Jul 13, 2015
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Para el presidente de
Idefv cada vez que Venezuela tiene problemas en el orden político, económico y
social ocurren depredaciones de su territorio
Andreína García Reina
El general en retiro Oswaldo Sujú Raffo está al frente del
Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (Idefv) desde el año 2000.
Mientras estuvo activo comandó la división de Selva y tuvo bajo su
responsabilidad los estados Delta Amacuro, Bolívar y Amazonas, allí conoció de
primera mano las pretensiones territoriales de los países vecinos.
A su juicio, si Venezuela estuviera ahora en las mejores
condiciones para un arbitraje estaría bien, pero “no lo estamos porque no
tenemos una economía sólida, tenemos una crisis económica y social y seguimos
(como hace un siglo) sin la unidad nacional necesaria para poder enfrentar el
problema”.
“El Esequibo es tuyo, es mío, es de todos y, como la patria,
hay que defenderlo”, dice. “El problema con Guyana es un problema de Venezuela,
eso nos obliga a verlo como un problema de Venezuela y no de ideología ni de
interés políticos o grupales”, destaca Sujú Raffo mientras señala que el caso
del Esequibo es “un caso patente de cómo se irrespeta a un Estado, a una nación
por el solo hecho de estar desvalido, en comparación con otros países más
poderosos”.
¿En 1595 hasta dónde
llegaba la Provincia de Guayana?
Llegaba al río Orinoco, río Meta, a las estribaciones de la
Cordillera de Los Andes, al río Amazonas y al Océano Atlántico. Eso fue antes
de que llegara la avanzada de los portugueses.
¿Puede hablar sobre la
Capitanía General de Venezuela de 1777?
Alguien dijo en estos días que Trinidad no era de Venezuela.
En 1777 sí era de Venezuela, lo que pasa es que la Gran Bretaña, que era el
poder en esa época, nos quitó en 1779 Trinidad y como era una isla con poca
población fue quedando en manos de ellos hasta que España en 1803, no tengo la
fecha exacta, la pasó a Gran Bretaña, pero eso sí era parte de la Capitanía
General de Venezuela. Era una provincia, la llamaban la provincia solitaria.
Con el tiempo ese mapa sufrió porque se aprovecharon muchas circunstancias.
Hasta el día de hoy se ha perdido más de la quinta parte del territorio.
El Esequibo inglés no es la Guayana Esequiba
Sobre el territorio Esequibo, Sujú Raffo hace una importante
salvedad. “En 1814 Inglaterra le compra a Holanda sus tres establecimientos.
Mucha gente se confunde y dice que Inglaterra compró el Esequibo en esa fecha.
Eso es mentira. Al oeste del río Esequibo es la Guayana Esequiba, en aquella época
era España. Ahora es Venezuela. De ese río hacia el este, estaban los
establecimientos de Holanda. El establecimiento que los ingleses compraron que
se llama Esequibo estaba entre el río Esequibo y el río Demerara, del río
Demerara al río Berbice, quedaba el establecimiento Demerara y de ese río al
Corenrtín quedaba el Berbice”.
Luego cuenta que en 1803 Inglaterra, que ya era potencia,
invadió esos territorios y algunos habitantes cruzaron el río Esequibo hacia el
oeste y ocuparon 4000 kilómetros. “En plena Guerra Civil nuestra y en plena
Guerra de Independencia, cuando Boves estaba acabando con la República, es
cuando Inglaterra le compra a Holanda sus establecimientos. Lo ingleses querían
expandirse y pagaron 3 millones de libras esterlinas”, puntualiza. “Hay incluso
un documento de 1839 hecho en Londres, que habla de las colonias británicas en
esa época y las enumera: Demerara, Esequibo, Berbice, Honduras y las Islas
Malvinas. No tenían más nada”, sostiene.
Inglaterra era la primera potencia del mundo, “tenía la flota
militar más poderosa del mundo, la flota comercial más poderosa”. En esa flota
comercial, dice, “sacaban entre 50% y 60% de los productos latinoamericanos. En
la quinta parte de la tierra civilizada estaba la bandera de Gran Bretaña y los
bancos de la Gran Bretaña financiaban el 70% de la Revolución Industrial”.
Es en ese contexto que Sujú Raffo ubica históricamente la
aparición del primer mapa de Shomburgk, un geógrafo prusiano que fue contratado
por la corona británica. “Ese primer mapa, que solo tenía 4000 kilómetros más
allá del río que les vendieron los holandeses, lo esconden”. Más adelante el
general retirado cuenta que Shomburgk convence a los ingleses de las riquezas
de esa tierra, les habla del Orinoco como la llave de América del Sur, el
Danubio de América, y es ascendido a Lord y enviado nuevamente a hacer otro
mapa, “que esta vez tiene 141.000 kilómetros. A Shomburgk se le va la mano y
pone postes cerca de Punta de Barima con insignias de la reina”.
“A partir del primer mapa de Shomburgk todo lo que sale de esos 4000
kilómetros son invasiones”, afirma Sujú Raffo
La fiebre del oro no tiene límites
Los ingleses desde hacía mucho tiempo habían reconocido el
territorio de la Capitanía General de Venezuela, asegura el presidente del Idefv.
“En 1779 el Generalísimo Francisco de Miranda, imprimió y publicó en Londres el
mapa Cruz de Cano y Olmedilla, el mejor cartógrafo español del momento, con
patrocinio del gobierno británico, donde el río Esequibo era nuestro límite al
este”.
Sigue su relato histórico con otro hito importante. “En una
oportunidad el Barón Humboldt se dio cuenta de que arriba de los Montes Urales
habían muchos yacimientos de oro y dedujo que esos montes tendrían la misma
formación geológica del macizo de aquí del Brasil, el Mato Grosso, y que por
circunstancias análogas, el Mato Grosso tendría las mismas características
morfológicas de la Guayana nuestra. Esa fue una de las primeras cosas que
fueron tomando en cuenta. Los ingleses en esa época no daban puntada sin dedal.
Sabían todo lo que estaban haciendo”, dice.
“A partir del primer mapa de Shomburgk todo lo que sale de
esos 4000 kilómetros son invasiones”, sopesa Sujú Raffo y asegura que la
posterior explotación de oro del Yuruari despertó muchas ambiciones. “Se combina
entonces la riqueza del Yuruari con la situación política de Venezuela. Hay que
decir que aquí se aprovechó la situación política de Venezuela para hacer
depredaciones territoriales sustentadas por títulos jurídicos desde 1595”,
denuncia.
“Desgraciadamente cada vez que Venezuela tiene problemas en
el orden político, económico, en el orden social pasan depredaciones del
territorio”, reflexiona, tras contar que para 1850 Venezuela firma con
Inglaterra un acuerdo de status quo, en el que se acuerda que los ingleses no
avanzarían más. “Inglaterra desconoce la firma, y en 1895 ya estaban llegando a
Upata, hasta que el general Domingo Sifontes tomó presos a los ocupantes de la
estación de policía que instalaron al sur del Cuyuní”.
Sujú Raffo continúa la historia con la actuación de Joaquín
Crespo. “El presidente los libera y le quita el cargo a Sifontes. Para ese
momento, ya Inglaterra había roto relaciones con Venezuela y amenaza con la
fuerza militar y es en ese momento que Venezuela solicita a Washington su
intervención”.
“El presidente estadounidense Cleveland intercede porque
decide aplicar la doctrina Monroe, porque ninguna potencia ocupará los
territorios de América”, cuenta.
¿Por las pretensiones
imperialistas de Estados Unidos?
No, no creo que haya sido ese el espíritu de la doctrina. Eso
es lo que han dicho algunos. El espíritu es que América debía haber salido del
coloniaje. Las cosas a veces las tergiversan. Entonces EEUU decide ayudar a
Venezuela, pero hablamos de una época en la que los imperios comienzan a
abrirse. Hubo un acuerdo con el secretario de Estado Richard Onley para hablar
del arbitraje que iba a resolver el problema. La base del acuerdo para el
tratado de Washington de 1897 es muy sencilla: demostrar quién tiene los
documentos jurídicos, históricos y legales de su territorio. Los que tenía
Venezuela y los que tenía Holanda en el momento en el que le vende los tres asentamientos
a Inglaterra. Lógicamente Inglaterra no aceptó. No tenía cómo demostrarlo.
Nosotros tenemos 304 años para demostrar que el Esequibo lo heredamos de
España. Inglaterra, que era potencia, pone las condiciones. Venezuela no tenía
opción porque estaba amenazada por la fuerza. El tratado de Washington por el
solo hecho de ser presionado por Inglaterra para que no estuviera un juez
venezolano, ya eso lo hace írrito a la luz del derecho internacional. Nombran
las comisiones, nombran dos jueces por Inglaterra, dos por EEUU y uno ruso que
había sido criado en Inglaterra y estaba a favor de ellos. Allí surge toda una
serie de componendas.
Habla Sujú Raffo:
“Hasta el día de hoy se ha perdido más de la quinta parte del territorio.
Inglaterra no tenía nada que ver en Venezuela y menos en el Esequibo”
¿Qué tipo de
componendas?
El premier inglés le dice a Cleveland, que ya estaba dejando
la presidencia: “la sangre que nos une a nosotros es más espesa que el agua que
nos separa”. Llega el nuevo presidente y se apega a esa premisa porque ya
estaba entre las ambiciones de EEUU su expansión imperial. Ahí se habló del
apoyo inglés para el Canal de Panamá, donde EEUU tenía un gran interés. También
se habló sobre el apoyo inglés en Samoa, donde EEUU también se quería meter y
el caso de Canadá. Eso privó para que se hiciera un robo descarado del
territorio venezolano. De Washington fueron a París, y ya tenían lo que iban a
hacer. Venezuela desde ese mismo momento no aceptó el Laudo y en 1903 puso su
queja en La Haya. Después se atravesaron la I y la II Guerra Mundial y se hizo
cuesta arriba mantener un pleito internacional en esas circunstancias.
Más adelante uno de los abogados, Mallet Prevost, que
representó a Venezuela hizo un memorándum póstumo de todo lo que había ocurrido.
Después de que los archivos de Londres se abrieron en la década de 1950 y que
Venezuela encontrara todos los documentos que probaban lo que ocurrió en 1897,
se pudo armar un argumento contra Gran Bretaña. Lo que muchos no saben es que
Venezuela realmente comienza su reclamación del Esequibo en 1841, cuando unos
venezolanos, que hacían un recorrido en un vapor, vieron una bandera británica
en unos postes que habían puesto los ingleses tras el segundo mapa de
Shomburgk.
¿Cómo Venezuela permite
que otro país le represente en una disputa arbitral?
Venezuela era un país sin recursos, pequeño, inmerso entre
guerras intestinas. ¿Sabe qué ocurría mientras se firmaba el Laudo de París?
Andrade le estaba corriendo a Cipriano Castro. Veníamos del trauma de 1891, del
tratado de Madrid. Las circunstancias siempre se repiten y eso es lo que a mí
me preocupa. Tenemos un problema económico, uno social, uno político y las
ambiciones de los que nos rodean. Los venezolanos hemos sido muy generosos y
tenemos que entender algún día que no existe la amistad entre dos estados, sino
juegos de intereses.
¿Cómo se gesta el
Acuerdo de Ginebra?
Pérez Jiménez fue el primero que se movió. En una conferencia
interamericana que hubo en Caracas reclamó que Venezuela había sido víctima de
una depredación territorial y que el territorio debía ser resarcido. En la
información que se extrajo de Londres estaban los documentos oficiales y los
documentos personales. Entre ellos los de Onley. Allí se conoció que Onley
coaccionó a Venezuela para que aceptara el Tratado de Washington. Hay también
una carta personal en la que uno de los jueces asegura que era una farsa y que
le quitaron a Venezuela un territorio enorme.
Hay que darle a Betancourt la visión de que con lo que tenía
en sus manos podía existir la posibilidad de recuperar el territorio Esequibo.
Hay que reconocer también el trabajo del canciller Marcos Falcón Briceño, que
tuvo una excelente actuación. Fue tanto lo que llevó a Inglaterra que los
ingleses le dieron la razón y accedieron a revisar la documentación, pero al
año siguiente se negaron. El gobierno de Betancourt y el de Leoni siguieron el
mismo afán, pero entre 1961 y el 1970, la subversión comunista en Venezuela
perturbó el trabajo que se estaba haciendo con respecto al Esequibo.
¿Por qué lo perturbó? ¿Por la guerrilla?
La intención de abocarse Venezuela al Esequibo fue distraída
por el problema que teníamos en casa. Cómo será que a Cuba la sacaron de la OEA
por lo que hizo aquí. Sin embargo, Leoni enfrentó la situación y una de las
cosas que hizo fue el decreto 1152, que cerraba la boca del Delta del Orinoco,
con una línea de la boca del río Esequibo hasta Punta Araguapiche.
¿Y el consulado de
Morajuana que abrió Pérez Jiménez?
El que dijo eso tiene que entender muy bien lo que es un
consulado y lo que es una embajada. Un consulado es la representación del
Ministerio de Relaciones Exteriores de un país en otro país para resolver los
problemas de los conciudadanos, no tienen ningún tipo de autoridad sobre el
territorio. Es una oficina de auxilio de un país en otro país. No tiene las
connotaciones de una embajada. Si fuera una embajada yo diría que sí fue una
torta. Lo que pasa es que hay cosas que hay que saber interpretar. Eso tiene
una connotación geopolítica. Cuando firmamos el Acuerdo de Ginebra se firmó
para evitar una confrontación que se veía venir y más con el problema interno
que teníamos. En 1964 Leoni reclama a Inglaterra que estaban dando concesiones
en el territorio Esequibo.
¿Cuál cree que sea la
vía para recuperar el territorio?
Hay gente que piensa que es una lástima que en esa época no
se pidió la nulidad del tratado de Washington. Yo pienso que eso hay que
hacerlo, pero no ahorita. Más adelante cuando estén las condiciones dadas, en
otras circunstancias políticas, con un equipo de primer orden. Si nosotros
demostramos que el tratado de Washington es nulo, írrito, el Laudo de París es
nulo y su demarcación también. Pero eso más adelante, si fracasa lo que se está
haciendo ahora. Si eso fracasa, Venezuela tiene que prepararse para la
impugnación del tratado de Washington de 1897.
¿Cuál fue el error del
Acuerdo de Ginebra?
Si alguien hubiera dicho que si no se llega a un acuerdo,
ninguna de las dos partes podrá hacer exploraciones o explotaciones en este
territorio, nada de esto hubiera pasado. Cuatro años duraron las comisiones
mixtas y no llevaron a ninguna parte. El mayor error que se ha cometido en los
últimos años es poner la integración latinoamericana y regional por encima de
defensa territorial. Eso no puede ser. En Europa están integrados pero respetan
sus límites territoriales. Aquí se ha malinterpretado eso con darle todo a
nuestros vecinos. ¿Cuánto no ha dado Venezuela a Guyana? Incluso desde antes
del Acuerdo de Ginebra. Siempre mantuvimos ese criterio de integración regional
y Venezuela le dio de todo a Guyana. Primero apoyamos su independencia, luego
su ingreso a la OEA, pese a sus problemas limítrofes, además se les dio apoyo
para el desarrollo de infraestructura sanitaria, carreteras y posteriormente
PetroCaribe le da petróleo al 1% de interés a 20 años y le compramos el arroz
que siembran en nuestro territorio a precios superiores al mercado
internacional.
¿Qué opina de la
posición de Guyana y las declaraciones del presidente David Granger?
Ellos creen que nosotros somos pendejos y están en la
posición recalcitrante en la que están. ¿Cómo el presidente Granger va a decir
esas cosas? ¿Cómo va a decir eso si se les ha permitido que usufructúen un
territorio que no es suyo sino nuestro? ¿Cuántas personas saben que pescadores
nuestros han sido asesinados en altamar cerca de las islas de Guyana? Que sus
barcos los han dejado presos, que les han quitado sus pescas. ¿Sabe el
presidente Granger cómo se llegó al acuerdo de Ginebra? ¿Cómo usted presidente
Granger va a decir que están en derecho cuando sabe muy bien que el tratado de
Washington fue nulo e írrito porque viola todas las normas del derecho
internacional? Hay testigos y documentos. ¿Cómo va a decir eso si nosotros le
hemos dado la mano? Hasta le pusimos una línea aérea. Los hemos ayudado, los
hemos respaldado ¿No será al revés? Que ellos son una carga para nosotros.
¿Ustedes han visto algún comunicado de los países vecinos y hermanos de
Venezuela a favor de nosotros en la disputa con Guyana? Yo no lo he visto.
¿Qué opina de la posición de Maduro y el decreto que derogó?
Yo veo el decreto 1787 como la continuación del decreto 1152
de 1968, del presidente Leoni, lo que pasa es que se hizo muy tarde. Debió
hacerse cuando la Conferencia del Mar habla del mar territorial, de la zona
contigua y de la zona económica exclusiva. No sé quién puso las coordenadas T,
U, V vigentes hasta el 8 de junio, no las entiendo porque no están sobre las
líneas anteriormente trazadas.
¿Qué implicaciones
tiene que hayan derogado ese decreto a solo un mes?
En términos militares, orden y contra orden es desorden. Da a
entender que fue improvisado.
¿Qué opina sobre el
decreto 1859?
Veo un retroceso, un recule. No hay más nada. El decreto 1787
tenía una guías para definir las Zonas Marítimas de Defensa Integral, el de
ahora creo que no. Eso es como decir “tanto nadar para morir en la orilla”.
¿Crees que un presidente pueda decir públicamente que firmó un decreto sin
consultar al TSJ? La Habilitante es para los asuntos internos, no para que se metan
en otras partes. El asunto de presionar para que la ONU intervenga nos sacaría
del ámbito bilateral y podríamos tener que pasar por un arbitraje. Se podría
aplicar el artículo 33 de la carta de la ONU para impulsar el arbitraje.
La revuelta del Rupununi
En 1969 ocurrió la revuelta del Rupununi. Un grupo de
granjeros amerindios que se sentían sometidos y excluidos por el gobierno de
Guyana, que siempre fue inamistoso y cruel con sus etnias, se alzaron, relata
Sujú Raffo. “Allí hay problemas étnicos muy severos. Cómo será que esa gente
quería ser venezolana porque no aguantaban la presión de ellos. Allá los
dominantes son los hindúes y negroides”, añade.
Odeen Ishmael, ex embajador de Guyana en Venezuela, dice que
Venezuela financió esa revuelta
Eso es falso. A esos amerindios se les prestó auxilio y se
les llevó a Ciudad Bolívar. Allí muchos de ellos se quedaron viviendo, pero
quedaron con el sabor amargo de que Venezuela no los apoyó.
“Están en peligro
nuestras etnias”
“Guyana apenas tiene 40.000 kilómetros cuadrados y están
explotando en espacios que no les corresponden, que reclaman Venezuela y
Surinam, además de forma desastrosa. Una empresa brasileña, con la anuencia de
Guyana, quiere hacer una represa para construir una hidroeléctrica inundando 3.000
kilómetros cuadrados donde están nuestras etnias indígenas. Han construido
carreteras, quieren hacer un puerto de aguas profundas. A los chinos les dieron
960.000 hectáreas de bosques vírgenes para explotar una madera de excelente
calidad, pero para eso necesitan anegar ese espacio y destruir el hábitat de
nuestros indígenas. Hay un grupo de 17.000 indígenas que viven allí y si les
cortas los bosques y les inundas su ambiente los dejas sin nada. Además está la
explotación ilegal de oro con cianuro y mercurio. No hay nadie que les meta la
mano a los indígenas”.
2005 La
Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar Primera Edición
Nota del
editor del blog:
Al referenciarse a la República Cooperativa de
Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al
oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el Gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del
río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
LA GUAYANA ESEQUIBA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2008/01/la-guayana-esequiba.html
Terminología sobre cómo referenciar la
Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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