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Fecha: March 25, 2015 3:46 pm
Para el internacionalista Eloy Torres, la impericia el
Ejecutivo, su “irresponsable verborrea” ha colocado al país en una situación en
la que Guyana, un país que tenía que acatar lo establecido en el Acuerdo de
Ginebra, hoy en día lo desconoce.
Por Enrique Meléndez
El internacionalista Eloy Torres descarta que los Estados
Unidos estén preparando una intervención armada en nuestro territorio, como lo
han interpretado algunos voceros del oficialismo, a raíz de las medidas
anunciadas por ese país en las últimas semanas.
¿Se puede considerar que la reacción de EEUU, declarando una
emergencia nacional frente a Venezuela, como señalan los voceros oficiales,
constituye un primer elemento, para la preparación de una intervención armada
en nuestro territorio?
— En absoluto. Por favor, estamos en el siglo XXI. Esta es
una respuesta que ofrece el gobierno norteamericano frente a los 16 años de
política exterior que ha tenido Venezuela con respecto a EEUU de insultos,
improperios, discursos escatológicos, calificando, por cierto, a uno de sus
presidentes de borracho, diabólico, que hedía a azufre, como se lo dijo Chávez
a Bush en las Naciones Unidas.
En fin de cuentas, las relaciones de EEUU y Venezuela siempre
han sido unas relaciones un tanto complejas. Pero por primera vez nos
encontramos que un gobierno nuestro asume una diplomacia frente a los EEUU
radicalmente procaz, escatológica, que no se parece en absoluto a la que en los
ciento y tantos años que nosotros hemos tenido de relaciones con EEUU. Valga
apelar a la historia para poner un ejemplo: en el año 1958, al caer la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el gobierno norteamericano, presionado por
el Congreso de ese país, incluso, había aprobado una ley que afectaba los
intereses petroleros venezolanos, en el sentido que prohibía seguir importando
petróleo desde Venezuela.
El gobierno, entonces, lo que hizo en ese caso fue mandar una
delegación sin escándalo, sin gritos, sin manifestaciones, sin decir: “Esto
constituye una ofensa, una agresión contra el pueblo venezolano”. Incluso, hay
que tomar en consideración que en mayo de 1958 el que iba a ser el presidente,
Richard Nixon, fue vapuleado y casi maltratado físicamente por grupos de
manifestantes en el Panteón Nacional y, no obstante, Venezuela y EEUU han
mantenido su relación en términos de bastante armonía y de bastante respeto.
Asimismo, hay que destacar la posición de Betancourt frente a
la posibilidad de intervenir militarmente a Cuba, a pesar de que Venezuela se
veía afectada por el gobierno cubano, y éste se opuso, como se opuso a la
intervención militar de la República Dominicana, y luego nuestro país ha hecho
valer sus posiciones a lo largo de la historia con relación a los tratados de
comercio de EEUU.
En fin de cuentas, han sido relaciones bastante complejas,
difíciles, ricas en hechos, pero jamás habían alcanzado esos niveles de
escatología, insultos e improperios como en estos últimos 16 años. Una política
exterior, que yo la llamo prometeica y mesiánica, alrededor de un solo
individuo que pretendía convertirse en representante, el portavoz de un pueblo,
cosa que es totalmente falsa.
Hoy en día Venezuela enfrenta una situación de hecho, pero se
trata de una situación de hecho que se puede resolver mediante la negociación,
mediante el arreglo diplomático. Esos intentos de hacer manifestaciones, como
yo he visto por el Metro, llamando a la gente a firmar en contra de la agresión
norteamericana. Eso no tiene ningún sentido, eso no tiene ningún valor.
Primero, porque eso es un problema diplomático, y por el cual
yo convoco a la racionalidad, a la ponderación, a la reflexión, a pensar las
cosas con la cabeza y no con el hígado o con el corazón, sino sentarse a
discutir con los EEUU. Eso es lo que importa. Pero, lamentablemente, no
quisiera ser malinterpretado, y es que aquí hay una gran ignorancia, pero no
ignorancia de alguna persona en particular, sino ignorancia porque no conocen
el manejo diplomático. Hablo de ignorantes, porque no conocen este oficio: todo
el mundo es ignorante. De acuerdo a lo que he estudiado de la diplomacia he
llegado a la conclusión de que las grandes crisis se resuelven con el diálogo,
mediante la discusión sana y de bastante respeto, y en términos diplomáticos, y
no así como está ocurriendo en estos momentos.
¿Qué se entiende en los EEUU por declararse en emergencia
frente a Venezuela?
— Bueno, aparentemente, es una decisión del gobierno
norteamericano que puede considerar que hay una emergencia para ellos tomar las
medidas que debían adoptar, y que considerasen que son necesarias, y para lo
cual no requieren de la autorización del Congreso, ni de ninguna instancia del
poder norteamericano.
Los EEUU simplemente están alertando, están promoviendo un
conjunto de políticas que podrían parecer como amenazantes. Seguramente, la
posterior declaración de la subsecretaria de Estado es para obligar al gobierno
del presidente Maduro a ponderar su actitud: el respeto a los derechos humanos,
el respeto al diálogo, a incentivar y procurar una situación en términos
civilizados, frente a los factores oposicionistas, a liberar a los presos políticos.
Mi padre fue un hombre que asumió como suya la bandera de la
insurrección en la década de 1960. Eso fue un gravísimo error; sin embargo,
tuvieron la suficiente inteligencia, él como otros tantos, como para repensar
su actitud, y decidieron cambiar de posición, y fue cuando dijeron: yo quiero
interpretar ahora al país dentro de una postura democrática y civilizada.
Había que tener valor para poner su pellejo como garantía,
para incursionar en el proceso armado, pero como también se dijo: había que tener
mucho valor para reconocer que te equivocaste y rectificar, y hacerlo bien.
¿Por qué el gobierno después de quince años de un proceso de enfrentamiento
permanente con EEUU, con Colombia, con México, con Perú, con Chile, con la
Unión Europea, con todo el mundo, por qué no procura una salida democrática
bien pensada?
Esta situación con EEUU coincide con la presencia de la Exxon
Mobil en aguas territoriales o en discusión con Guyana, cuyo gobierno ha
llegado a un acuerdo de exploración petrolera allí, lo que supone el
desconocimiento, por parte de Guyana del Acuerdo de Ginebra. ¿No le parece?
— A mí me gusta mucho citar a Antonio Machado, quien en uno
de sus aforismos decía: “Todo necio confunde valor y precio”. La relación con
los EEUU tiene un valor incalculable. Por eso, incluso, se pueden reacomodar,
rehacer. Tarde o temprano todo eso se va a reconstruir. Lo que no tiene precio
es nuestra reclamación sobre el Esequibo, reclamación que ha sido olvidada por
este gobierno durante estos 16 años.
Luego, su impericia, su desconocimiento, su ignorancia,
acompañada de una irresponsable verborrea izquierdosa y tercermundista nos ha
colocado en una situación en la que Guyana, un país que tenía que acatar lo
establecido en el Acuerdo de Ginebra, hoy en día lo desconoce, y nos saca la
lengua en el buen sentido, nos hace trompetillas; incluso, colocando el tema de
nuestras salidas al Atlántico en entredicho.
Participa la Exxon Mobil, participa el Caricom con apoyo a
Guyana, participa Brasil apoyando a Guyana, mientras Venezuela va quedando en
una posición aislada, reducida a un espacio mínimo, y entonces para nuestro
país es un drama, por cuanto el Caricom es una media luna que nos rodea y, a la
hora de un conflicto, nos puede colocar en una situación muy difícil. Si nos
trancan la salida al Atlántico se nos hace mucho más difícil todavía y
Venezuela, repito, por esa actitud irresponsable y desconocedora del manejo
diplomático del gobierno, hoy en día esté inmersa en una situación de
indefensión; estamos prácticamente acorralados.
Hay varios analistas que han planteado el tema de Guyana y
dicen que es gravísimo, que es urgente, y que hay que buscarle una solución. El
gobierno debería pensar con cabeza muy fría, sentar a todos los factores de la
oposición, para lo cual tiene que hacer un conjunto de concesiones; sentar a
los sectores económicos, sindicales, empresariales, eclesiásticos: a todo el
país; a los fines de defender el Acuerdo de Ginebra, para hacer hacerle ver a
ese país que tiene que reconocer lo tratado allí. Porque ese es un compromiso
que ambas partes acordaron, en presencia de los ingleses.
Al obligar a cumplir lo establecido en el artículo 4 del
Acuerdo de Ginebra, estamos haciendo valer nuestra presencia geopolítica en el
mundo.
¿Qué papel jugó, a su juicio, Unasur como mediador en la
situación tensa por la que atraviesa nuestro país? ¿Hay quienes observaron una
cierta torpeza en el manejo de las relaciones?
— Cuando me han consultado, yo he dicho que a mí me parece
muy bueno que venga Unasur, y que venga la OEA a ayudarnos a distender el clima
interno. Pero la primera fuerza que debe determinar el adecentamiento y la
reducción de la conflictividad es el propio gobierno, porque el gobierno es el
que maneja todos los poderes públicos, es quien controla las fuerzas armadas y
quien debe propiciar un diálogo con ese grupo de partidos y movimientos que,
cabalgando sobre un sentimiento nacional, anda buscando una salida democrática
al problema que tiene planteado Venezuela.
La visita de Unasur fue solamente un saludo a la bandera,
saludo a la bandera que miraba sólo para el gobierno. No fue muy feliz el
manejo mediático que hiciera el secretario general de Unasur, el ex presidente
Ernesto Samper, y quien mostró su verdadera vocación pro-gobierno venezolano. A
mí me parece que Unasur actuó en una forma muy acomodaticia, con una visión
falsificada sobre los hechos de este país. En este instante hay demasiada
información sobre Venezuela, y estos señores de Unasur saben perfectamente qué
es lo que pasa en nuestro territorio.
El problema con EEUU es algo que se soluciona en forma
diplomática, y no es la primera vez que Venezuela sostiene una situación tensa
con EEUU, en tanto que el problema con Guyana sí es grave.
Porque perdemos el Esequibo, perdemos nuestra salida al Atlántico
y nos vamos a encontrar con factores que nos son adversos hoy y toda la vida,
que nuestro país, mediante acuerdos de cooperación, ha logrado atenuar, ha
logrado reducir a un mínimo esos márgenes de tensión con Venezuela.
¿Usted cree, como dicen algunos voceros oficialistas, que el
presidente Hugo Chávez fomentó una nueva geopolítica en el mundo?
— Yo no he visto todavía la geopolítica de Chávez. Lo que he
visto ha sido una acción zigzagueante, poco coherente, poco cónsona con el
interés nacional. Geopolítica para nosotros debe significar la optimización de
los beneficios y, honestamente, yo no veo que nosotros lo hayamos hecho. La
geopolítica de Chávez no ha existido.
Las relaciones diplomáticas cambian muy poco, y sólo lo hacen
cuando los grandes factores deciden cambiar. Desde que Venezuela firmó en 1961
el Tratado de Viena, el esquema de funcionamiento de las embajadas y de las
relaciones diplomáticas no ha variado. Eso de que con el advenimiento de Chávez
al poder y ahora con Maduro ha cambiado la geopolítica mundial, eso es la
mentira más grande, porque la diplomacia se trata de un entendimiento entre los
actores.
Cancilleres han sido ignorantes
¿Qué opinión le merece la forma como se está llevando a cabo
la política exterior de Venezuela?
— Lamentablemente, la política exterior venezolana, a través
de su instrumento que es la diplomacia, está siendo muy mal manejada desde hace
16 años, salvo el momento en que estuvo José Vicente Rangel, que se trata de un
hombre bastante ponderado. Por tratarse de un político muy conocedor siempre se
mantuvo en los límites de las proporciones e, incluso, podemos decir: cuando
Roy Chaderton era más o menos sensato también se manejó con una cierta
ponderación nuestra diplomacia, pero el resto de los personeros que han ocupado
el despacho de Relaciones Exteriores se han comportado como unos grandes
ignorantes.
No es posible que Venezuela actúe, en ese sentido, como un
carrito chocón. No es posible que con el conflicto que se ha tenido con EEUU,
el presidente Maduro haya tenido un choque también con Uruguay y haya agredido
al vicepresidente de ese país, siendo su aliado en el Mercosur. Eso es
inexplicable. Para eso está el canciller, para aconsejar al presidente, pero es
que resulta que nuestra actual canciller se metió, incluso, con Roberta
Jacobson, la vocera del gobierno de EEUU para la América Latina, llamándola
petulante.
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Chávez Frías, ante la reclamación de la Guayana Esequiba? Parte. II
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ante la reclamación de la Guayana Esequiba? Parte. III y última
2005 La
Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar Primera Edición
Nota del
editor del blog:
Al referenciarse a la República Cooperativa de
Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al
oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el Gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río
Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente
sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la
margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la
Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos
soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea
del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
Océano Atlántico...”
LA GUAYANA ESEQUIBA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2008/01/la-guayana-esequiba.html
Terminología sobre cómo referenciar la
Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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