jueves, 2 de junio de 2011

Esequibo: precisiones





¿Por qué esos informes han sido secretos para el común de los mortales?

Rafael Sureda Delgado

El Canciller Maduro acaba de reunirse con el “Buenoficiante” designado por el Secretario General de las Naciones Unidas, para el caso de la reclamación venezolana a Guyana y Gran Bretaña (todos los pasos que se dan se comunican o deben comunicarse a estos dos países) sobre los 159.500 kilómetros cuadrados de la Guayana Esequiba o Territorio Esequibo, usurpado por el laudo arbitral de 1899. De esta manera el Gobierno Nacional da continuidad al cumplimiento del Acuerdo de Ginebra de 1966.

Pero la nota de prensa y la que sale en la página de Internet de la Cancillería amerita una precisión, quizá para algunos innecesaria, pero para nosotros la aclaratoria para los lectores es imprescindible.

El Acuerdo de Ginebra, firmado en febrero de 1966, acordó en su momento la designación de una comisión mixta (Venezuela-Guyana) que trabajaría por cuatro años tratando de buscar y encontrar la solución “satisfactoria y práctica” del reclamo venezolano, como no se logró iniciaron la segunda fase e intentaron seleccionar un medio de solución pacífica de controversias, por el cual transitar ambos países para cumplir el objetivo de resolver el reclamo, no hubo acuerdo en la escogencia y se pusieron a buscar un órgano internacional que encontrara el tan necesario “medio”, no se llegó tampoco a nada y dejaron esta selección en manos del Secretario General de la ONU. Aquí entra la precisión que creemos necesaria.

La información del encuentro indica que Maduro sostuvo la primera reunión oficial con el “designado por las Naciones Unidas”. Hay que indicar que ni la Asamblea General ni el Consejo de Seguridad escogió al que se reunió con el Ministro. La designación la hizo en forma personalísima el propio Secretario General, así lo indica el Acuerdo de Ginebra.

Y así mismo se comprometió el Secretario de aquel entonces Sithu U Thant en comunicación dirigida a Venezuela en abril de 1966, tomando nota “de las obligaciones que eventualmente puedan recaer en el secretario general de las Naciones Unidas en virtud del párrafo dos del artículo IV del Acuerdo,  y me complace informarle –continúa diciendo- que dichas funciones son de tal naturaleza que pueden ser desempeñadas apropiadamente por el secretario general de las Naciones Unidas”. Funciones que han cumplido todos los nombrados por tan importante funcionario internacional desde hace tantos años. No se habla pues de ningún otro órgano de la ONU sino de él, el Secretario. Creo dejar claro que en mi concepto no debería hablarse de “designado por las Naciones Unidas”

Por último una inquietud. Desde hace veintiocho años (marzo de 1983) diferentes Secretarios de la ONU han estado designando estos “mediadores” o “buenoficiantes” y Venezuela ha nombrado a su vez a diferentes “facilitadores” quienes han colaborado con el nombrado por el Secretario.

 Todos los venezolanos, de manera directa o indirecta, han sido conocedores del tema. Pero nos hacemos esta pregunta.

Al final de sus actividades el “buenoficiante” debe haber entregado un informe final al Secretario, con copia a Venezuela y Guyana y tal vez a Gran Bretaña, indicando sus encuentros con los representantes venezolanos y guyaneses, y quizá por qué no, con funcionarios de la Cancillería británica. Debe haber indicado en el informe sus propios planteamientos, los recibidos por los dos países y los de los ingleses si se produjeron esos encuentros, las diferencias y dificultades para resolver la controversia territorial-marítima, las soluciones propuestas al conflicto y mil cosas más.


 ¿Por qué esos informes han sido secretos para el común de los mortales?, ¿acaso es cierto que los mismos han sido contrarios a los intereses venezolanos? ¿Por qué nunca se han discutido en el país en forma abierta?


rafael_sureda@yahoo.com


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