Tomado de:
Confieso que me asaltó una creciente preocupación cuando leí
algunas de las últimas declaraciones de Heraldo Muñoz, el mítico canciller
chileno, cuando se refería a la demanda boliviana de negociar un acceso
soberano al Pacífico y el posterior rifirrafe de declaraciones de
variopintos personajes entre La Paz y Santiago.
Ya sabemos hasta la saciedad que Chile sostiene que el
tratado de 1904 zanjó todo y no hay nada que discutir y menos ante la Corte. Al
Gobierno de Bachellet le llegó la amnesia de la mano del capricho, síntomas de
senilidad temprana. Se olvidaron que los tratados además de cumplirse, también
pueden ser modificados por las partes o cuando así lo decida la Corte (como
ocurrió en el caso con Perú), olvidan también que son exigibles de cumplimiento
las promesas. Los Estados que ofrecen soluciones no pueden desconocer sus
propios actos y menos revocarlos posteriormente.
Pero bueno, estamos en pleito y dentro la contienda caben las
posiciones encontradas que al final se dilucidarán por los multiculturales
jueces de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. ( Por si acaso,
lo de multiculturales no es una ventaja para el Estado Plurinacional, es un
mandato de su Estatuto para la composición de sus jueces).
Lo que francamente preocupa es la altisonante afirmación de
Heraldo, (el del mito Muñoz) quien hace muy poco decía: “No sólo hay una
demanda contra Chile sino contra el sistema internacional”. Cuando la leí, me
trajo de inmediato recuerdos a George Bush II quien inmortalizó aquello
de que “Either you are with us, or you are with the terrorists”… (O están con
nosotros o están con los terroristas). Sí, así suena el concepto y el tono que
usa el canciller chileno Heraldo Muñoz cuando pretende hacer ver al mundo que
los bolivianos son los infractores del sistema internacional, que osamos pedir
abrir una “caja de Pandora” para alterar los límites en todos los continentes y
alterar el orden mundial. ¡Para llevar adelante semejante atrevimiento, Bolivia
acude ante la Corte Internacional de Justicia.
Al igual que en la teoría Bush, si estás con Bolivia estás
también contra el sistema internacional y estar contra el sistema internacional
te ubica en el gran agujero negro que encierra a todos los demonios que pueden
pasar por la imaginación de Bush o de Heraldo. A Bush se le ocurrió lo de las
armas de destrucción masiva y no trepidó en invadir Irak . Hoy a Heraldo
se le ocurre aquello de Bolivia infractor, igual que Bush, abandera intereses
corporativos que dominan Atacama, puertos, pesqueras, bancos, mineros, etc., a
quienes no les gusta la idea de Bolivia en medio. Un país marginal con un
Presidente atrevido y sin musculatura para nada, mejor que se quede ahí
encerrado y así preservamos el sistema internacional, la Alianza para el
Pacífico, el encuentro de los Océanos, el TLC y mejor sin indígenas malcriados.
Y claro, Heraldo debe sentirse fortalecido por la
posición de Chile en el Consejo de Seguridad en las NNUU, sus agentes y
abogados vinculados al establishment norteamericano y con las maduras
relaciones con EEUU expresadas en el encuentro entre Michelle y Obama. Todos
confiados en que convencerán que el “libelo” boliviano es sólo un lamento
atrevido.
Pero así como a Bush se le cayó lo de las armas de
destrucción masiva y a EEUU el esquema de invasión y dominación en el
medio oriente, a Heraldo habrá que recordarle aquello que su compatriota Julio
Numhauser compuso para el mundo: Todo cambia… y cantárselo fuerte y claro junto
a los pueblos que no se aferran a aquello de que la victoria da derechos:
“Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar,
cambia todo en este mundo, lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana…
¡cambia todo cambia!”
El autor es abogado internacionalista
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