Tomado de:
Alicia Castro designada embajadora ante el Reino Unido asume
el cargo con la instrucción de Cristina de Kirchner de «optimizar la relación
entre ambos países y trabajar todos y cada uno de los puntos que conforman la
vasta agenda bilateral».
La misma consigna de superficie recibió Jorge Argüello para
la tarea diplomática ante los Estados Unidos. Los dos embajadores tienen una
prioridad común: la cuestión Malvinas y una misión: continuar con el énfasis
que desde 2003 aplica la Cancillería para desplegar el conflicto en la opinión
pública internacional.
Castro ubicada en el ojo del huracán, Londres, irradiará
hacia la Unión Europea (UE). Argüello, tras su experiencia en las Naciones
Unidas, acompañará ahora desde Washington, la otra pata decisiva para una
salida negociada con el Reino Unido.
Estrategia
La última gira del canciller Héctor Timerman por
Centroamérica formó parte de esa estrategia en procura de ampliar el respaldo
hemisférico que dieron países del Mercosur y de la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur).
La Dirección de Malvinas y Atlántico Sur (DIMAS), a cargo del
embajador Javier Figueroa y de la ministra de primera, María Fernanda Cañas,
dos diplomáticos que compartieron la función con Federico Mirré, el último
embajador argentino ante el Reino Unido, completan la task force. Se encargarán
de proveer la batería de argumentos jurídicos, títulos y razones históricas que
asisten el reclamo soberano.
El rol de Cañas no es menor, en 1974 fue maestra de
castellano de los kelpers, cubrió la función en el marco de un requerimiento
que el Foreign Office había canalizado al Gobierno argentino. Importa ahora que
se percibe una escalada en la argumentación británica sobre el derecho de autodeterminación
de los isleños.
La semana pasada en una gira por la Comunidad del Caribe
(Caricom), el canciller británico William Hague forzó a los 16 países
insulares: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada,
Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Sant Kitts and Nevis, Santa Lucía, San
Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago a apoyar la autodeterminación
de los kelpers. ¿Qué otra cosa podían decir los integrantes de ese bloque
caribeño, la mayoría excolonias, miembros del Commonwealth?
La independencia de las potencias que antaño los colonizaron
(Gran Bretaña, Francia y Holanda) se basó -entre otros reclamos- en ese
principio, claro que fue esgrimido por pueblos que eran originarios con
homogeneidad cultural, étnica y lingüística propia, características que no
tienen los angloparlantes moradores de Malvinas.
Inaplicabilidad
La Resolución 2065 de la ONU que insta a las partes a negociar y las sucesivas del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas (Comité de los 24) han establecido la inaplicabilidad del principio de autodeterminación al caso Malvinas, porque sus habitantes no son un pueblo originario del archipiélago sino trasplantado por la potencia que de hecho domina el territorio. La autodeterminación que el premier Cameron y sus socios dependientes de la Caricom exaltan para los habitantes británicos de Malvinas y también de Gibraltar, se niega a un país, Escocia, cuyo Gobierno impulsa en la actualidad un referendo para que los escoceses opten por la independencia de Gran Bretaña.
No es la única contradicción en la guerra de relatos.
Surinam y Guyana, dos países de la Caricom que respaldaron el pedido de Hague acerca de la autodeterminación de los kelpers, firmaron como miembros de Unasur, en noviembre de 2010, al término de la cumbre que se llevó a cabo en Guyana, la declaración final cuyo texto establece la prohibición en el atraco de barcos con la bandera «ilegal» de las islas Malvinas a puertos de la región, para respaldar el reclamo de la Argentina por la soberanía del territorio insular.
La Resolución 2065 de la ONU que insta a las partes a negociar y las sucesivas del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas (Comité de los 24) han establecido la inaplicabilidad del principio de autodeterminación al caso Malvinas, porque sus habitantes no son un pueblo originario del archipiélago sino trasplantado por la potencia que de hecho domina el territorio. La autodeterminación que el premier Cameron y sus socios dependientes de la Caricom exaltan para los habitantes británicos de Malvinas y también de Gibraltar, se niega a un país, Escocia, cuyo Gobierno impulsa en la actualidad un referendo para que los escoceses opten por la independencia de Gran Bretaña.
No es la única contradicción en la guerra de relatos.
Surinam y Guyana, dos países de la Caricom que respaldaron el pedido de Hague acerca de la autodeterminación de los kelpers, firmaron como miembros de Unasur, en noviembre de 2010, al término de la cumbre que se llevó a cabo en Guyana, la declaración final cuyo texto establece la prohibición en el atraco de barcos con la bandera «ilegal» de las islas Malvinas a puertos de la región, para respaldar el reclamo de la Argentina por la soberanía del territorio insular.
Nota del editor del blog: Al
referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta
los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con
el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los
cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se
reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota
del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela
reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen
derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se
reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
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