domingo, 27 de agosto de 2017

El irresponsable desafío a la confrontación


César Pérez Vivas
LA OPINIÓN DE
César Pérez Vivas
@CesarPerezVivas
26 DE JULIO DE 2017 12:36 AM
Luego de la impresionante manifestación de voluntad expresada por más de 7,5 millones de venezolanos, rechazando la fraudulenta asamblea constituyente convocada por Nicolás Maduro y exigiendo respeto a los derechos fundamentales propios de una democracia; la camarilla roja ha elevado su dosis de irracionalidad, radicalismo y tozudez.

Antes que oír la  voz del pueblo y la de la comunidad internacional, expresada en estos días de manera diáfana, solicitando suspender la convocatoria a la asamblea golpista y autoritaria; Maduro y su entorno asumen un grosero desafío a los venezolanos y a los países civilizados, que exigimos la restauración democrática y la correcta aplicación de la vigente Constitución Nacional.

La conducta del régimen comporta un irracional e irresponsable reto a los ciudadanos y a la comunidad internacional, hacia una confrontación que tendrá consecuencias desastrosas para quienes aquí vivimos y luchamos por conquistar una nación de justicia, paz y libertad.

La dictadura comunista no se detiene en su provocador lenguaje de confrontación y descalificación.

Ha sido ese su estilo desde sus inicios en la escena política venezolana. El lenguaje procaz, pugnaz e irrespetuoso que puso en boga en la vida política el difunto comandante Chávez, y que ha sido copiado por casi todos sus colaboradores, ha transmutado a un leguaje suicida, proyectando un estado anímico de odio y desesperación por parte de la cúpula política y militar de la llamada "revolución bolivariana".

La grave encrucijada en la que se encuentra ese grupo de actores políticos y militares es el resultado de una cultura de odio y confrontación, propio de la escuela marxista en la que esos personajes han sido formados; aunado con la voracidad material que los ha llevado a transitar el camino del crimen en los campos del narcotráfico y de la apropiación indebida de las finanzas públicas.

Luego de la multitudinaria votación del 16-J, los principales países del continente americano y la Unión Europea han anunciado sanciones económicas para nuestro país si finalmente la dictadura roja impone, desoyendo a las grandes mayorías de ciudadanos, la fraudulenta asamblea constituyente.

Frente a esos anuncios los voceros de la camarilla roja saltan ofendidos a blandir la bandera de un patrioterismo, que no han exhibido para defender nuestros derechos sobre el Esequibo, para entregar nuestras riquezas mineras a chinos y rusos, y para subordinarse a los dictados de la dictadura cubana.

Los únicos responsables de las consecuencias que se van a derivar de esas eventuales sanciones son los integrantes del alto gobierno, quienes enceguecidos por el poder concupiscente se han vuelto sordos frente a los legítimos reclamos de un pueblo hastiado de la sistemática y escandalosa violación de los derechos humanos, y del padecimiento, que el hambre y la violencia criminal le están generando.

"Los problemas de los venezolanos los resolvemos los venezolanos", ha dicho recientemente Elías Jaua, uno de los más conspicuos integrantes de la cúpula roja.

Pero ¿cómo podemos resolver nuestros asuntos los venezolanos, si esa cúpula no respeta a ningún ciudadano que expresa su desacuerdo con la gestión del gobierno; y, por el contrario, es calumniado, burlado, perseguido, hostigado, criminalizarlo, encarcelado o asesinado?

¿Cómo podemos los venezolanos encontrar caminos de solución a nuestras diferencias, si el régimen cierra todos los caminos a la participación electoral, desconoce y cerca a los poderes y autoridades no alineados con su política destructora de la paz y el bienestar humano?

¿Cómo podemos encontrar solución a nuestros males, si de forma fraudulenta pretenden adelantar una asamblea constituyente para aplastar toda forma de disidencia e imponer el Estado comunista, usurpando la soberanía popular y negando la autorización que constitucionalmente debemos otorgar los ciudadanos?

Todo el mundo civilizado, toda persona medianamente letrada sabe que el comportamiento del régimen socialista y bolivariano es absolutamente antidemocrático.

De ahí la reacción de la comunidad internacional y los anuncios de sanciones económicas para nuestro país.

Resulta que ahora Nicolás Maduro salta ofendido por tales anuncios. Olvida él y toda su camarilla las palabras por él pronunciadas cuando se produjo el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras en el año 2011.

Entonces Maduro, canciller en funciones del gobierno de Chávez, fue el vocero de los países de la región que anunció las sanciones económicas a los golpistas hondureños. Entonces le parecían buenas esas iniciativas y las decisiones de la OEA.

Ahora que es él y su régimen quienes le dan un golpe de Estado a la Asamblea Nacional y usurpan la soberanía del pueblo de Venezuela instalando una asamblea constituyente sobre un fraude, entonces los mismos anuncios "son injerencia extranjera", son "acciones imperiales", y anuncian su rechazo, aunque "los venezolanos mueran de hambre", como lo señalara la ex canciller Delcy Rodríguez.

Hoy en día el concepto de soberanía no tiene la misma dimensión del siglo pasado. Los derechos humanos y la democracia se han convertido en un valor que está por encima del concepto de soberanía, y para cuya preservación y defensa todos los Estados, incluida Venezuela, han cedido parte de ella al firmar tratados internacionales de obligatorio acatamiento, tanto para nosotros como país como para el resto de Estados integrantes de los organismos internacionales.

Si la soberbia del régimen lleva a la comunidad internacional a la aplicación de sanciones a nuestro país, los únicos responsables serán los integrantes de la camarilla roja.

Su soberbia está desafiando no solo a nuestro pueblo, sino a la comunidad internacional a una confrontación absurda e innecesaria.

Dios quiera que surjan en el seno del mismo régimen voluntades que eviten esa confrontación y ayuden a reorientar el rumbo que transitan, para encontrarnos en una solución política a la espantosa crisis en la que estamos inmersos.


2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar
Primera Edición

La Guayana Esequiba Zona en Reclamación
Terminología sobre cómo referenciar la Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.


Nota del editor del blog:

Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Territorios estos sobre los cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservó sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:

“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
  



Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como   Mar    Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968

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