jueves, 6 de octubre de 2011

Futuro de integración: base de acuerdos entre Venezuela y Guyana

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Caracas, 03 Oct. AVN (por Aurelio Gil Beroes).- En el marco de un fortalecido espíritu de cooperación e integración, Venezuela y Guyana acordaron el viernes 30 de septiembre, en Puerto España, Trinidad, continuar por la vía de las conversaciones bilaterales el tratamiento de las diferentes materias objeto de interés común y, en particular, la solicitud de la ex colonia inglesa a la Comisión respectiva de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de ampliar los límites de la Plataforma Continental.

Las negociaciones han quedado en manos de los facilitadores de ambas partes, quienes informarán a sus respectivos gobiernos.

Como se sabe, el 6 de septiembre pasado, Guyana solicitó a la Comisión de la Organización de las Naciones Unidas para los límites de la Plataforma Continental, la extensión en 150 millas de su plataforma, incluyendo la que corresponde al territorio en reclamación por parte de Venezuela, de acuerdo con la Convención de Derechos del Mar, celebrada en Caracas en 1982.

El ministro para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, y la ministra de Relaciones Exteriores de Guyana, Carolyn Rodríguez-Birkett, al pasar revista a los diferentes asuntos de interés mutuo, en presencia de Norman Girvan, buen oficiante de la ONU, reconocieron también que “la delimitación de fronteras marítimas entre los dos Estados sigue siendo un tema pendiente y coincidieron en que dicha delimitación requerirá negociaciones”.

Antecedentes históricos
Caracas y Georgetown se disputan un área de 159.500 kilómetros cuadrados, comprendida entre los ríos Cuyuní (límite oeste) y Esequibo (límite este), rica en minerales, madera, recursos hídricos y probablemente en hidrocarburos, de la cual Venezuela fue despojada por la corona inglesa tras una sucesión de acciones fraudulentas y velados apremios militares a partir de 1840.

Desde entonces, a fuerza de presiones imperiales y determinaciones territoriales imposibles de verificar, por lo menos en el siglo XIX, Inglaterra extendió sus dominios sobre esa zona, siempre bajo la protesta de Venezuela.

El territorio venezolano
El territorio venezolano es el que correspondió a la Capitanía General de Venezuela, cuando esta fue establecida en 1777.

Así lo define el artículo 10 de Constitución, cuando afirma: “El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad”.

Este territorio, incluyendo por supuesto la zona en reclamación del Esequibo, pasó, mediante la figura jurídica del Derecho Internacional Iutis Posidetis Juris, a formar parte de la nación venezolana, una vez lograda la independencia.

La propia España así lo ratifica, el 30 de marzo de 1845, al firmar el Tratado de Reconocimiento de la Soberanía sobre el territorio venezolano, conocido antes de la independencia de Venezuela como Capitanía General de Venezuela, que incluía la provincia de Guayana, cuyo límite por el este era el río Esequibo.

La frontera real de Venezuela con Guyana mide 743 kilómetros y se extiende desde Punta Playa, en el Delta Amacuro, hasta el pico Roraima, punto de convergencia de los límites de Venezuela, Guyana y Brasil.

Maquinación del despojo
Todo comenzó en 1814, cuando Venezuela todavía luchaba contra el imperio español por su independencia.

Ese año, Gran Bretaña adquirió de Holanda el territorio que luego fue conocido como Guayana Inglesa o Británica, cuya extensión alcanzaba poco más de 3.000 leguas imperiales (antigua medida inglesa), equivalente hoy a 9.360 millas cuadradas y que limitaba con Venezuela, precisamente por el río Esequibo, tomado como línea fronteriza.

Esta es la línea fronteriza aceptada y reconocida en múltiples mapas impresos en Londres y, en particular, el de la Cruz de Cano, que en 1799 publicó el Generalísimo Francisco de Miranda con el financiamiento del propio Gobierno británico, de acuerdo con los autores del trabajo El Esequibo venezolano, publicado en el sitio: www.proyectos-saluda.org.

Expansionismo imperial
Las apetencias expansionistas de Inglaterra sobre la Guayana venezolana se concretan por primera vez en 1840, a raíz de la publicación de Una descripción cartográfica de la Guayana Británica, realizada por el cartógrafo alemán Robert H Schomburgk, quien actuó por encargo de la Corona Británica.

En este trabajo, producto de las exploraciones que habría realizado en la zona entre 1835 y 1839, financiadas por la corona británica, Schomburgk publicó un mapa que establecía las zonas que la Corona británica debía reclamar como de su propiedad.

Entre estas incluía todos los ríos tributarios del Esequibo y el Monte Roraima, tepui emblemático de la Guayana venezolana.

Siguiendo su política expansionista y atendiendo las recomendaciones de Schomburgk, el Imperio Británico, que en 1828 disponía de tan sólo 3.120 leguas en la llamada Guayana Británica, como quedó registrado en el Diccionario Geográfico Universal de París de ese año, en un período de aproximadamente 45 años pasó a tener más de 76.000 millas cuadradas (unas 26.000 leguas imperiales), producto de la usurpación del territorio venezolano.

Para asegurar el poblamiento de la zona, Schomburgk recomendaba a la Corona inglesa estimular la libre e ilimitada emigración de africanos, indios, asiáticos, coolies y de cualquier otro grupo humano que pudiese asentarse en la región.

También empleó a pastores adventistas y protestantes como punta de lanza para colonizar la región y sojuzgar a las poblaciones indígenas que la habitaban.

En estas andanzas, los religiosos al servicio de la corona inglesa llegaron, ya entrado el siglo XX, hasta las inmediaciones de lo que hoy es Santa Elena de Uairén, la población venezolana ubicada al extremo sur del Estado Bolívar, según lo refiere en sus memorias Lucas Fernández Peña, su fundador, quien apoyó al general Sixto Gil, en varias ocasiones, para echar a las avanzadas inglesas de esa región del estado Bolívar.

Protestas venezolanas
La publicación de Schomburgk fue protestada y denunciada por Venezuela en repetidas ocasiones y, en respuesta, la Cancillería inglesa, a través de un personaje llamado Lord Aberdeen, propuso una nueva línea divisoria, distinta a la planteada por el cartógrafo alemán.

En vez detenerse a considerar la reclamación venezolana, Inglaterra inicia su expansión territorial.

En 1840 penetra 4.920 kilómetros cuadrados al este de su frontera occidental, en territorio venezolano; en 1844, la línea Aberdeen progresa otros 141.930 kilómetros cuadrados; en 1881 la denominada línea Granville se corrió nuevamente hacia territorio venezolano, usurpándole a nuestro país 159.500 kilómetros cuadrados.

En 1886 la línea divisoria establecida por la Guayana Inglesa llegaba hasta la desembocadura del Orinoco y en 1887, en un alarde de poderío, Inglaterra publica que sus posesiones al este del Esequibo alcanzan la extensión de 109.000 millas cuadradas, incluyendo la desembocadura del Orinoco.

Ruptura de relaciones
Ante la usurpación manifiesta, en 1886 Venezuela rompe relaciones diplomáticas con Inglaterra, que con todo su poderío imperial y su política expansionista trata de provocar un enfrentamiento bélico que le permitiera tomar por las armas el promisorio territorio del Orinoco y controlar la desembocadura del río.

Situación internacional
A fines del mismo siglo XIX, esta Inglaterra que le ha arrebatado miles de kilómetros al territorio venezolano está en guerra con los alemanes y los Boers (labriegos holandeses), asentados en Suráfrica, por las riquezas de oro en esa región.

La codicia imperial de la corona británica y su aspiración expansionista la han hecho posesionarse, también, del territorio de Suráfrica.

Esta situación despierta temores en su reciente antigua colonia, Estados Unidos, que alarmada por el creciente poderío de la metrópoli, denuncia sus acciones expansionistas en perjuicio de Venezuela.

Así, el 17 de diciembre de 1895, el presidente estadounidense Stephen Grover Cleveland da un ultimátum a los ingleses y los conmina a someter la controversia entre los dos países a un arbitraje.

Gran Bretaña asiente y se dispone a ir al arbitraje, pues, como admitiría años después Winston Churchill, a la corona no le convenía un frente de conflictos con su antigua colonia, estando en guerra en Suráfrica.

Arbitraje de 1897
Las circunstancias en el escenario internacional obligan al arbitraje, y el 2 de febrero de 1897, en Washington, Venezuela e Inglaterra firman el tratado a través del cual se establecerá un tribunal de arbitraje.

Esta instancia deberá determinar, en primer término, la extensión original de los territorios que fueron de Holanda y de España, y que ahora reclaman Inglaterra y Venezuela, respectivamente.

El fraude
En el litigio, Venezuela demostró en forma contundente la titularidad de todos los territorios situados en la margen occidental del río Esequibo, mientras que Inglaterra, por el contrario, no pudo demostrar la legalidad de tan siquiera un metro de las tierras allí ubicadas y que se había apropiado.
Presentó pruebas inconsistentes y mapas forjados que no resistieron el cotejo con los instrumentos jurídicos y gráficos presentados por Venezuela.

No obstante, dos años después, el 3 de octubre de 1899, se reúne en París el Tribunal Arbitral, y burlando lo asentado en el Tratado de Nueva York tomó una decisión que no le correspondía.

Mediante un fallo írrito y fraudulento, el Tribunal Arbitral “determinó que la línea de demarcación entre Venezuela y la Gran Bretaña seguía una línea equivalente a los actuales límites del territorio en reclamación”.

Con esta decisión inapelable Venezuela fue despojada de 159.500 kilómetros cuadrados, ubicados en la margen occidental del río Esequibo.

Es necesario decir que por las condiciones que imponía el reino de Inglaterra, ningún venezolano fue admitido en el Tribunal Arbitral de París.

Los intereses de Venezuela fueron representados por dos juristas norteamericanos: Melville Weston Fuller y Davis Josianh Brewer. El árbitro era un ruso, Fiódor Martens, y los representantes ingleses: Charles Baron Rusell y Sir Richard Hens-Collins.

Acuerdo de Ginebra de 1966
67 años después de este despojo, en 1966, durante el Gobierno del presidente Raúl Leoni, se produce una circunstancia que va a ser aprovechada por la diplomacia venezolana.

Las fuerzas políticas actuantes en la Guayana Inglesa reclaman su independencia de la metrópoli.
Consecuente con su reclamación sostenida en el tiempo, Venezuela fuerza conversaciones con el Gobierno inglés, reiterando la nulidad de la decisión del Laudo Arbitral de París.

Inglaterra condiciona las conversaciones al reconocimiento, por parte de Venezuela, de la naciente República de Guyana, como habrá de llamarse, la ex colonia.
Venezuela, a su vez, supedita tal reconocimiento a la fijación de conversaciones, cosa que Inglaterra acepta, cargándolas a la cuenta de la naciente Guyana.

Inglaterra, la nación favorecida por el Laudo Arbitral de París, admite la reconsideración del reclamo venezolano y el 17 de febrero de 1966 firma el Acuerdo de Ginebra con Venezuela, convenio que garantiza la reanudación de las negociaciones limítrofes, aunque en su lugar estará Guyana.

El artículo 1 del acuerdo de Ginebra dice: “Se establece una comisión mixta con el encargo de buscar satisfacciones para el arreglo práctico de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido, surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y la Guayana Británica es nulo e írrito”.

La Comisión Mixta
El Acuerdo de Ginebra estableció la constitución de una comisión mixta paritaria, con representantes de Venezuela y Guyana, que debía explorar alternativas de negociación y acuerdos.
La comisión estuvo integrada, inicialmente, por dos representantes de cada país, pero cumplido el plazo para su gestión, cuatro años, y de haber celebrado 17 reuniones, no arribó a acuerdo alguno, por lo cual cesó sus funciones el 17 de febrero de 1970. Para ese entonces Rafael Caldera era el Presidente de Venezuela.

El Protocolo de Puerto España
Ante el fracaso de la Comisión Mixta, el Gobierno venezolano propone la firma de un protocolo que será conocido como de Puerto España, mediante el cual las conversaciones sobre el diferendo quedan congeladas.
Este protocolo se firmó el 18 de junio de 1970 en la capital de Trinidad y Tobago, entre representantes de Venezuela, Guyana e Inglaterra.

Mediante este instrumento, el Gobierno venezolano propuso la suspensión por 12 años de las conversaciones en una especie de plazo de espera que propicie nuevas y mejores condiciones para las negociaciones.

Esto implicaba la suspensión, por ese tiempo, de la aplicación de los artículos 1 y 4 del Acuerdo de Ginebra y del artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, que exhorta a las partes en conflicto a buscar una solución por vía de negociaciones.

Este plazo de 12 años venció en junio de 1982 y Luis Herrera Campins, entonces presidente de la República, descarta la prórroga del protocolo y acoge la aplicación del artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.

Es precisamente esta disposición la que posibilitó la escogencia del nuevo mediador, o buen oficiante, Norman Girvan, el 9 de octubre de 2009 en Nueva York.

El buen oficiante actúa como comisionado personal del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, para procurar una solución del diferendo territorial, que ya alcanza 110 años.

Perspectivas
En la actualidad, ambos gobiernos están comprometidos con una solución consensuada y pacífica del diferendo territorial.

El presidente Hugo Chávez ha descartado consecuentemente, desde 1999, la salida militar para el litigio.

En su visita a Guyana, en febrero de 2004, dijo que esta tenía como fin “hacer más fuertes nuestros lazos con Guyana (...) Con la voluntad de auspiciar la integración”.

Expresó, según The Guyana Chronicle, del 20 de febrero de ese año: "El Gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área. Me refiero a proyectos como acceso al agua potable, construcción de carreteras, programas energéticos y de agricultura".

Para proyectos de mayor envergadura, apuntó: "Para cualquier otro proyecto sensitivo que pueda ser organizado en el área planeamos contactar inmediatamente a Guyana y revisar los proyectos conjuntamente, dentro del marco de la Alta Comisión Bilateral".

Además, ambos países convinieron la construcción de una carretera binacional, que facilitará el intercambio comercial y la provisión de servicios a los moradores de la zona en disputa.


Nota del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Territorios estos sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”

Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.



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