martes, 3 de septiembre de 2013

El Callao: tierra de casas muertas


http://www.entornointeligente.com/articulo/1483844/El-Callao-tierra-de-casas-muertas--MARIA-MAS-HERRERA-02092013


Tomado de:
 MARÍA MAS HERRERA
ENTORNOINTELIGENTE.COM / Llegué a El Callao
despuntando los últimos rayos del sol rojo de Guayana. Larga travesía desde Caracas, en busca del preciado oro. Me acompañó un baqueano de la zona, mi amigo, un tal Rafael Lazo, coplero de profesión, artista y encantador de boas. Por el camino me dijo: "María, prepare el ojo comadre, que son más de trescientas joyerías, cada una mejor que la otra, usted va p'al Callao, tierra donde brilla de noche el sol porque el oro adorna ese pueblo. Se da como piedras". Le creí, para desgracia mía.


Cuando nos adentramos al pueblo, un perro flaco cruzó la calle y unos borrachos siguieron con la vista hasta el final del camino a la gran camioneta donde nos desplazábamos. Era sábado en la tarde, día de vender oro en El Callao. Recorrimos con letargo la plaza roída y sus alrededores embasurados. Sólo encontramos tres tienduchas oscuras, empolvadas y aún abiertas. En todas sólo vendían baratijas de plástico compradas a los buhoneros de la Avenida Lecuna, en Caracas. El oro brilló por su ausencia. Únicamente unos pedazos de cochano (oro malo de aleaciones) y una que otra prenda importada de Italia, dispuesta para algún turista loco o revoluchenco desesperado y con exceso de liquidez en el bolsillo.

−Ya no hay oro en este pueblo. Esto se lo llevó el diablo− dijo el coplero. Yo insistí en la compra con un árabe flaco que me mostró los últimos vestigios de una joya extremadamente cara. Habló del precio en dólares, por gramo, yarda, kilo, pero nada, no hubo acuerdo. Se acabó el oro de El Callao.

Ni el flamante Ministerio, con sus nuevas organizaciones para el oro que hasta el presente han resultado un fraude mayúsculo, con despilfarro mayor, ni la ley de nacionalización del oro que representa una verdadera patraña legal, ni las tan cacareadas alianzas estratégicas Pdvsa para el desarrollo aurífero, ni el gran negocio del fondo chino, han podido evitar o mejorar la bomba atómica que destrozó a El Callao. Claro, hay un actor clave crítico en este funesto episodio de la vida económica nacional: Las FAN Bolivarianas, responsables de evitar el contrabando y los negocios ilegales. Como decía mi difunto esposo: "Zamuro cuidando carne".

Guayana está saqueada gracias al poder infinito con el que cuenta el flamante gobierno revolucionario. El más saqueador, dañino y apátrida que ha caracterizado el presente siglo. Allí no hay corrupción, sino saqueo, nada se controla, no más que los propios estafadores de la patria. Antes de ellos la corrupción era una acción evidente, pero aún las leyes, normas y contralorías ponían límites a la acción. Ahora no hay control más que el de la mafia saqueadora.

Me senté a llorar y escuchar las coplas tristes de Rafael en la placita central de El Callao, y una viejita mulata al pasar cerca, me advirtió: "No llore más, mija, que la tierra no la arranca naidien. Algún día este pueblo se recuperará de esta desgracia tan grande jecha por militares langostas y fariseos que ha caído por aquí". Me sequé las lágrimas con mi franela sudada y emprendí la marcha. Comí pollo asado en Guasipati y llegué a Barcelona. Mirando el mar escribí estas líneas. De algún lado escuché la canción: El Callao Tunay. Recodé a Parapara de Ortiz tan magistralmente revelado en la gran obra de Miguel Otero Silva "Casas Muertas", y pensé: El Callao, tierra de Casas Muertas; y comencé a llorar sin más oro que la flor de un araguaney evanescente.


Economista y profesora universitaria

Web. www.mariajosefinamas.com

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