miércoles, 1 de febrero de 2017

Lancheros guayaneses tienden la mano a waraos del Delta del Orinoco


La iniciativa Los Reyes Náuticos lleva a la zona jornadas médico-sociales a la zona desde hace 40 años

 23 enero, 2017 6:14 pm  ÚN  1166 Visitas
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Elita Barroso Torres.- “Maraisa” (amigo, en lengua Warao) es una palabra muy común en el Delta del Orinoco (Delta Amacuro), donde su gente amable recibe a quienes los visitan con los brazos abiertos, en especial si llegan dispuestos a brindarles una mano amiga.

La mayoría de los habitantes de la zona son de esa etnia, pero también hay venezolanos conocidos como criollos y extranjeros que provienen de Guyana o Trinidad y Tobago.

Las viviendas se elaboran con troncos de la palma de moriche, conocida como “el árbol de la vida”. Foto: Néstor Luis Bermúdez.

En comunidades como Santa Catalina, Cangrejito, Jobure, Manoa, Bella Vista, Sacoroco y Curiapo existen pocas escuelas, algunas muy alejadas, por lo que los estudiantes viajan en curiaras para asistir a clases.

La mayoría de los poblados carecen de centros asistenciales y tratamiento para casos de gripe, fiebre, diarrea, vómito y escabiosis (sarna).

“Aquí hay un módulo, pero sin médicos ni insumos. Si hay una emergencia debemos buscar gasolina y una lancha para trasladarnos a Tucupita o San Félix”, relató Damelis González, habitante de Santa Catalina.

Clemente Pildain, residente de Cangrejito, una de las comunidades más alejadas, afirma que deben ir a Curiapo (a varias horas de navegación), que cuenta con un hospital y un CDI. Agrega que otro problema que aqueja a estas comunidades es el embarazo precoz.

Aunque está contaminado, los pobladores toman el agua que necesitan del Orinoco. Foto: Néstor Luis Bermúdez.

La alimentación de los pobladores se basa en el cultivo de ocumo chino y plátano. La proteína proviene del pescado de río y la cacería.

Agua potable no hay, por lo que muchos la toman del Orinoco, que está contaminada con sus propias heces y orina.

Para adquirir comida, los deltanos hacen malabares y algunos hasta recurren al contrabando. “Cada quien se defiende como puede. Se van a la frontera con Guyana y cambian un tambor de gasolina por alimentos”, dijo Pildain.

Pero el combustible se ha convertido en el oro del Delta y hay quienes lo esconden en recipientes sumergidos en el río, bajo sus hogares.

Apoyo sin rollos. Hace 40 años, en Ciudad Guayana (estado Bolívar), un grupo de hombres y mujeres que dedican parte de su vida a navegar el río, decidieron brindar una mano amiga a las comunidades del Delta del Orinoco.

Así nació Los Reyes Náuticos, iniciativa de Francisco “Pancho” Salazar con la que buscan retribuir a las comunidades indígenas el apoyo que les brindan durante su travesía por el río Orinoco.

El combustible se ha convertido en “el oro del Delta”, algunos lo cambian por comida. Foto: Néstor Luis Bermúdez.

Los lancheros y rallystas guayaneses reúnen insumos médicos, ropa, útiles escolares, juguetes y mucho más, para trasladarlos en sus embarcaciones a la zona, donde efectúan jornadas sociales.
Luis Salazar, organizador y hermano del fundador del grupo, afirmó que su labor está dirigida especialmente a la población infantil.

En enero de cada año, los deltanos esperan con ansias la visita de las lanchas de Los Reyes Náuticos, que desde hace cinco años es organizada por la Fundación Náutica de Acción Social Bolívar y la Asociación Civil Nuestros Ríos Son Navegables (Nrsn).

Los galenos Rafael Díaz y Frank Artiles, presidente y vicepresidente de la fundación; conforman un equipo de médicos, odontólogos y enfermeras que asisten gratis a estas comunidades.
Las jornadas incluyen vacunación, corte de cabello, donativo de ropa, útiles escolares y juguetes, además de piñatas y otras actividades recreativas para los más pequeños.

La jornada incluyó la aplicación de dosis contra la difteria y la fiebre amarilla. Foto: Néstor Luis Bermúdez

En la XL edición de Los Reyes Náuticos, efectuada entre el 12 y el 15 de enero, participaron 17 embarcaciones. Visitaron las comunidades de Cangrejito, Jobure, Bella Vista, Manoa, Santa Catalina y Curiazo, donde dieron atención médica a 950 personas y aplicaron 1.955 vacunas contra la difteria y la fiebre amarilla.

La jornada contó con apoyo del módulo sanitario de Manoa, en San Félix; el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (Inea), Lancheros de Caroní, Cámara de Turismo del estado Bolívar, Cámara de Comercio de Caroní, Fundación La Salle, Fundación Lala, equipos de rallystas y empresas de la región.

Este año le dieron asistencia médica a 950 personas y aplicaron 1.955 vacunas. Foto: Néstor Luis Bermúdez.

Los insumos provienen de donativos y recursos propios. “A veces nos preguntamos cómo vamos a hacer estas jornadas, pero hay un Dios y sí se puede. No nos consideramos héroes, pues nos gusta lo que hacemos y, además, tenemos el apoyo de mucha gente”, señaló el galeno.
Agregó que continuarán con las actividades este año, porque el cronograma contempla realizar al menos tres o cuatro más.

Waraos: gente del agua.  La mayoría de los habitantes del Delta del Orinoco son de la etnia Warao, uno de los pueblos más antiguos de Venezuela. Estos viven a orillas del río Orinoco, en casas construidas sobre el agua (palafitos) con los troncos de la palma de moriche, conocido como el “árbol de la vida”.  Según el último censo nacional, en la zona existen unos 36 mil waraos. Su dialecto único es uno de los más estudiados del país, aunque algunos han aprendido a comunicarse en español. Pese a convivir con los criollos, los waraos mantienen sus tradiciones y forma de vida rudimentaria. En el caso de las mujeres, su vestimenta es colorida, con collares que “las protege contra enfermedades”. Pocos hombres utilizan el guayuco, pues ahora se cubren con las ropas del criollo.

La fuente básica de alimentos son la cacería y la pesca en el río. Foto: Néstor Luis Bermúdez.
Laberinto acuático. El Delta del Orinoco es una vasta región triangular conformada por islas y caños. Este laberinto acuático es atravesado por el río Orinoco, que desemboca en el océano Atlántico en un punto ubicado cerca del sector Cangrejito. Desde allí se puede divisar el denominado Kilómetro y es por donde ingresan y salen los buques de carga provenientes de Europa, América del Norte y Asia. El Delta se caracteriza por su abundante flora y fauna, lo que obliga a sus habitantes a convivir a diario con la naturaleza. Asimismo, uno de sus mayores atractivos son sus atardeceres y amaneceres de colores amarillo y rosa.

Se movilizan en curiaras hasta centros de salud y escuelas alejados de la zona. Foto: Néstor Luis Bermúdez.

Coordenadas. Para contactar a los integrantes de los Reyes Náuticos, puede hacerlo a través de las redes sociales:

* Nuestros Ríos Son Navegables: @nuestrosrios (Instagram y Twitter)

* Fundación Náutica de Acción Social Bolívar: @fundacionnauticabolivar (Instagram

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