solución de ese tipo contaría con la
simpatía del conglomerado internacional?
FKV: Esa es sin duda una de sus grandes virtudes, pues de un
litigio entre dos países muy desiguales, que a la vista del resto del mundo es
un conflicto entre David y Goliath, las simpatías en razón de su tamaño y
debilidad se van del lado de Guyana, no importa o importa muy poco las razones
legales que pueda tener Venezuela después de más de 100 años de ocupación real
de ese territorio por los ingleses primero y por Guyana desde su independencia.
Pero al llevar la disputa al terreno conservacionista, todas
las organizaciones internacionales se convertirían automáticamente en nuestros
aliados y la presión sobre Guyana los hará comprender que peden llegar a una
solución favorable a ambas partes y que también tenga en cuenta los intereses
de todos los habitantes del planeta. Sería por lo tanto un ejemplo a seguir en
casos semejantes y tal vez hasta un modelo en la disputa territorial con
Colombia en la plataforma continental del Golfo de Venezuela (con la posible
creación de un parque submarino internacional)
.
P: ¿Qué habría que hacer para que su hipótesis prosperara
tanto en Venezuela como en Guyana?
Con toda seguridad en ambos países existen grupos de gente
exaltada y radical, y es muy difícil que entren en razón. Sin embargo yo creo
que si otros grupos de ambas naciones se identifican con esta tesis
"conservacionista" que confiere a parte importante del territorio en
reclamación un destino permanente que beneficia a ambos países vecinos, ya que
protege nuestras cuencas hidrográficas fluviales y nos garantiza el desarrollo
actual y futuro de su enorme potencial hidroeléctrico, y a la vez contribuye a
salvar parte significativa del patrimonio más importante de la humanidad, cual
es su selva tropical húmeda, de inmediato reclutaremos un "lobby"
significativo muy vocal y articulado, que permitirá al organismo internacional
competente (las Naciones Unidas) adoptar este plan, con el aplauso, beneplácito
y hasta entusiasmo de todos aquellos que saben y pueden evaluar la importancia
de un ejemplo de esta naturaleza en la transacción de sus diferencias y
supuestos enfrentados intereses.
P: ¿Cuál sería el siguiente paso a seguir para explorar la
viabilidad de su proposición?
FKV: Pienso que es esencial educar a nuestra población en los
diferentes aspectos de la problemática, sedimentar la parte emocional y hasta
pasional de la disputa y enfocar el asunto con un criterio realista,
actualizado y pragmático. En otras palabras abrir un debate de alto nivel sobre
el asunto, y propiciar que algo similar ocurra en Guyana.
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2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico
Simón Bolívar Primera Edición
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce
como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha
del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que
señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante
el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968
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