domingo, 15 de septiembre de 2013

“En Malvinas aprendí a tener fortaleza”


http://www.clarin.com/deportes/Malvinas-aprendi-tener-fortaleza_0_992300883.html



Ex combatiente. De Felippe, el primero desde la izquierda, en las Islas.

13/09/13
Omar De Felippe terminó el servicio militar obligatorio el 23 de diciembre de 1981. Cuatro meses más tarde, y una semana después del desembarco argentino en las Islas Malvinas, un soldado le dejó a su mamá Rosa la orden para presentarse en el Regimiento 3 de La Tablada. Rosa lo despertó llorando, angustiada. El 9 de abril de 1982, de madrugada, lo llevaron a Malvinas en avión con previa escala en Río Gallegos. Ahí empezó una despiadada odisea que terminó el 14 de junio, cuando se firmó la rendición.

Pasaron 31 años. Quedan los recuerdos vivos en la piel, en la mirada y en la voz del entrenador de Independiente. “El de Malvinas es un tema que me gusta hablarlo, pero no mezclarlo con el fútbol. Malvinas fue especial para mí. Me tocó. Por suerte la puedo contar. Es algo superado. Hoy lo tomo como una experiencia de vida”.

-¿Cómo es eso de vivir con angustia e incertidumbre?

-Ahí aprendí a tener fortaleza y convencimiento para hacer cosas. En ese aspecto me ayudó muchísimo. Allá, en los peores momentos, tenía que estar arriba. Cada día me levantaba pensando que no nos íbamos a morir. No sé, sabía que no nos íbamos a morir...
-¿Sabías o lo sentías?

-Lo sentía... Todos los días era levantarse y sobrevivir. Dale y dale y dale. Uno de los problemas más graves, además del hambre y el frío, era la cabeza. Soportar ese escenario era complicado. Si mentalmente podés soportar esas presiones, zafás. Te tenés que retroalimentar permanentemente. Todos los días. Ahora, si te ponés a pensar en todo lo que pasa alrededor, te metés en un cascarón y no salís más. Salvando las distancias, acá en Independiente pasa algo similar: el entorno está caldeado y no lo vamos a cambiar ya. Eso sí: desde nuestra posición podemos tratar de ir cambiándolo. ¿Cómo? Con juego, con resultados.

La vuelta también fue traumática. Tuvo que pelear otra guerra . “No fue fácil insertarse en la sociedad”. El fútbol lo ayudó y mucho: 14 meses después debutó con la camiseta de Huracán. “Volví a vivir”, aseguró.

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