http://www.lv12.com.ar/288398-para-uruguay-la-ocupacion-britanica-en-las-malvinas-es-una-amenaza-latente.html
Tomado de:
Sábado 03/05/14 A-AA+
Lo advirtió el gobierno de José Mujica en un documento sobre
su política de defensa. "Incide negativamente en el Atlántico Sur",
argumentó. También destaca el rol de la Unasur.
El documento de 42 páginas titulado "Un Uruguay
integrado a la región y abierto al mundo" reconoce que "no es de
descartar en el futuro disputas o presiones de distinta índole" que
afecten la integridad territorial de Uruguay, y advierte que hay dos "amenazas
latentes".
La primera que menciona es "la situación particular que
se manifiesta en las Islas Malvinas, por la presencia de potencias extra
regionales y por tanto, que inciden negativamente en el Atlántico Sur como zona
de paz y cooperación". Según el Ministerio de Defensa uruguayo, dicha
situación "afecta la zona oceánica donde naturalmente se producen las
comunicaciones y la actividad económica marítima del país".
La otra amenaza latente que destaca el Gobierno uruguayo es
"el agravamiento de posibles conflictos fronterizos entre países de la
región" pues "debilita el proceso de integración en curso, genera
carreras armamentísticas contrarias al desarrollo y pone en peligro la
confianza mutua que se ha venido construyendo entre los países de la Unasur".
En ese sentido, el documento reclama un debate en torno a los
acuerdos de defensa regionales y destaca la importancia del Consejo de Defensa
Sudamericano dentro de la Unasur, al que define como un "espacio de
diálogo político y coordinación para los ministerios de Defensa de la región, a
la vez que permite la construcción de agendas regionales comunes en este
campo".
Otras amenazas para Uruguay que menciona el documento, según
el diario local La República, son "la trata y tráfico de personas, de armas
y drogas, el terrorismo y la preservación de recursos naturales
estratégicos", entre otros. Y advierte que son delitos que deben
combatirse de manera conjunta por más de un país.
Antecedentes
El gobierno de Mujica ha acompañado la postura y las
pretensiones de Argentina sobre las Malvinas en los foros internacionales y ha
materializado ese apoyo en más de una ocasión. Por ejemplo, el propio
presidente opinó que la visita del príncipe William para un ejercicio militar
en las islas "no tiene nada de simpático".
En diciembre de 2011 el Mercosur acordó un bloque de buques
con bandera de las Malvinas, lo que derivó en un enfrentamiento diplomático
entre Montevideo y Londres, luego de que el gobierno uruguayo rechazara el
ingreso de dos naves para aprovisionarse en su país.
A su vez, el tema se coló el año pasado en la política local,
cuando un grupo de dirigentes opositores aceptaron la invitación de una ONG
para participar como observadores del referéndum en el que los isleños ingleses
ratificaron su voluntad de seguir perteneciendo a la corona británica. El
oficialismo, en cambio, consideró que dicha elección fue "ilegal".
Este año la disidencia se repitió cuando otro grupo de
legisladores opositores viajó a las islas para conocer la situación de primera
mano y entrevistarse con políticos y empresarios. El Gobierno, en cambio, frenó
la inclusión de un legislador del Frente Amplio para no entorpecer las
relaciones con Argentina, cuya embajada en Montevideo expresó su "total
repudio".
Otra semana de declaraciones cruzadas
Mientras un grupo de hinchas argentina propone que las islas
aparezcan en la camiseta de la Selección nacional que se usará en el Mundial de
Brasil, la soberanía de las Malvinas volvió ser el objeto de una serie de
declaraciones cruzadas entre el gobierno argentino y el británico.
La presidente Cristina Kirchner había denunciado durante la
apertura de las sesiones ordinarias del Congreso nacional la militarización del
Atlántico Sur. "Las afirmaciones de que las Islas Falkland son una 'base
militar nuclear de la OTAN en el Atlántico Sur' o de que representan una
amenaza militar para la región son obviamente falsas", respondió el
miércoles el ministro británico de Foreign Affairs, Hugo Swire.
La cancillería que conduce Héctor Timerman replicó con un duro
comunicado en el que repasó los números de la presencia militar en las Islas
Malvinas y concluyó: "La Argentina niega que el despliegue militar
británico sea de naturaleza puramente defensiva. Ni la magnitud de las fuerzas
apostadas en el archipiélago ni la relevancia estratégica de las islas en el
despliegue de poder global del Reino Unido se condicen con tales pretensiones
defensivas".
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