Tomado de:
Por Andrés Fontana *
Es inevitable asociar Malvinas a la reivindicación
independentista de Escocia. En ambos casos hubo un referéndum y en ambos casos
con relación al gobierno de Londres. Pero no hay similitud jurídica ni
histórico-política.
Escocia tiene una identidad nacional y una historia que
forman parte de la cultura occidental. Los habitantes de las islas Malvinas son
una población implantada con fines de ocupación colonial, que merece todo
nuestro respeto y garantías de protección de sus intereses y modo de vida, pero
no son parte en una disputa de soberanía entre dos Estados, uno que ha usurpado
por medios militares una porción del territorio nacional del otro y este que lo
reclama por medios pacíficos, con el respaldo del derecho internacional,
resoluciones de la ONU y explícitos apoyos de otras naciones en los planos
regional e internacional.
Los habitantes de Malvinas no son un pueblo originario de ese
territorio y muchos –muchos más que lo que se difunde internacionalmente– emigran
al alcanzar edad universitaria y no regresan. En los términos de ocupación
actuales, la situación no es viable cultural ni poblacionalmente a largo plazo.
Esto demuestra que el referéndum que se realizó en Malvinas fue sólo una
maniobra con fines políticos y no una consulta genuina para deslindar posturas
basadas en interpretaciones divergentes de una identidad nacional y la forma
más conveniente de canalizarla.
* Especialista en relaciones internacionales.
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