jueves, 28 de agosto de 2014

Las cinco preguntas más candentes sobre la independencia de Escocia


Vanessa Barford
BBC
Última actualización: Martes, 26 de agosto de 2014

Este lunes tuvo lugar en Glasgow el segundo y último debate televisado acerca de la propuesta de independencia para Escocia, protagonizado por el exministro de Finanzas británico Alistair Darling, defensor de mantener la unión con Inglaterra dentro del Reino Unido, y Alex Salmond, actual ministro principal de Escocia y proponente de la independencia escocesa.

Los votantes residentes en Escocia van a las urnas el 18 de septiembre para responder sí o no a la pregunta: "¿Debería Escocia ser un país independiente?"

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¿Cuáles son las preguntas clave que la gente se hace en Escocia?
1. Moneda
La moneda ha creado una de los principales controversias del debate. Darling nunca ha dudado de su posición de que una Escocia independiente no podrá usar la libra esterlina. Su partido Laborista concuerda con el Conservador y el Liberal Demócrata.
Salmond ve las cosas de otra manera. Desea continuar compartiendo la libra con el resto de Reino Unido en una unión monetaria oficial. El ministro principal está convencido de que ocurrirá como parte de las negociaciones con una Escocia independiente, porque de otro modo, argumenta, Escocia tendría derecho a negarse a asumir parte de la deuda británica.

Darling pasó gran parte del primer debate pidiéndole a Salmond su "plan B" pero éste se cerró en su visión de que "también es la libra de Escocia y la mantendremos".
Hay otras opciones: el euro, una divisa escocesa separada o que Escocia siga usando la libra sin un acuerdo formal, algo que llaman "esterlinización".
Pero el gobierno escocés ya dijo que no favorece al euro. Salmond ha aclarado repetidamente que la esterlinización sólo sería un arreglo "transitorio". Agregó que quienes prefieran cambiar a "nuestra propia moneda" tendrían que obtener respaldo para esa propuesta en las elecciones.
Desde el primer debate, Salmond ha indicado que desearía haber explicado su posición "en más detalle".
Una encuesta de la BBC mostró que la economía y la moneda son asuntos cruciales para los votantes.
2. Petróleo

Las reservas de petróleo y gas del Mar del Norte son otra materia en disputa.
Salmond sostiene que una Escocia independiente destinaría una décima parte de sus ingresos -que según la campaña del "Sí" alcanza los US$1.658 millones anuales- para formar un fondo soberano de inversión al estilo noruego, creando una reserva de US$49.740 millones en una generación.
El primer ministro británico, David Cameron, dice que el Mar del Norte ha sido una historia de éxito británica y ahora que es más difícil recuperar el petróleo y el gas, es importante respaldar la industria con los "anchos hombros" de Reino Unido.

Escocia ha formado parte de Reino Unido desde 1707.
Parte del problema es que las reservas petroleras se están agotando, e incluso los expertos no se ponen de acuerdo en cuánto queda exactamente.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del gobierno británico pronosticó que todos los ingresos tributarios del Mar del Norte caerán de US$10.114 millones en 2012-13 a US$5.803 millones en 2018-19.
El gobierno escocés calcula que US$9.285 millones de los US$10.114 millones generados en 2012-13 se lograron en aguas escocesas. Sus predicciones para los ingresos del "sector escocés" en 2018-19 varían entre US$5.306 millones y US$13.264 millones, según su boletín analítico de Petróleo y Gas, publicado en mayo de 2014.
Pero predecir los ingresos futuros es complicado. Depende de factores como cuánto petróleo y gas se extrae, el precio global del petróleo, el tipo de gravamen y la tasa de cambio entre la libra y el dólar.
También hay desacuerdo entre los expertos. El empresario petrolero retirado Ian Wood sostiene que las predicciones del gobierno escocés para la recuperación del petróleo del Mar del Norte son hasta 60% demasiado altas.
Sin embargo, un informe del grupo de presión N-56, fundado por Dan Macdonald, miembro de la junta consultiva de Sí a Escocia, encontró que los ingresos futuros del Mar del Norte podrían ser seis veces más altos que lo pronosticado por un organismo de control económico británico.
Las cifras han dejado a muchos desconcertados.
3. Controles fronterizos

También se cuestiona la sugerencia de que los controles fronterizos podrían ser necesarios en el caso de una Escocia independiente.
El conflicto es resultado de la postura de Salmond sobre inmigración. Él espera aumentar la migración neta a Escocia en 10% de 22.000 a 24.000 anuales después de la independencia para expandir la fuerza laboral y así ayudar a financiar las pensiones estatales.
El ministro alega que una Escocia independiente no necesitaría controles fronterizos, pues seguiría siendo miembro de la actual zona de tránsito común con el resto de Reino Unido, Irlanda, la Isla de Man y las islas del Canal.
La secretaria de Estado británica para Asuntos Internos, Theresa May explicó que tiene previsto "algún tipo de control fronterizo", mientras que el líder del Partido Laborista, Ed Miliband, afirma que un gobierno de su partido consideraría la construcción de puestos fronterizos si Escocia votara por la independencia.
La preocupación es que las reglas de inmigración para ambos lados de la frontera no serían las mismas, así que la gente podría viajar a Escocia para mudarse al sur.
Asimismo, hay incertidumbre alrededor del Acuerdo de Schengen.
Ni Reino Unido ni Irlanda son parte del acuerdo, que permite viajar sin pasaporte por muchos otros países de la Unión Europea.
No obstante, ahora se requiere que todos los nuevos estados miembros de la UE se unan, así que si una Escocia independiente tuviera que volver a unirse a la UE como miembro nuevo -como algunos sugieren que sería- tendría que firmar.
Como Reino Unido no tiene intención de unirse al espacio de Schengen, se podría requerir que los controles fronterizos entre Escocia y Reino Unido cumplan con las normas de la UE que protegen la seguridad del espacio de Schengen.
La inmigración suele estar entre las principales preocupaciones -junto con la economía- de los votantes británicos, y según una encuesta reciente es ahora su principal prioridad.
4. La Unión Europea

Ambas partes están en desacuerdo en cuanto a si una Escocia independiente podría negociar su membresía a la UE desde su posición actual, o tendría que solicitarlo desde fuera como nuevo miembro.
En su libro blanco sobre la independencia, el gobierno escocés sostiene que una Escocia independiente podría negociar su continua membresía en la UE por el artículo 48 del Tratado de la UE.
Alega que las negociaciones podrían concluir a tiempo para su propuesta fecha para la independencia, el 23 de marzo de 2016, lo que implica que no habría interrupción en su membresía.
Sin embargo, el gobierno británico y la campaña "Mejor Juntos" (que se opone a la independencia escocesa) dicen que Escocia tendría que salir de la UE y solicitar nuevamente la membresía como estado nuevo, según el artículo 49 del Tratado de la UE, algo que podría tardar varios años.
Esa postura ha sido apoyada por el presidente saliente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, quien afirmó que sería "extremadamente difícil, si no imposible" que una Escocia independiente se una a la UE.
Pero otros, como la profesora Sionaidh Douglas-Scott, de la Universidad de Oxford, afirman que sería "relativamente suave y sencillo".
El argumento importa a Reino Unido porque si una Escocia independiente no es parte de la UE, su relación con el resto del reino podría tener que cambiar en áreas importantes como el comercio y la protección de los derechos humanos.
5. Trident

El sistema de armas nucleares de Reino Unido -compuesto actualmente de cuatro submarinos de clase Vanguard que llevan misiles estratégicos Trident- es otra manzana de la discordia. Desde la década de 1960 ha estado en la Base Naval Clyde, en la costa oeste de Escocia.
El sitio tiene dos partes principales: Faslane en Gare Loch, donde están los submarinos, y Coulport en Loch Long, a 12,8km, donde se guardan las ojivas.
Tanto conservadores como laboristas desean un reemplazo comparable cuando la flota existente termina su vida útil a fines de la década de 2020, mientras que los liberal demócratas desean reducirla a tres submarinos. El gobierno británico dice que no hay planes de mudar el disuasivo nuclear si Escocia vota por la independencia.
No obstante, el gobierno escocés indica que si Escocia vota "Sí", el Trident se irá -con el retiro de las armas de aquí a 2020- y una constitución escrita prohibiría que las armas nucleares estén en Escocia.
Ya comenzó el trabajo de diseñar la próxima generación de submarinos, pero una decisión final sobre la naturaleza exacta del reemplazo se ha diferido hasta 2016, después de las próximas elecciones generales, también porque la actual coalición gubernamental no está de acuerdo en cómo proceder.
Sin embargo, el gobierno británico dice que no hay planes de contingencia sobre el destino de los Trident si una Escocia independiente se atiene a su compromiso.
Algo que todas estas áreas tienen en común es que podrían ser usadas como piezas de negociación en las negociaciones que seguirían a un voto por el "Sí".


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