miércoles, 17 de abril de 2013

Gibraltar, Malvinas y el caso de Belice (III)

http://www.prensalibre.com/opinion/Gibraltar-Malvinas-caso-Belice_0_901109882.html


Tomado de:

Uno de los más impactantes fracasos de la política exterior de Guatemala debe verse en la pérdida del territorio de Belice, a pesar de la abundante justificación que el Estado guatemalteco ha tenido en el ámbito del Derecho Internacional, el cual no pudo hacer valer debido, entre otras cosas, al inmenso poder de la potencia colonizadora. Pero, hubo otros elementos que pueden explicar ese fracaso diplomático, y es la antipatía que, en su momento, generaron los gobiernos dictatoriales de Guatemala, los cuales proyectaban una detestable imagen ante el mundo.

LUIS MORALES CHúA
La mejor prueba de esto es que cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1975, se ocupó del derecho a la libre determinación del pueblo beliceño, Guatemala no obtuvo ni un solo voto a su favor. Nuestro país fue abandonado por todos los gobiernos, hasta por aquellos que, como los centroamericanos, habían sido antes sus aliados. Y dato curioso, pero significativo, por primera vez la representación de los Estados Unidos votó en favor del derecho de los beliceños a la libre autodeterminación. El único voto en contra fue el de Guatemala, gobernada entonces por el general Kjell Eugenio Laugerud García (1974-1978), cuyos más cercanos antecesores habían sido el general Miguel Ydígoras Fuentes, el coronel Enrique Peralta Azurdia, el abogado Julio César Méndez Montenegro y el general Carlos Manuel Arana Osorio. Y le seguiría nada menos que el general Fernando Romeo Lucas García.

La delegación de Guatemala en la Asamblea General de las Naciones Unidas era, por esos días, más que detestada, hasta por los periodistas que solían llenar la sala de prensa y, en cambio, eran muy corteses y cordiales con otras delegaciones, como la de Costa Rica, México y Panamá.

Eso, porque el mundo nutría su conciencia con informaciones acerca de los miles de asesinatos que eran cometidos por la política contrainsurgente de los regímenes guatemaltecos, en abierta violación a los derechos humanos. Situación que fue muy bien aprovechada por la diplomacia beliceña y británica, contra Guatemala.

En la publicación oficial de Belice, en 1980, titulada Free Belize Now se lee:
“La organización Amnistía Internacional con sede en Londres y otras organizaciones que promueven los derechos humanos han documentado ampliamente el comportamiento del gobierno de Guatemala en esa materia. Luego de citar algunos ejemplos de masacres de campesinos, asesinatos de dirigentes sindicales y periodistas, persecución a dirigentes políticos democráticos y las muertes de algunos de estos, como Alberto Fuentes Mohr y Manuel Colom Argueta, sentenciaba: si tal ha sido la suerte del pueblo de Guatemala cuando ha tratado de negociar con sus gobernantes, ¿puede esperar el pueblo de Belice algo mejor de esos gobernantes?”

Todo eso fortaleció el propósito británico, anunciado tiempo atrás, de otorgar a Belice la independencia, y el 21 de septiembre de 1981 el gobierno de Belice arrió en sus edificios públicos la bandera inglesa e izó la de Belice. Un nuevo Estado surgía en la región centroamericana. Casi se hace coincidir ese acontecimiento con una fecha especial para Guatemala: el 15 de septiembre. En 1981 nuestro país era gobernado por Lucas García.

En cambio, los gobiernos de España y Argentina en sus reclamos de soberanía sobre Gibraltar y las Malvinas recibían abrumadoras muestras de simpatía y apoyo, a tal punto que las consultas populares celebradas en esos territorios bajo la égida británica recibieron el reproche de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de los Estados Americanos (OEA), organizaciones que no les reconocen validez.

De manera que si en los terrenos de la política y la diplomacia, el caso de Belice fue notoriamente perdido, a la luz del Derecho Internacional Guatemala conserva posibilidades de obtener algunos resultados positivos si el diferendo es resuelto por la Corte Internacional de Justicia, como veremos más adelante. (Continuará)

Observación
Este autor no tomo en cuenta la tradicional reclamación territorial por los territorios al oeste del río Esequibo conocida como La Guyana Esequiba o Zona en Reclamación, incluso Venezuela planteo sus respectivas reservas en las Naciones unidas antes del proceso de descolonización  


2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar  Primera Edición

Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Territorios estos sobre los cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:

“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”



Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968

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