martes, 22 de julio de 2008

¿Entregamos el Esequibo?/ Rafael Marrón González


Tomado del Correo del Caroní del 22 de Julio de 2008 http://www.correodelcaroni.com/content/view/103291/126/

Recuerdo que en los primeros años del gobierno de Chávez se generó una expectativa con el asunto de la reclamación del territorio Esequibo, y aquí en Guayana unos exaltados grafitaban las paredes con convocatorias a la toma armada de ese territorio venezolano en poder extranjero.

Luego la euforia nacionalista se evaporó en los éteres de la corrupción y la godarria roja rojita, al grado de correrse el rumor sobre una supuesta negociación de nuestra Cancillería con la de Guyana a cambio del voto para el Consejo de Seguridad de la ONU, y el embajador de esa nación usurpadora de nuestro territorio cometió el desmán de exigir a Chávez en nombre de la solidaridad comunista que diera por cancelada la reclamación y otorgara pleno derecho a los guyaneses sobre el territorio venezolano, lo que sería de grave incidencia sobre la posesión y soberanía de los mayores yacimientos gasíferos venezolanos, ubicados precisamente en la zona del Delta.
Y nos parece que esta pretensión ha sido respondida afirmativamente porque -violando el artículo 13 de la Constitución- se le ha permitido al Gobierno guyanés la explotación de las riquezas del suelo y subsuelo que se encuentran en la zona en reclamación, lo que equivale a entregarlo en silencio.

A diferencia, los venezolanos no podemos transitar por ese territorio. Las últimas noticias de la entrega de esta olvidada parte del país serían la construcción de un puente sobre el río Takutu (2007-2008) ubicado en la sabana del Rupununi que en 1969 se había subvertido para ser un territorio independiente bajo la protección de Venezuela, y en los últimos años está apareciendo el mapa de Venezuela mutilado sin su Zona de Reclamación, lo que debe ser combatido en las escuelas, liceos y universidades porque esa debilidad de identificación con nuestras realidades geográficas permitió que perdiéramos la Guajira.

Venezuela ha sido, de todo el continente americano, el país que en su historia ha sufrido la mayor agresión geopolítica, a pesar de que en la delimitación de sus fronteras ha esgrimido a su favor documentos como las cédulas reales que acreditan sus derechos históricos desde tiempos coloniales. Demarcado su territorio con la creación de la Capitanía General de Venezuela el 8 de septiembre de 1777, quedó fijado en una extensión de 2.100.026 km2.

Y perdimos Trinidad en 1797 por la invasión armada de Inglaterra. Y cuando se concreta la separación de Colombia en 1831, nuestro territorio quedó reducido a 1.552.741 km2 de los cuales solamente podemos contabilizar hoy, y gracias a un trabajo de triangulación hecho en el sur por Cartografía Nacional que nos permitió crecer algunos metros, 916.445 km2. Hemos cedido en laudos y concesiones 1.183.581 km2.

Y todavía Colombia, no conforme con el usufructo de una cuantiosa porción territorial desde la Guajira hasta los límites con el estado Bolívar, que por arte de magia hizo binacional al Orinoco, también quiere la mitad de nuestro golfo de Venezuela; y Brasil, inconforme con haberse apoderado en 1965 del Pico La Neblina, de 3.014 metros de altura y 2,2 millones de hectáreas, que conforman hoy el mayor conjunto ecológico del mundo, pretende continuar su expansión con su política de fronteras móviles, es decir creando pueblos fronterizos que se encargan por dinámica natural de invadir espacios ajenos, de allí la importancia de colocar en la Alcaldía del municipio Gran Sabana un inteligente nacionalista integral que enfrente las pretensiones coloniales brasileñas que ya han corrompido el idioma creando el “portuñol” y asimilando a los naturales a su música y tradiciones culturales.

Pero además de Guyana desconocer el Pacto de Ginebra que la obliga a negociar con Venezuela los 159.500 kilómetros cuadrados de tierra venezolana usurpada que generan 175.300 kilómetros cuadrados en el Atlántico, los países del Caribe aspiran apoderarse de la isla de Aves, la porción más septentrional del territorio venezolano, ubicada en 15º 44’33” latitud N y 63º 36’27” longitud O, situada a unos 563 km al norte del litoral venezolano y a 500 kilómetros de Margarita, que brinda a Venezuela espacio aéreo hasta limitar con Puerto Rico, plataforma continental, y entre ochenta y cien mil kilómetros, aproximadamente, de mar territorial, que según la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas, pueden llegar a 150.000 kilómetros cuadrados al finiquitar las delimitaciones con las naciones caribeñas vecinas. Y es precisamente -extraña paradoja- con un gobierno militarista y ultranacionalista con el que vamos a perder estos privilegios territoriales.


La importancia del Esequibo


En la Zona en Reclamación se focaliza el interés mundial por su capacidad geopolítica y geoestratégica representada por minas de bauxita y manganeso, 25 mil toneladas de oro en reservas probadas, diamantes, caolín, arenas, arcilla, sílice, mica, cromo, cobre, uranio, hierro, hematita, cinita entre otros minerales metálicos, no metálicos y radiactivos (uranio), granito de diversos colores, petróleo y gas natural, y un potencial hidroeléctrico de unos 3.500 megavatios.

En la región de tierras altas los bosques forestales ocupan más de ocho millones de hectáreas que contienen más de 1.000 especies diferentes, una fauna diversa y un porcentaje significativo de tierras agrícolas. Todo en manos de una población, constituida por 38% afroguayanés, 52% indo-guayanés, y 10% amerindios: araguacos y caribes, de 745 mil personas (censo 1999), de las cuales el 90% viven en la franja costera que representa el 4% del territorio, y unas sesenta mil han emigrado a San Félix, que conforman la segunda nación más pobre de América Latina después de Haití, que hablan un inglés muy personal y creen en Cristo, Buda y Mahoma en una amalgama cultural que se ha ido consolidando durante un siglo con elementos holandeses, británicos, españoles, indios, africanos, indígenas y caribeños, y que, salvo por la geografía, no tienen la menor afinidad con Venezuela.

Guyana explota retadoramente nuestro Esequibo

A pesar de la prohibición expresa de explotar las riquezas en el territorio en reclamación sin el concurso de Venezuela, circulan versiones extraoficiales, sobre que Georgetown, había aceptado la adquisición por parte de China, de una empresa explotadora de bauxita en la región Esequiba, al tiempo que confidencialmente, el presidente guyanés visita a su colega ruso donde se habló de la concesión en el mismo territorio, para la construcción de una represa hidroeléctrica.
Pero además, como lo denuncia el general Suju Rafo, denodado defensor de nuestra integridad territorial, Chávez “dio luz verde para que Guyana, usurpara abiertamente nuestro territorio Esequibo, explotara nuestras riquezas y arrinconara a Venezuela en el este atlántico con Brasil, nación con la que adelanta los siguientes proyectos:
1. Carretera Boa Vista-Bonfin- Lethem-Georgetown,
2. Puente sobre el río Esequibo,
3. Puente sobre el río Mazaruní,
4. Puente sobre el río Cuyuní,
5. Puerto de aguas profundas, en el Atlántico venezolano,
6. Complejo hidroeléctrico en el Alto Mazaruní, con líneas de transmisión hasta Boa Vista e incluye una planta de fundición de aluminio,
7. Planta hidroeléctrica de Amalia, sobre el río Potaro,
8. Puente sobre el río Tukutú,
9. Múltiples concesiones para la explotación de maderas, de minerales preciosos a empresas mundiales (Russol, Goleen Star, Vanessa Venture Ltd., etc.) y
10. la exploración de hidrocarburos en nuestras aguas nacionales en el Atlántico”.

Guyana invade además nuestro territorio atlántico


Aníbal Martínez, geólogo y presidente del Frente ProDefensa del Petróleo, afirma que en 1999 “el Gobierno de Guyana otorgó 130 mil kilómetros cuadrados en concesiones para la exploración de hidrocarburos. Basta sólo mencionar, para comprender la verdadera dimensión y enorme significado geopolítico del abusivo acto inamistoso, que una de ellas -Starbroek, entregada a Exxon Mobil- se recuesta en una longitud de 110 kilómetros en el límite venezolano-Trinidad-Tobago y las otras tres cierran completamente la vía marítima vital que nos corresponde como salida al océano Atlántico, por eso la entrega de concesiones petroleras y de gas por parte de Guyana una “agresión inaceptable a la soberanía de Venezuela”. La Constitución de Venezuela establece en sus artículos 10 y 12 que la Guayana Esequiba y su extensión aguas adentro en el océano Atlántico son porción integral de nuestros espacios geográficos y que los yacimientos de todas las clases de hidrocarburos existentes en ese territorio son bienes de dominio público y, por lo tanto, inalienables e imprescriptibles.

Por decreto presidencial del 9 de julio de 1968, Venezuela trazó la línea de base recta que cerró el delta del Orinoco de punta Araguapiche a Punta Playa y se extendió hasta la boca del río Esequibo. El tratado sobre la Delimitación de Aguas Marinas y Submarinas entre Venezuela y Trinidad/Tobago se firmó en Caracas 18 de abril de 1990. La plataforma continental generada en el Atlántico, tiene 175.300 kilómetros cuadrados de superficie. El Ministerio de Energía y Minas y el Frente ProDefensa del Petróleo, en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, anunciaron en junio de 2000 durante el Congreso Mundial del Petróleo en Calgary, Canadá, el programa exploratorio por hidrocarburos que desarrollarían conjuntamente la Armada y Petróleos de Venezuela en la Fachada Atlántica.

Luego, en septiembre de 2002, el Frente ProDefensa del Petróleo, en coordinación con el Ministerio de Energía y Minas y la Unidad de Guyana de la Cancillería, informó en el Congreso Mundial del Petróleo de Río de Janeiro sobre los progresos de la exploración del margen atlántico y el Programa de la Plataforma Deltana. El frente protestó enérgicamente en agosto 1999 el intento de Guyana de otorgar contratos petroleros de producción compartida en la plataforma continental de la Guayana Esequiba, pues el límite oeste de las áreas marcadas hubiera reducido la plataforma continental atlántica venezolana en el Atlántico a un triángulo de 14 mil kilómetros cuadrados e impedido el desarrollo eventual hacia el este de los yacimientos de gas natural descubiertos y por descubrir.

La Cancillería venezolana hizo lo propio en septiembre de 1999 y en julio 2000 Petróleos de Venezuela advirtió a la presunta empresa contratante que los bloques se ubicaban tanto frente al Esequibo como el Delta. De todas maneras, Venezuela convino en noviembre 2001 la adhesión de Guyana al Acuerdo Energético de Caracas. El frente advierte que 13 de febrero de 2002 Guyana informó a las Naciones Unidas que no reconocía la frontera binacional convenida en el Atlántico entre Venezuela y Trinidad/Tobago, a la vez que denunció la perforación de pozos en áreas supuestamente sometidas a su soberanía.

Aún hay más. En diciembre de 2003, Guyana firmó con Barbados un tratado insólito, de cooperación de “las zonas económicas exclusivas comunes”, en las que se ejercería jurisdicción de los lechos marinos, las columnas de agua y los espacios aéreos. Por cuanto Barbados está 500 kilómetros al norte franco de Punta Playa y 670 kilómetros al noroeste de la desembocadura del río Esequibo respecto a Venezuela y 215 kilómetros al noreste de Tobago, es imposible en la cartografía y en el espacio físico que exista área geométrica de “solapamiento” de tales zonas económicas exclusivas. El área de desarrollo del Programa de la Plataforma Deltana estaría en buena parte dentro del “solapamiento” intentado”.


En conclusión


Dada la sospechosa inactividad y hasta complicidad por afinidad ideológica del gobierno de Hugo Chávez con las abusadoras autoridades guyanesas es imprescindible la toma de conciencia del pueblo venezolano sobre esta sostenida agresión geopolítica que pretende usurpar un derecho titular inobjetable a esta porción de territorio patrio. Por lo tanto corresponde a las altas jerarquías militares, académicas, sociales y políticas de la República tomar las acciones pertinentes para impedir el inicuo despojo que se pretende cometer contra la nación. El Esequibo
es venezolano y punto

1 comentario:

Enrique Santiago dijo...

HOLA. NO SOY TAN PESIMISTA AL RESPECTO. EL SLOGAN DE "EL ESEQUIBO ES NUESTRO" SIGUE LATENTE; AHORA BIEN, ¿QUÉ PROPONE USTED? ME PARECE QUE EL GOBIERNO NO HA INFORMADO BIEN ACERCA DE SU POSICIÓN. ¿AFINIDAD POLÍTICA? UN ENTREGUISMO -AHORA EN EL 2009 CUANDO LOS CANCILLERES DE AMBOS PAÍSES SE REUNEN EN LA ONU- SERÍA CATASTRÓFICO POLÍTICAMENTE PARA EL GOBIERNO. ES COMO SI USTED PRETENDA REGALAR SUS BIENES A ESPALDAS DE SUS FAMILIARES. LO IDEAL SERÍA QUE TODO EL ESEQUIBO NOS SEA DEVUELTO PERO POR AHÍ SE HAN MENCIONADO IDEAS MEDIO CHIMBAS SOBRE EL APROVECHAMIENTO DE LOS RECURSOS DE ESA ZONA COMO SI FUÉRAMOS UNA MISMA NACIÓN. CREO QUE EL DESTINO DEL ESEQUIBO DEBE SOMETERSE A UN REFERENDUM, DEPENDIENDO DEL ACUERDO DIPLOMÁTICO ENTRE LOS DOS PAÍSES.