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Una autoridad energética aseguró el jueves que la construcción de una enorme planta hidroeléctrica en la Amazonia tendrá un bajo impacto social y ambiental, al tiempo que aportará la energía que Brasil necesitará para sustentar su crecimiento económico.
Mauricio Tolmasquim, presidente de la estatal Empresa de Pesquisas Energéticas (EPE), afirmó que la represa hidroeléctrica de Belo Monte no desplazará a las comunidades indígenas de la zona y permitirá mejorar las condiciones de vida de los pobladores, que deberán dejar la zona a causa de la inundación del área de la represa.
"Belo Monte fue proyectada para tener el menor impacto negativo posible para las comunidades locales", declaró Tolmasquim en una conferencia de prensa telefónica. "Ninguna comunidad indígena será desplazada de sus tierras", agregó.
El proyecto para la construcción de la tercera mayor hidroeléctrica del mundo sobre el amazónico Río Xingú, provocó reacciones airadas de comunidades indígenas, pobladores locales y ambientalistas, según los cuales la represa desplazará a 40.000 personas y destruirá la naturaleza al inundar un área de 10.000 hectáreas de selva.
Tolmasquim aseguró que sólo 5.000 familias serán desplazadas y que cambiarán casas precarias y expuestas a inundaciones por viviendas con materiales duraderos y alejadas de la zona de riesgo.
"Belo Monte es muy diferente de otro gran proyecto, las Tres Gargantas, donde hubo un millón de desplazados", comentó sobre la planta hidroeléctrica china, la mayor represa del mundo.
La causa contra Belo Monte atrajo a celebridades internacionales como el cineasta canadiense James Cameron, quien vio en la lucha de los indígenas contra la planta un paralelo de su taquillera película "Avatar", en que nativos de un planeta enfrentan a invasores que quieren destruir sus áreas protegidas para extraer minerales.
Según Tolmasquim, la represa valuada en 10.000 millones de dólares y con una capacidad instalada de 11.000 megavatios, es crucial para suplir las necesidades futuras de energía en Brasil.
Precisó que para que la economía crezca 5% anual los próximos años, Brasil necesitará aumentar su capacidad de generación en 5.000 megavatios.
"Belo Monte permite a Brasil atender dos objetivos: cubrir sus necesidades energéticas de manera que atienda el crecimiento económico y al mismo tiempo mantener bajos niveles de emisión de gases de efecto invernadero", precisó.
Aseguró que si la hidroeléctrica fuera sustituida por plantas termoeléctricas impulsadas a gas natural, se generaría una emisión de 19 millones de toneladas de dióxido de carbono, uno de los causantes del calentamiento global.
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