ADOLFO SALGUEIRO16 DE MAYO 2015 - 12:01 AM
Lo primero es lo primero. Así, pues, antes de abordar el tema
que indica el título de este artículo, este opinador –absolutamente libre, “ad
honórem” y no sujeto a compromiso con ningún medio de comunicación ni partido
político, se siente en la obligación moral de expresar su más decidida e
incondicional solidaridad con el presidente/editor de este periódico, Miguel
Henrique Otero, como también con los editores de Tal Cual (Teodoro
Petkoff) y La Patilla (Alberto Federico Ravell), con motivo de las medidas
judiciales de prohibición de salida del país y otras que han sido dictadas en
su contra con motivo de la demanda por difamación interpuesta por el señor
Diosdado Cabello, fundamentada ella en la reproducción o mención hecha por los
medios demandados de informaciones previamente publicadas y ratificadas por un
respetado periódico español (ABC). Extendemos la solidaridad a los muchos otros
codemandados que, en su carácter de editores, miembros de las juntas
directivas, etc., han sido también objeto del privilegio de atraer la enemistad
de los círculos del poder hoy día entronizados en Venezuela. Esperamos que la
señora jueza intervininente no tenga la ocurrencia de extender sus medidas a
quienes somos suscriptores de los medios demandados o a quienes de tanto en
tanto accedemos a sus versiones digitales. Uno nunca sabe….
____________
El domingo 10 se llevaron a cabo en nuestra vecina Guyana
elecciones generales. Al momento de escribir estas líneas (jueves 14/5 entrada
la tarde) aún no se conocen los resultados oficiales definitivos, aun cuando
las proyecciones señalan un ajustado triunfo de la oposición (APNU+AFC) por
sobre el oficialismo ( PPP) que lleva más de dos décadas en el poder. De paso sea
dicho que en la campaña electoral el tema limítrofe ni siquiera fue mencionado,
lo cual nos hace entender que los guyaneses ya lo dan por terminado. Sea como
fuere, los comentarios que siguen no variarían mucho si a la hora de los
cómputos oficiales el resultado fuere diferente, ya que la reflexión central de
estas líneas se enfoca sobre cómo queda la reclamación (o mejor dicho las
reclamaciones) de Venezuela sobre áreas terrestres, marinas y submarinas
pendientes con Guyana.
Como comentario inicial, podemos afirmar que los derechos de
nuestro país sobre las distintas superficies objeto de diferendos han sido
perjudicadas por la decisión política del gobierno Chávez/Maduro de privilegiar
la alianza política con los países del Caricom por encima de la reclamación de
territorio terrestre que con poco resultado pero mucha constancia Venezuela
había venido adelantando desde 1966 cuando –con habilidad diplomática– se logró
suscribir el Acuerdo de Ginebra que abrió la posibilidad de una “solución
práctica” para la aspiración venezolana. Solución práctica no significa
“jurídica” (en cuyos confines pudiéramos tener algún tropiezo) sino que ello
abría el abanico de opciones que desde entonces se vinieron explorando, primero
en forma bilateral y luego con la presencia de facilitadores designados por el
secretario general de Naciones Unidas.
Sin embargo, progresos tecnológicos y nuevas visiones del
llamado “derecho del mar” abrieron la puerta a aspiraciones guyanesas sobre
áreas marinas y submarinas situadas en diversos puntos de las costas sobre las
cuales se tramita la solución del diferendo terrestre. Tales áreas parecían –y
ahora confirman– albergar hidrocarburos cuya explotación y beneficio dependen
de quien resulte ser el dueño.
Es en este dominio cuando Guyana, igual como hizo con su
vecino oriental Surinam, se puso a inventar líneas de proyección destinadas a
delimitar las zonas donde pretende ejercer su soberanía marítima y
consecuentemente explotar los recursos allí existentes. Al hacerlo –en nuestra
opinión personal pero ampliamente compartida– el gobierno de Georgetown se ha
conducido con evidente ventajismo (por no decir mala fe) al proyectar líneas
hacia el mar que no solo están por delante de la zona del Esequibo reclamada
por Venezuela, sino que incurren en el abuso de incluir aguas que bañan nuestro
estado Delta Amacuro y hasta las bocas del Orinoco.
No se trata en este artículo de reseñar lo que Guyana ha
hecho para mejorar su postura, sino mas bien de hacer conocer a nuestro
compatriotas lo que Venezuela no ha hecho y lo que ha permitido que otros hagan
sin que el gobierno “bolivariano”, que se dice pertinaz defensor de la
soberanía nacional, haya protestado.
Cuando durante la IV República Guyana intentó dar algunas
concesiones a empresas que aspiraban a explotar recursos madereros o mineros en
el Esequibo, nuestra Cancillería (en dictámenes suscritos por este servidor
entre otros) advirtió tanto a Georgetown como a los beneficiarios de las
concesiones en el sentido de que las mismas no serían reconocidas por Venezuela
a la hora de un arreglo definitivo. El señor Chávez, en lugar de continuar esa
política, prefirió asegurar a Georgetown que nada haría a cambio de que Guyana
y Caricom fueran sus aliados en la OEA y otros foros internacionales donde el
“socialismo del siglo XXI” aspiraba a colocar su piquete. A cambio vendrían
Petrocaribe, ALBA, compras de arroz, etc., hasta que la ubre se secó y con ella
las alianzas mercenarias empezaron a desintegrarse.
Hoy nos encontramos que Caricom apoya a Guyana, lo cual no
sería de extrañar por entendibles razones, pero lo que sí es insólito es que
Cuba también se cuadre y que hasta algunas islas casi inviables como Estados
pretendan disputar a Venezuela su derecho de delimitar en el Caribe tomando en
cuenta la existencia de la isla de Aves cuyas consecuencias internacionales nos
han permitido delimitar tanto con Estados Unidos (Puerto Rico), Francia
(Martinica) y la República Dominicana.
Se pregunta uno si la Asamblea Nacional, tan solícita para
declarar no grato a Felipe González, o injerencista a Obama, o agredido al
pueblo palestino, o violada la soberanía nacional por que treinta ex jefes de
Estado se pronuncien sobre el tema de los derechos humanos no pudiera exhortar
el Ejecutivo para que se amarre bien los pantalones y deje de ser negligente,
ignorante, entreguista o hasta traidor a los intereses de la patria que tanto
proclaman defender.
2005 La
Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar Primera Edición
Nota del
editor del blog:
Al referenciarse a la República Cooperativa de
Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al
oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en
Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el Gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río
Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente
sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la
margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la
Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos
soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea
del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el
Océano Atlántico...”
LA GUAYANA ESEQUIBA
http://laguayanaesequiba.blogspot.com/2008/01/la-guayana-esequiba.html
Terminología sobre cómo referenciar la
Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09
de Julio de 1968
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