http://www.unitedexplanations.org/2013/02/07/la-amazonia-atravesada-por-100-000-km-de-carreteras-y-caminos/
Tomado de:
Publicado el 07/02/2013Por Elizabet
EscalaAmérica Latina, Medio Ambiente
La Amazonía contiene el
bosque tropical más extenso del mundo con 6 millones de km2 repartidos entre
Brasil, Perú,
Colombia, Bolivia, Ecuador, Guyana, Venezuela, Surinam y Guyana Francesa; es la
ecoregión con mayor biodiversidad del mundo y comprende la selva tropical de la
cuenca del río más largo y caudaloso, con un recorrido de 6800 km, el Amazonas.
Tal es su importancia que el 11 de noviembre de 2011 fue declarada una de las
siete maravillas naturales del mundo.
Esta zona ha sido objeto de clareos y talas indiscriminadas
desde los tiempos más antiguos y remotos, pero su destrucción masiva se ha
disparado en los últimos 5 decenios, reduciendo su área hasta un total de 24
millones de hectáreas (240.000 km2, equivalente a la superficie del Reino
Unido), como consecuencia de la deforestación. A nivel mundial, cada año se
pierden 10.000 ha de selva primaria y, debido a esto, ya sólo cubren el 6% de
la superficie terrestre.
Se estima que la desaparición total de las selvas primarias
podría tener lugar en el año 2050, si se sigue con el actual ritmo de
destrucción forestal. Organizaciones como Greenpeace
han publicado sus respectivas estrategias para evitar que tal cosa tenga
lugar. Las selvas primarias o bosques tropicales primarios son aquellas
selvas maduras, que no han sido sustancialmente alteradas por la actividad
humana. Solo existen en América del Sur y Central, Congo, Malasia e Indonesia.
Un estudio de Bioscience, en agosto de 2012, fundamenta que
“es imposible pensar en la tala industrial sostenible y lucrativa de bosques
tropicales primarios puesto que, las prácticas verdaderamente sostenibles, son
imprácticas y completamente no rentables”. Barbara Zimmerman explica
en mongabay.com que “los bosques tropicales primarios son fundamentales para
resolver la crisis global de biodiversidad y cambio climático”.
Ejemplo de
deforestación causado por la construcción de carreteras. Fuente: Mongabay News
Estas deforestaciones tienen lugar, inicialmente y en muchos
casos, para la construcción de carreteras. Una vez la infraestructura está en
su sitio tiene lugar la entrada de otros vectores de interés económico como las
industrias extractivas (minería), la explotación de recursos energéticos
(petróleo, gas, hidroeléctricas), la tala comercial y el aumento de tierras de
cultivo de soja para carne de res brasileña y aceite de palma. Tal es la
magnitud de estas actividades que han causado fragmentación, degradación y
presión en el paisaje en lugares casi vírgenes y protegidos.
La historia de la deforestación
Para situar la presión humana, ambiental y económica que ha
recibo esta zona en este último milenio hay que remontarse a la época del
colonialismo donde, ya entrados en los siglos XVI y XVII, las tribus amazónicas
se vieron forzadas a adaptarse a una vida nómada para protegerse de éste y,
donde los granjeros nativos, debían talar y quemar bosques para obtener nuevas
zonas agrícolas allí donde iban. Entre los años 1890-1920, surgió el apogeo de
la industria del caucho en Manaos y para su transporte, desde Bolivia y Brasil
hacia el puerto de Belem, se realizó la construcción del primer ferrocarril de
364 km de recorrido, de Madera a Mamoré. Fue apodado “el Ferrocarril de
Diablo”, por la cantidad de muertes que ocasionó su construcción. Este tren fue
desactivado en los años 30, hasta que en 1981 volvió a funcionar para fines
turísticos. En los últimos años se han construido carreteras del Perú a Brasil
con el plan de unir dos grandes cuencas marítimas, y otras carreteras de unión
entre los diferentes países que componen la región amazónica, pero que cruzan
por la misma Amazonía, alterando hábitats y poblaciones indígenas.
La invasión de
carreteras en el Amazonas
Actualmente el pulmón de la tierra dispone de 96.500 km de
caminos, dos tercios de los cuales son de tierra. La construcción de carreteras
provoca tanto una deforestación directa por la apertura y tala de árboles, como
indirecta debido al ingreso de otros actores que profundizan el proceso de
deforestación, como es el caso de las explotaciones extractivas, energéticas y
agrícolas industriales. La construcción de carreteras es uno de los 6 factores
de degradación de las selvas primarias. De hecho, la deforestación también
provoca una importante afectación a los hábitats, fragmentándolos en la mayoría
de casos.
Para tener una idea de las construcciones de obra civil que
existen entorno el paraje del Amazonas, se describen algunas a continuación:
- La BR-364: se inicia en Limeira-SP y une con Rodrigues
Alves, en el extremo oeste con frontera a Perú. Tiene una extensión de 4.324,6
km. Realizada en los años 60. Un trecho del cual pasa por tierras amazónicas.
- La conocida rodovía transamazónica BR-230, llena de polvo y
barro, avanza de forma paralela al Río y tiene 5.000 km de largo. Esta vía
transoceánica, des de Brasil (Cabedelo) hasta Madre de Dios de Perú (Benjamín
Constant), ha ido acompañada de grandes talas y minería, pero es una de las
carreteras más solitarias junto con el Outback
de Australia. Iniciada en los años 70, construir la mitad de esta carretera
costó 2.800 millones de dólares. Su construcción finalizó en 2010 para
canalizar las exportaciones entre el océano atlántico y el pacífico.
- BR-163: une Río Grande do Sul hasta Pará, pasa por el
centro del país y es de las más extensas del país brasileño, con unos 1.700 km.
- BR-174: de Manus a Boa Vista, que enlaza Roraima y amazonas
hasta Venezuela, con un trayecto de 974 km. Fue finalizada en 1998.
- BR-319: une Porto Velho con Manaus, de 900 km de largo.
- AM-010, de 883,8 km., enlaza Igarapé con Lajes.
- La ruta 10, de 774 km desde Bolivia, en el departamento de
Sta. Cruz, hasta la frontera con Brasil que continúa por la ruta BR-070 hasta
Brasilia.
- BR-317, de 516 km: une Boca do Acre, en el estado de la
Amazonía, hasta Assis, pueblo fronterizo de Brasil- Perú-Bolivia.
- BR-210, de 411,7 km: cruza la Amazonía desde Amapá hasta la
frontera colombiana, Vaupés. Es la rodovía perimetral del Norte, que atraviesa
el territorio de los indígenas Yanomami, obligados a abandonar sus territorios
con la invasión de trabajadores, geólogos, mineros, colonos con la intención de
establecerse en ese lugar.
Algunas de ellas, como la BR-307, son carreteras no
concluidas y atraviesan regiones habitadas por indios aislados. Aunque la lista
mostrada de carreteras corresponde a Brasil y Bolivia, Ecuador es el que tiene
la densidad más alta de carreteras, usadas para la exploración de petróleo.
Carreteras en el estado
de Para en la Amazonía de Brasil. Fuente: sfgate.com
Actualmente, en Bolivia, un proyecto de “carretera ecológica”
divide el bosque de TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isidoro
Sécure), área importante para los grupos de indígenas y la conservación de la
selva. El 10 de diciembre de este pasado año el periódico “la Razón” publicó
que el Gobierno preveía dos alternativas de carretera ecológica para proteger
este núcleo del TIPNIS: un viaducto aéreo de 16,7 km por encima de árboles de
50, 60 y 100 metros o un túnel subterráneo que no afectara a la reserva, pero
sí que podría afectar a la estabilidad del suelo con la intensidad de lluvias.
La fecha final de consulta en el informe final concluyó el 20 de diciembre, en
el que la presidenta
de la Central de Pueblos Indígenas calificó la propuesta de “una mentira” y
que cualquier obra afectaría al medio ambiente y a la tierra.
El coste de ambas propuestas es superior al de la carretera
que debía construir la empresa brasileña OAS, cuando en el 2008 se le adjudicó
el proyecto y luego se anuló el contrato por la preocupación de Evo Morales,
del incumplimiento de plazos establecidos de las obras.
La preocupación principal de este tramo es que, en el país no
hay experiencia en construcción de carreteras con integración de medidas de
mitigación de impacto ecológico, y menos en suelos tropicales como el del
Amazonas. Cada km costaría unos 800 mil o un millón de dólares y el proyecto no
cuenta con un diseño final, lo que podría suponer otro error humano de ataque
contra la naturaleza sin saber cómo resolver. Aunque esta macro obra contaba
con la aprobación del 82% de las comunidades indígenas, posteriormente en
eldeber.com.bo se explica que el proceso careció de consenso y que no se
informó adecuadamente a la población afectada.
Red Amazónica de
Información Socioambiental Georreferenciada
Para conocer con más profundidad las actuaciones
socio-económicas, ambientales y políticas que se dan lugar en esta región
amazónica, existe el RAIGS (Red Amazónica de Información Socioambiental
Georreferenciada), un espacio de intercambio y articulación de informaciones
socioambientales georreferenciadas, al servicio y compromiso de promover los
procesos que vinculan positivamente los derechos colectivos con la valoración,
fortalecimiento y sostenibilidad de la diversidad socioambiental en la región
amazónica. A diferencia de otros grupos existentes para la defensa de la Amazonía,
se basa en un lenguaje cartográfico y visual, por su fuerza en la información
real para ayudar a ofrecer herramientas a los distintos autores implicados para
la toma de decisiones de forma clara, objetiva y veraz.
Gracias a esta RAIGS, el pasado 8 de diciembre, se dio a
conocer que del total de 96.500 km de carreteras que pasan por la floresta
tropical del Amazonas, el 71% están en Brasil, el 6,2 % en Perú y el 4,5 % en
Bolivia. Ecuador es el país que dispone de densidad más alta de este tipo de
infraestructura viaria, mientras que la Guyana Francesa es la que tiene menos
presencia.
La importancia de la
conservación
La zona Amazónica, uno de los pulmones de la Tierra, no solo
cuenta con los 96,5 mil km de caminos y carreteras, sino también 1,6 millones de
km2 de explotaciones mineras, 417 plantas hidroeléctricas, 240 mil km2 de
deforestación y 1,1 millones de km2 de zonas de extracción de gas y petróleo,
produciendo la reducción de hábitats y la extinción de especies del orden de
50.000 al año en zonas protegidas.
El calificativo de pulmón lo tiene bien merecido dado que,
sin ser perturbado, mantiene un equilibrio climático entre los ingresos y
salidas de CO2 y O2, y representa el 28% del oxígeno que consumen los seres
vivos del planeta. Es un elemento de conservación de mucha agua, biodiversidad
y diversidad cultural de los pueblos indígenas.
La Amazonía es reconocida hoy como una región que cumple un
importante papel para la vida del planeta debido a su enorme biodiversidad,
capacidad de absorción de carbono y su contribución al ciclo del agua, además
de la gran riqueza cultural de los pueblos indígenas que la habitan. Hay una
clara vinculación entre los procesos bioquímicos que se producen en ella y la
supervivencia de todos los seres que habitamos la Tierra, ayudando a
estabilizar el clima regional y mundial. Justamente por esto, por su riqueza,
la Amazonía despierta el interés del capital extractivista y especulativo que
ve la región, como una fuente inagotable de recursos.
Cada dos años tiene lugar los Foros Panamazónicos (FSPA)
donde se encuentran pueblos indígenas, trabajadores del campo y organizaciones
populares con el tema “por la unidad de los pueblos de la Amazonía para
transformar el mundo”. A finales de noviembre de 2012 se realizó el VI Foro Panamazónico
en Cobija. En él participaron Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador, Guyanas,
Perú, Surinam, y Venezuela. La conclusión final de este foro fue la denuncia de
la flexibilización de las leyes ambientales para favorecer a las empresas.
Es bien conocida la frase: “Las acciones de protección y
conservación deben partir de los gobiernos que comparten el territorio y de la
población afectada”.
Si se hace una breve recapitulación de lo expuesto y de la
importancia que la Amazonía tiene en nuestra supervivencia, también nos podemos
sentir parte de la población afectada y, por tanto, las acciones de protección
y conservación, también deberían partir de nuestro esfuerzo y solidaridad
frente a las agresiones que se realizan en el medio social, ambiental y político
de esta región.
1994 Guayana Esequiba - Zona en
Reclamación MARNR Servicio Autónomo de Geografía y Cartografía Nacional 3
Edición
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que
señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante
el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968
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