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Tomado de:
Carlos Peñaloza
Miércoles, 21 de septiembre de 2011
La declaración de Chávez el año 2004, conveniente a los
intereses de Cuba, abrió camino al actual intento de Guyana de cerrarnos la
salida al Atlántico, una situación que los venezolanos con sentido de patria no
podemos aceptar bajo ningún concepto.
En 1499 Alonso de Ojeda fue comisionado por la corona
española para realizar exploraciones en las bocas del Orinoco. En esas
andanzas, Ojeda y su lugarteniente Juan de Esquivel descubrieron la boca
de un gran rio que ellos llamaron Rio Dulce. Ojeda comisionó a Esquivel
para internarse en ese rio desconocido. Dada las dificultades que presentaba la
impenetrable selva, las exploraciones fueron suspendidas y reemplazadas por
asentamientos de frailes capuchinos. Aunque los conquistadores se retiraron, el
rio quedo bautizado como Rio Esquivel. Al caer Guyana en manos británicas el
rio pasó a conocerse como Esequibo.
Desde siempre nuestra patria reclama que el Esequibo es
su frontera primigenia con Guyana y que todo el territorio al oeste del gran
rio le pertenece. Hoy en día Guyana es un micro estado con una población de
alrededor de 750 mil habitantes. El Esequibo representa el 70% del
territorio guyanés. Para Venezuela es vital definir con ese país las
fronteras marinas. La recuperación del territorio terrestre puede ser
negociable para no atentar contra la viabilidad de ese Estado, pero a lo que no
se puede renunciar es a esos dominios oceánicos.
Venezuela ha mantenido su reivindicación de ese extenso
territorio, pero a sus argumentos no siempre ha correspondido una estrategia
bien hilada, ni se han asignado los recursos mínimos necesarios para darles
alguna viabilidad. El resultado es que hemos ido perdiendo terreno en un
proceso de negociación donde nuestra contraparte no se sienta en la mesa a
conversar sobre el tema y nos ignora olímpicamente.
En 1962, cuando se rumoreaba la posible independencia de la
Guyana Inglesa, Rómulo Betancourt ordenó reactivar ante Inglaterra la
reclamación sobre el Esequibo. Inglaterra mantenía en Guyana un sistema de
gobierno por el cual la metrópoli se encargaba de las relaciones y seguridad
internacional, y los guyaneses tenían autonomía interna. En esta época fue
elegido premier, para efectos de control interno, Cheddi Jagan, un líder de
origen hindú de tendencia comunista. La independencia completa se daría en
1970, y hasta entonces las relaciones internacionales era manejadas por los
ingleses. En 1966, antes de concederse la independencia a Guyana,
Venezuela firmó con el Reino Unido un acuerdo detallando los pasos a seguir
para la resolución de la controversia con su colonia. Ese acuerdo sigue en
vigencia y el presidente Chávez debería pedirlo y leerlo como una guía que le
permitirá hacer exigencias concretas.
En 1970 las elecciones fueron ganadas por Forbes Burnham, un
dirigente negro que comenzó siendo un político moderado y años más tarde se
desplazó a la izquierda. Burnham se mantuvo en el poder hasta su misteriosa
muerte en 1985. Informaciones no comprobadas señalan que Fidel Castro actuó
tras bastidores para facilitar el acceso al poder de su aliado el comunista
Cheddi Jagan, de ancestro hindú. Esta acusación no pudo probarse.
Posteriormente Burnham se alió con Cuba y la Unión Soviética, convirtiendo a
Guyana en un país socialista.
A finales de 1968 los amerindios residentes en la región del
Rupununi se rebelaron contra el gobierno de Burnham solicitando protección de
Venezuela. El gobierno de Raúl Leoni dio instrucciones para que un grupo
interdisciplinario compuesto por el ministro de relaciones interiores, Reinaldo
Leandro Mora, el general Raúl Giménez Gainza, el capitán Jacobo Yépez Daza y el
comisario cubano-venezolano Orlando García analizaran la posibilidad de
atender la solicitud de los líderes amerindios. Fidel estuvo bien informado
sobre las actividades venezolanas gracias a Orlando García, quien actuaba a la
vez como agente doble. La elección de Rafael Caldera en diciembre de ese
año y la oposición de los Estados Unidos presionados por los ingleses frenó el
avance de esa idea. Posteriormente, Leandro Mora declaró que "el
movimiento no hubiera fracasado de haber intervenido Venezuela", lo cual
se vio como un reproche al abandono que Caldera hizo del tema. En ese
momento, Venezuela perdió una gran oportunidad para hacer valer sus derechos.
En 1968, el presidente norteamericano Lyndon Johnson,
presionado por Gran Bretaña y con su país empeñado en la guerra en Vietnam,
apoyó al premier guyanés Forbes Burnham ante la reclamación venezolana, movido
también por la necesidad de impedir el regreso al poder de Cheddi Jagan, el
líder marxista guyanés. Por su parte Fidel, para entonces archí-enemigo de
Venezuela, estaba envuelto en las guerras africanas financiadas por la Unión
Soviética. El barbudo, como buen mercenario, paso información y apoyó a Burnham
cumpliendo órdenes de Moscú.
Estratégicamente, Guayana era importante para los soviéticos,
porque los aviones que llevaban tropas cubanas a Angola hacían escala en
Georgetown, la capital de Guyana, para reabastecerse de combustible camino al
África. Brasil, otro actor importante, permaneció silente pero apoyó a
Guyana bajo la mesa, movido por su interés por controlar la Amazonia. En ese
momento Brasil estaba dirigido por el general derechista Emilio Garrastazu
Medici, designado por el Alto Mando Militar para suceder al mariscal Costa e
Silva, quien había sufrido un infarto. Venezuela no pudo contrarrestar esa
poderosa combinación de apoyos y Caldera al tomar el poder en 1969 claudicó. En
esas condiciones la rebelión del Rupununi fracasó.
En los años siguientes la reclamación venezolana permaneció
como congelada. El presidente Chávez inició su largo mandato, manteniendo la
reclamación sobre el Esequibo, pero en la medida que Chávez fue cayendo bajo el
control de Fidel su actitud cambió radicalmente. En el 2000, al oponerse a la
construcción de una plataforma norteamericana de lanzamiento de satélites en el
territorio en disputa, pareció mantener la tradicional política venezolana en
relación a ese territorio. Pero pronto quedó en evidencia que sus motivaciones
no eran patrióticas sino ideológicas, impulsadas por su pasión comunista y
antiyanki.
En el 2004 nuestro
"nacionalista" presidente sorpresivamente declaró que no se oponía a
que Guyana otorgara concesiones a compañías multinacionales en la región. En el
2007 declaró neciamente a los medios que la reactivación de la
reclamación del Esequibo hecha por Betancourt en 1962, se hizo por presiones
del "imperio" para desestabilizar al gobierno de Cheddi Jagan. Esa
declaración es históricamente falsa. Cuando Betancourt tomó esa
decisión Guyana no era independiente y Jagan no tenía ninguna responsabilidad
en materia de relaciones exteriores. Pero el mal estaba hecho con esa
tergiversación de la Historia, recurso que Chávez usa con singular desparpajo.
Con su esa declaración entreguista, Chávez, obedeciendo a
Fidel, mandó urbi et orbi el mensaje de que Venezuela renunciaba a sus
ancestrales derechos sobre el Esequibo. La defensa del territorio nacional es
uno de los principales responsabilidades de un presidente. Esta arbitraria
declaración constituye una evidente traición a la patria y no tiene validez
legal. El acuerdo de Ginebra que establece la búsqueda de "una solución
satisfactoria para el arreglo práctico de la controversia" aun sigue
vigente. Es una absurda solución promovida por Fidel, satisfactoria solo para
Cuba y Guyana.
La declaración claudicante de Chávez permitió que el gobierno
de Guyana presentara hace poco una solicitud para extender su plataforma
continental de 200 a 350 millas incluyendo al Esequibo. Guyana aduce haber
consultado con sus vecinos Barbados, Surinam, Trinidad y Tobago. Venezuela fue
ignorada olímpicamente. Nuestra Cancillería no ha reclamado porque Chávez no ha
dado la orden. El silencio equivale a la aceptación de los hechos
cumplidos. Pese a la traición, el Esequibo es nuestro.
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que
se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial
No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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