Humberto Márquez18 de julio 2015 - 12:01 am
Guyana no cederá “ni una pulgada” de su territorio, dijo a
periodistas el entonces presidente Forbes Burnham, en el Hotel Tamanaco de
Caracas el 3 de abril de 1981.
Para que no quedasen dudas, Burnham evocó que si Venezuela
reclamaba 3/5 de territorio guyanés, Guatemala reclamaba “5/5” de Belice. Sin
conseguir nada.
Burnham visitó Venezuela y su anfitrión Luis Herrera Campíns
le comunicó la decisión de no prorrogar el Protocolo de Puerto España, que
congeló durante 12 años (1970-82) la reclamación venezolana.
Por cierto, Burnham murió de un infarto que siguió a una
operación de garganta, ejerciendo la Presidencia el 6 de agosto de 1985. Entre
quienes le atendieron había médicos cubanos.
David Granger, nuevo presidente de Guyana, pertenece a una
alianza política fundada sobre lo que fue el partido Congreso Nacional Popular
(PNC), de F. Burnham.
El descongelamiento del diferendo dio paso a otra glaciación,
la de los buenos oficiantes (todos oriundos del Caribe angloparlante), que ha
durado desde 1983 hasta nuestros días.
El protocolo siguió a cuatro años (1966-70) de fracasos en
dialogar o reunirse una comisión mixta que no pudo hallar un “arreglo práctico”
del diferendo.
Es que la controversia, según el Acuerdo de Ginebra, surge de
la contención venezolana de que el Laudo de París de 1899 es nulo e írrito.
Guyana sostuvo siempre que entonces debía probarse primero que dicho laudo era
nulo y sin valor.
La controversia pudo surgir una vez que el abogado Otto
Schoenrich publicó en 1949 el famoso Memorando de Severo Mallet-Prevost, que
narraba trapisondas en que incurrieron los jueces que trazaron la frontera en
1899.
Pero la sustanciación del reclamo venezolano fue sobre todo
obra de dos jesuitas, Pablo Ojer y Hermann González Oropeza, que investigaron
los archivos británicos sobre la materia, desclasificados medio siglo después
de la herida causada a Venezuela.
Ya que Guyana quedó con la administración del territorio en
disputa, el presidente Raúl Leoni ordenó patrullar como venezolanas las aguas
atlánticas frente al Esequibo.
Desde entonces, y más con el Derecho del Mar y los hallazgos
de hidrocarburos costa-fuera, avanzó en Venezuela la tesis de reivindicar “una
salida al Atlántico” y áreas marinas y submarinas, como parte del reclamo, y
una vía para su “arreglo práctico”.
Al embestir contra la Exxon, beneficiaria con su socia china
Cnooc de concesiones costa-fuera, el actual gobierno de Venezuela da
protagonismo al espacio marítimo.
En el espacio terrestre hay mucho por reivindicar. Desde la
necesidad de una reparación para Venezuela, cuyo territorio continental no ha hecho sino encogerse al paso de los siglos, hasta la
protección del ambiente y de las comunidades indígenas.
Por cierto, el fallecido historiador Daniel de Barandiarán,
cuando visitó la Guayana Esequiba, encontró comunidades indígenas enteras
devotas de la Virgen del Valle.
Esa advocación de la Virgen María es patrona del oriente
venezolano. Desde los tiempos de la colonia los misioneros esparcieron la fe
católica por todas las Guayanas.
Barandiarán llegó a sugerir que un “arreglo práctico” de la
controversia encuadrase a esas comunidades dentro de las fronteras de
Venezuela.
Guyana, con 214.970 km2 de superficie, encaja la
reivindicación venezolana sobre 159.500 (74% de su territorio). También Surinam
reclama la región de Tigri o New RiverTriangle, sureste guyanés de
aproximadamente 15.600 km2.
De modo que si Guyana devolviera todo a sus vecinos quedaría
con menos de 40.000 km2. Sería apenas una franja al este del río Esequibo en el
mapa suramericano. Y Caracas debería entregar a Brasil parte del territorio
recuperado, con aguas que van al Amazonas.
Pero Guyana no ha cedido ni un milímetro, “ni una pulgada”,
como diría Burnham, y sube la apuesta: no quiere más buenos oficiantes, sino
dirimir el asunto judicialmente.
En el plano regional, Venezuela ha sido solidaria con
Argentina por Las Malvinas, un conflicto emparentado con el suyo por el
Esequibo; con una salida soberana al mar para Bolivia, “la hija predilecta del
Libertador”, y con la independencia de Puerto Rico para mantener a la isla en
el regazo hispanoamericano al que ha pertenecido por siglos.
Queda por ver cuáles posiciones adoptarán respecto del
Esequibo los nacionalistas que reivindican la historia en Buenos Aires, en La
Paz y en el Caribe de habla castellana.
@hmarquez26
2005 La
Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar Primera Edición
Nota del
editor del blog:
Al referenciarse a la República Cooperativa de
Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al
oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el Gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río
Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente
sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la
margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la
Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos
soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea
del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
Océano Atlántico...”
LA
GUAYANA ESEQUIBA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2008/01/la-guayana-esequiba.html
Terminología sobre cómo referenciar la
Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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