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Tomado de:
Escrito por Leovani Garcia Olivarez
28 de mayo de 2013, 08:18Brasilia, 28 may (PL) Unos 200
indígenas mantienen hoy paralizada la construcción de la represa Belo Monte en
la Amazonía brasileña, donde será edificada una de las mayores centrales
hidroeléctrica del mundo, en reclamo de estudios ambientales.
Los nativos divulgaron una carta, en la cual rechazan la
presencia de la Fuerza Nacional de Seguridad y reiteran el pedido de un estudio
ambiental que certifique que la represa e Hidroeléctrica en Vitoria de Xingú,
en el norteño estado de Pará, no causarán daños al entorno.
Los líderes de las etnias Mundurukú líderes, Xipaya, Kayapó, Arara y Tupinambás manifiestan en la misiva que están cansados de esperar por una respuesta del gobierno a sus exigencias y solicitan una reunión con la presidenta del país, Dilma Rousseff.
Queremos que se cumpla con la Constitución y se aplique en este caso "la consulta previa a los pueblos indígenas", antes de tomar cualquier decisión de continuar con esa obra, destaca la nota.
Uno de los líderes de los aborígenes Valdemir Munduruku recordó que a inicios del presente mes abandonaron el paro que mantenían en espera de una negociación con las autoridades, pero nadie vino a conversar.
"El Gobierno dijo que si salimos de las áreas de las obras, que seríamos escuchado (y nos) fuimos tranquilamente, sin embargo, no se nos ha cumplido, el Gobierno no nos recibe y llamamos al ministro Gilberto Carvalho y él no vino", revela la carta.
Los indígenas se quejan ahora, pues en vez de venir un representante de la administración federal, para negociar, envíaron a la Fuerza Nacional.
Ante esta situación, la compañía Norte Energía, responsable de la construcción y operación de la planta, anunció en un comunicado que recurrirá a la justicia para recuperar la zona y continuar la construcción.
Desde el inicio de esa obra en marzo de 2012, los trabajadores de la represa interrumpieron en varias ocasiones sus labores debido a la negativa indígena de permitir la construcción.
Según informe del Consejo Indigenista de Misionario (Cimi) y la organización no gubernamental Xingú Vivo Para Siempre, la represa de esa planta inundará 516 kilómetros cuadrados de selva amazónica, lo cual llevará al desplazamiento de unos 50 mil indígenas y campesinos que hacen vida allí.
Los líderes de las etnias Mundurukú líderes, Xipaya, Kayapó, Arara y Tupinambás manifiestan en la misiva que están cansados de esperar por una respuesta del gobierno a sus exigencias y solicitan una reunión con la presidenta del país, Dilma Rousseff.
Queremos que se cumpla con la Constitución y se aplique en este caso "la consulta previa a los pueblos indígenas", antes de tomar cualquier decisión de continuar con esa obra, destaca la nota.
Uno de los líderes de los aborígenes Valdemir Munduruku recordó que a inicios del presente mes abandonaron el paro que mantenían en espera de una negociación con las autoridades, pero nadie vino a conversar.
"El Gobierno dijo que si salimos de las áreas de las obras, que seríamos escuchado (y nos) fuimos tranquilamente, sin embargo, no se nos ha cumplido, el Gobierno no nos recibe y llamamos al ministro Gilberto Carvalho y él no vino", revela la carta.
Los indígenas se quejan ahora, pues en vez de venir un representante de la administración federal, para negociar, envíaron a la Fuerza Nacional.
Ante esta situación, la compañía Norte Energía, responsable de la construcción y operación de la planta, anunció en un comunicado que recurrirá a la justicia para recuperar la zona y continuar la construcción.
Desde el inicio de esa obra en marzo de 2012, los trabajadores de la represa interrumpieron en varias ocasiones sus labores debido a la negativa indígena de permitir la construcción.
Según informe del Consejo Indigenista de Misionario (Cimi) y la organización no gubernamental Xingú Vivo Para Siempre, la represa de esa planta inundará 516 kilómetros cuadrados de selva amazónica, lo cual llevará al desplazamiento de unos 50 mil indígenas y campesinos que hacen vida allí.
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