Tomado de:
Enviado especial de BBC Mundo a Edimburgo, Escocia
Última actualización: Viernes, 19 de septiembre de 2014
El No se impuso 55%-45% al Sí en el referendo de Escocia,
pero los independentistas fueron mayoría en Glasgow, la mayor ciudad de esa
nación.
Gran parte de Reino Unido respiró aliviado tras la victoria
del No en el referendo por la independencia de Escocia. Ello no necesariamente
significa que para la unión no se aproxime un tiempo de trascendentales y
profundos debates y cambios. Pero, ¿qué podría ocurrir?
La unión política de 307 años entre Inglaterra y Escocia
sobrevivió el jueves luego de que el No se impusiera 55%-45% al Sí en un
resultado un poco más holgado de lo esperado.
Los partidarios del Sí en Escocia no lograron la
independencia, pero sí obtuvieron la promesa de grandes cambios fiscales y
políticos.
Los residentes en Escocia terminaron priorizando el status
quo ante la posibilidad de un camino que acarreaba incertidumbres en materias
clave.
Sin embargo, no se espera que los anhelos del independentismo
escocés amainen ni que otros movimientos secesionistas en Europa, con los
catalanes a la cabeza, dejen de ver el proceso como un modelo a seguir.
Poco después de conocerse el resultado, el primer ministro
británico, David Cameron, anunció una serie de propuestas para dar más poderes
no sólo a Escocia, sino también a las otras naciones constituyentes de Reino
Unido.
Un anuncio fue calificado de "revolución
constitucional" por analistas de la BBC.
Más poderes para Escocia
Tal como se esperaba, el primer ministro David Cameron, uno
de los impulsores del unionismo, cumplió con lo anunciado en la campaña y
confirmó que se empezará negociar con Escocia la devolución de más
competencias.
Cameron dijo que, al igual que Escocia, los pueblos de
Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte tendrán una "mayor voz" en sus
asuntos.
Los tres principales partidos a nivel nacional (Conservador y
Liberal-Demócrata en la coalición de gobierno, y el Laborista opositor),
acordaron un cronograma para que Holyrood, el Parlamento escocés, maneje más
aspectos de las finanzas, el Estado de bienestar y los impuestos.
Apenas una hora después de que se oficializara el resultado
del referendo, Cameron tomó la iniciativa y en un discurso desde Downing Street
nombró al encargado de supervisar el traspaso de las nuevas competencias.
El proyecto de ley debería estar listo para enero, pero con
las elecciones previstas para mayo, no será aprobado antes del cambio de
legislatura.
Y está claro que estará sujeto a intensas negociaciones.
La "revolución"
Pero lo verdaderamente novedoso llegó poco después en el
discurso de Cameron.
"'La pregunta de West Lothian' implica la cuestión de si
es justo que parlamentarios de Escocia, Gales e Irlanda del Norte decidan
asuntos que afectan sólo a Inglaterra."
"Así como el pueblo de Escocia tendrá más poder sobre
sus asuntos, los pueblos de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte deben tener
una mayor voz en los de ellos", dijo.
"Las millones de voces en Inglaterra tienen que ser
escuchadas", agregó.
"Lo que empezó como una votación sobre si Escocia
dejaría Reino Unido, terminó con una extraordinaria revolución constitucional
anunciada (…), posiblemente la noticia política más emocionante de mi
vida", explicó el experimentado periodista de la BBC Andrew Marr.
Las propuestas
El primer ministro anunció la necesidad de que las otras tres
naciones constituyentes de Reino Unido establezcan un nuevo "acuerdo"
para que los derechos de sus votantes sean "respetados, preservados y
mejorados".
Habrá más poderes para la asamblea galesa, un mejor
funcionamiento de las instituciones norilandeses y, fundamentalmente, una
discusión de la llamada "pregunta de West Lothian": eso aseguró
Cameron.
Alex Salmond, líder del Partido Nacionalista Escocés, pidió a
los tres principales partidos del Reino Unido que cumplan sus promesas de
conceder más autonomía a Escocia.
"La pregunta de West Lothian" implica la cuestión
de si es justo que parlamentarios de Escocia, Gales e Irlanda del Norte decidan
asuntos que afectan sólo a Inglaterra.
En una peculiaridad de la política británica, parlamentarios
escoceses pueden votar sobre cuestiones de escuelas y hospitales en Inglaterra,
por ejemplo.
Pero como en Escocia esas competencias fueron
"devueltas" a Edimburgo, las deciden los escoceses.
Con el anuncio de más poderes para Escocia, habrá más áreas
en las que los parlamentarios ingleses no podrán votar.
Cameron propuso entonces que así como Escocia tiene algunas
facultades de su exclusividad, la situación se repita en las demás naciones.
La medida tiene, según sondeos, el apoyo de los ingleses.
Más del 60% cree que a los parlamentarios escoceses debería
prohibírsele votar en leyes que afectan sólo a Inglaterra.
"Encender la mecha"
De implementarse, podrá traer consigo más que un
inconveniente.
"Lo que empezó como una votación sobre si Escocia
dejaría Reino Unido, terminó con una extraordinaria revolución constitucional
anunciada (…) posiblemente la noticia política más emocionante de mi vida"
Andrew Marr, BBC
"Fue y es una medida muy popular en Inglaterra, pero hay
una razón por la que no se ha llevado adelante", explica el editor
político de la BBC, Nick Robinson.
"Podría crear dos clases de parlamentarios. Podría
significar que un gobierno tenga una mayoría para aprobar ciertas leyes pero no
otras (si, por ejemplo, un próximo gobierno laborista no tiene una mayoría de
parlamentarios en Inglaterra).
La propuesta de Cameron abre un intenso período de debate
constitucional.
Quizá no el que se pensaba cuando el Sí parecía capaz de
robarle la victoria al No.
Esa pregunta, por ahora, quedó saldada.
Pero planteó otra, dice Robinson, al "encender la mecha
de la explosiva cuestión de dónde reside el poder en Reino Unido".
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