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Publicada en: 09/07/2011
¿A quién le importa "Guyana"?
En Silencio, un novelista japonés Shusaku Endo retrata una historia impactante del martirio cristiano en Japón. La persecución de los cristianos en Japón en el siglo XVII llevó a producir la iglesia subterránea Kakuro durante cientos de años. En un lugar en la novela, Endo utiliza una poderosa imaginería de pantano para pintar la ambigua relación entre la cultura japonesa y el catolicismo, a través de un verdugo que habla satíricamente al Padre Sebastián Rodríguez: "Padre, Japón es como un pantano, y el cristianismo nunca podrá tener sus raíces en este pantano".
Literalmente "Guyana" es una palabra indígena que significa "terreno pantanoso". Guyana no puede tener un paralelo económico con Japón, sino una teología. Guyana es un país sándwich entre Venezuela y Surinam (Guyana Holandesa). Cursos de agua y ríos grandes atraviesan la totalidad del territorio y definen gran parte de la vida y la personalidad de la tierra y sus gentes. Tal vez para muchos, Guyana es un país de muchas contradicciones profundas, que físicamente forma parte de América Latina, pero culturalmente es Caribe. Todos los festivales de culturas enriquecen y dan testimonio de la cohesión social de Guyana. Lo que tienen en común con el resto de países de América Latina son los pobres y la migración.
En resumen, es un intento de esbozar lo que significa Guyana para los jesuitas en el resto de América Latina, y que tanto les interesa Guyana. Se nos llama a reflexionar lo que somos y qué relación tenemos con CPAL. La nación es insignificante por el número de los habitantes (750.000) y de jesuitas (los Jesuitas en Guyana somos 32). Se debe hacer una reflexión sobre el pasado, presente y futuro. Guyana en el pasado parecía invisible de muchas maneras. Tal vez podría ser por los 30 largos años de represión política o por el estilo de colonización y más tarde por la presencia de jesuitas ingleses, o puede ser que sea por el idioma Inglés. También podría ser la influencia y fuerza de la cultura Caribe.
Ahora, en la nueva era de la comunicación supersónica de Facebook y Twitter y otras redes sociales, es fácil promover una alianza entre las obras jesuitas de América Latina. Ha llegado a suceder que, o bien la creación de redes o la colaboración significan compartir recursos tales como el conocimiento y las personas. Hoy en día el trabajo jesuita significa la interdependencia y la colaboración interprovincial e intercontinental. Guyana por el momento tiene una ayuda continua de la Asistencia India. Pero no sabemos cuánto tiempo puede durar esa ayuda. Por lo tanto, una fuerte promoción de las vocaciones locales y la alianza con la CPAL están en foco. ¡Tal vez, los países fronterizos como Brasil, Venezuela o Colombia significativamente podrían enriquecer el trabajo de los nuestros en Guyana!
Hoy en día, nuestra colaboración con la CPAL ha llegado a definir la actualidad de Guyana y el futuro. Para nosotros, el futuro de la vibrante Guyana es la visión del presente. En muchas y variadas maneras, tenemos mucho que aprender de las obras de nuestros países fronterizos y la CPAL. El compromiso de la CPAL con las obras de Fe y Alegría, el trabajo con los jóvenes y la opción exclusiva para los pueblos indígenas son una constante fuente de inspiración. Lo más importante es que la pequeña región de Guyana en gran medida podría beneficiarse de las experiencias y el modo de trabajar. Estos peritajes sin duda significan mucho para nuestro trabajo con los indígenas a lo largo de la Amazonía. Nuestras tribus: Wapihsana, Akawaio, Wai-Wai, Arahuaco, Patamona y Macushi podrían avanzar hacia un desarrollo sostenible y ecológico. La preservación de su hábitat a lo largo de la Amazonia es nuestra misión principal de evangelización.
¿Qué depara el futuro de Guyana? Es significativo que no hay ninguna respuesta, sino la esperanza de que junto con la CPAL se marcha hacia un objetivo común de potenciar a los anawim con una visión y misión de una América Latina sin fronteras, donde los jesuitas y los colaboradores laicos trabajamos para realizar la misma misión del Señor. Los conflictos y la diversidad religiosa de Guyana nos hacen sentir que nuestra presencia entre los indígenas nos ayuda a mantenernos unidos para crecer en la fe con ellos. En el recuerdo, el Silencio de Endo, ha visto al cristianismo en su raíz profunda, no sólo en el Japón sino en el pantano de Guyana, y el silencio de Dios sigue haciendo que los huesos secos cobren vida en Guyana.
Justin Prabhu SJ
Nota del editor del blog:
En referencia a la reclamación de la Guayana Esequiba frente a la reclamación de las Malvinas.
Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
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