http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/08/120829_internacional_venezuela_muertes_yanomamis_bd.shtml
"Queremos
que se haga justicia, que de verdad el estado venezolano y Brasil activen todo
esto, que hagan valer nuestros derechos", concluyó Shatiwë
Tomado de:
Redacción
BBC Mundo
En cada comunidad (shabono) yanomami viven alrededor de 80 ó
90 personas.
La Fiscalía de Venezuela designó este miércoles una comisión
para verificar un presunto ataque contra una comunidad del pueblo yanomami en
el estado Amazonas, cerca de la frontera con Brasil, en el que pudieron haber
muerto decenas de personas.
La información se conoció ahora, pero la supuesta masacre
habría ocurrido a principios de julio.
Según los denunciantes, nacionales brasileños dedicados a la
minería clandestina, conocidos también como garimpeiros, dispararon contra un
'shabono' (aldea yanomami) en el que habitaban al menos 80 indígenas y después
quemaron la casa que servía de vivienda para el grupo.
"Testigos que hablaron con tres sobrevivientes del
ataque contaron que la comunidad Irotatheri fue asaltada y que ahí viven
aproximadamente 80 personas. Ese es el número de muertos que estamos manejando,
pero este dato es aún indeterminado", le dijo a BBC Mundo Luis Shatiwë,
secretario ejecutivo de la organización yanomami Horonami.
Crónica de una denuncia
De acuerdo al relato de Luis Shatiwë, de la organización
yanomami Horonami, "el pasado 5 de julio un grupo de garimpeiros quemó el
'shabono' Irothateri. Posteriormente, tres visitantes llegaron a la comunidad,
y vieron los restos de cuerpos quemados.
"Al desviarse por otro camino para regresar a su
comunidad, los visitantes encontraron a tres sobrevivientes en mitad de la
selva, que narraron que los garimpeiros pretendían forzar sexualmente a mujeres
yanomami.
"Ante la oposición de los yanomami, que consiguieron
rescatar a las jóvenes, los mineros comenzaron a murmurar y organizarse para
matar y hacer daño a la comunidad. Ahí se produjo el ataque.
"Los tres sobrevivientes dijeron que no podían abandonar
su comunidad, teniendo allí los cuerpos sin vida de sus seres queridos, y les
pidieron a los visitantes que transmitieran la información al exterior y les
hicieran llegar ayuda.
"Ahí comenzó el itinerario de vuelta que culminó esta
semana con la presentación de la denuncia formal de la masacre ante las
autoridades de Puerto Ayacucho", narró Shatiwë.
La denuncia formal se presentó ante la Fiscalía Superior y la
oficina de la Defensoría del Pueblo en Puerto Ayacucho, capital del estado
Amazonas, y también ante la 52 Brigada de Guarnición Militar, que tomó
declaraciones a los testigos.
Dificultad de verificar los hechos
Los expertos que conocen la región y la realidad de estas
comunidades pidieron cautela y advirtieron sobre la dificultad de verificar la
exactitud de estas denuncias, en parte por lo complicado que es el acceso a la
zona conocida como el Alto Orinoco.
Si bien es sabido que en los últimos años han aumentado los
roces entre los indígenas locales y garimpeiros, cabe recordar que en casos de
peligro, los yanomami pueden esconderse en la selva, por lo que la desaparición
de la comunidad no implicaría necesariamente que sus miembros hayan muerto.
Sin embargo, la magnitud de la denuncia llevó al gobierno
venezolano a comprometerse a investigar los hechos, según expresó en un
comunicado oficial. BBC Mundo intentó sin éxito contactar con la viceministra
de Pueblos Indígenas, Yamileth Mirabal.
Conflicto de décadas
El problema entre los garimpeiros y los yanomami no es nada
nuevo, como explicó la antrópologa Hortensia Caballero a BBC Mundo.
"Las primeras incursiones de garimpeiros ilegales que se
registraron entrando en la frontera venezolana datan de finales de la década de
los 80", señaló.
"Las primeras incursiones de garimpeiros ilegales que se
registraron entrando en la frontera venezolana datan de finales de la década de
los 80"
Hortensia Caballero, antropóloga venezolana
El estado venezolano ha tratado de controlarlo colocando
algunas bases militares en puntos fronterizos, pero el conflicto no termina de
resolverse.
"Aparentemente es un problema que se ha tratado de
controlar pero quizá no con tanto cuidado como se debía, por eso ahora viene
nuevamente este tipo de denuncia que habla de una masacre, no se sabe bien
cuántos yanomami murieron", manifestó la antropóloga venezolana.
Un abogado que trabaja con organizaciones indígenas en el
estado Amazonas y que prefiere mantener el anonimato por temor a represalias,
expresó a BBC Mundo su preocupación por el cariz que está adquiriendo la
situación.
"Debido a la subida del oro, hay una incursión muy
fuerte de minería ilegal en toda la zona, y con ella, todo un sistema de
delincuencia organizada. Más allá de la situación del pueblo yanomami, que es
algo puntual, es una realidad que se está generalizando a nivel de todo el
estado", subrayó.
Masacre de Haximú
Un pueblo de arraigadas tradiciones
El pueblo indígena yanomami en Venezuela cuenta con 15.000
personas en el estado Amazonas y otra parte en el estado Bolívar. Están
distribuidas en 200 comunidades o shabonos.
Son comunidades que, al momento actual, mantienen prácticas
tradicionales de caza, pesca, recolección, ritos funerarios, cosmogonia y
mitos.
Los yanomami habitan también en Brasil, donde particularmente
en los años 80 y 90 estuvieron en el centro de polémicas por proyectos de
desarrollo de la región amazónica que podían poner en riesgo su estilo de vida.
En 1993 hubo una incursión de garimpeiros en la comunidad
Haximú, en territorio venezolano, tras la cual se pudo corroborar la muerte de
16 yanomami.
"En ese momento", sostuvo la antropóloga Caballero
en declaraciones a BBC Mundo, "el estado venezolano comenzó a involucrarse
cuando se dio cuenta de que la matanza fue en su territorio.
"Un grupo de derechos humanos con sede en Puerto
Ayacucho acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por
considerar que el gobierno venezolano actuaba de forma negligente, y la CIDH le
dio la razón a los yanomami", agregó.
El Estado venezolano suscribió en 1999 ante la CIDH un
acuerdo de solución amistosa, en el que se comprometió a diseñar, financiar y
poner en funcionamiento un Programa Integral de Salud dirigido al pueblo
yanomami; así como a promover la suscripción de un acuerdo con el gobierno de Brasil,
para la vigilancia y control de la minería ilegal en el área yanomami.
Extrema vulnerabilidad
Los expertos consultados por BBC Mundo coincidieron en
resaltar el éxito del proyecto de salud yanomami durante los primeros años,
pero lamentaron que el servicio se haya deteriorado de un tiempo a esta parte.
Los casos de muertes por problemas de salud se han
multiplicado últimamente. La contaminación de los ríos se ha agravado, han
surgido brotes de paludismo y tuberculosis, y la malaria sigue estando presente.
La antropóloga Hortensia Caballero añadió que todo el
territorio fue declarado reserva de biosfera del Alto Orinoco-Casiquiare, y la
zona propiamente yanomami corresponde al Parque Nacional de Parima–Taperapecó.
"Cuando se crearon estas dos figuras con un régimen de
administración especial se hizo también con la intención de proteger a las
poblaciones indígenas", dijo la investigadora.
En conversación con BBC Mundo, el abogado de Amazonas no se
mostró optimista al respecto. En su opinión, hay que manejar todo lo que está
sucediendo a alto nivel. Agotar las instancias nacionales para luego acudir a
las internacionales.
"Queremos que se haga justicia, que de verdad el estado
venezolano y Brasil activen todo esto, que hagan valer nuestros derechos"
Luis Shatiwë, secretario ejecutivo de la organización
Horonami
"Otros colegas han elevado esto en la Relatoría de
Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, empieza a haber
informes a esas instancias", reconoció, pero recalcó que la parte indígena
es muy vulnerable y hay enorme debilidad en cuanto a las formas de denuncia.
Esta vulnerabilidad es la que quieren revertir las
organizaciones de las comunidades indígenas, y el caso de la denuncia de esta
semana puede ser el comienzo de una etapa de mayor fortaleza.
De momento, la organización yanomami Horonami solicitó que
las autoridades faciliten el traslado de militares y representantes yanomami a
la comunidad atacada, y les dieron un plazo de 72 horas para que cumplan con
este pedido.
"Si pasados esos tres días, no se atiende nuestra
petición, estamos dispuestos a viajar a la capital venezolana, Caracas, para
hacer uso de nuestro derecho de palabra ante la Asamblea Nacional",
declaró Luis Shatiwë a BBC Mundo.
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