http://itongadol.com/noticias/val/71599/guerra-de-malvinas-ex-combatiente-en-la-guerra-%E2%80%9Cla-religion-judia-es-una-de-las-mas-sanas-y-puras-que-existen-en-la-tierra.html
14.06.2013 19:06 |
Itongadol.- (Por Fernando Olschansky) A Silvio Katz le
restaban quince días para concluir con su servicio militar obligatorio en el
Regimiento de La
Tablada. Pero una noticia inesperada, tanto para él como para
millones de argentinos, extendió aún más su período en el ejército. Como todos
los soldados en Malvinas, Silvio la pasó mal, aunque su situación- como la del
resto de los soldados judíos- fue peor y tuvo que sufrir maltratos y padecer
del antisemitismo de muchos de sus superiores.
A 31 años del fin de la Guerra de Malvinas, Katz
dialogó con la Agencia
Judía de Noticias (AJN) y contó sobre sus días en las islas y
su dramático regresó al continente.
En una ocasión, Katz declaró frente a jóvenes
dirigentes que integran el grupo Nuevas Generaciones del Congreso Judío
Latinoamericano (CJL), que tras la guerra regresó “sin fe religiosa”.
“En realidad lo que perdí no es la fe en la religión,
sino en la gente que maneja las instituciones judías. A mí me defraudaron los
rabinos, no la religión”, agregó el ex combatiente.
Para Katz, la religión judía es “una de las más sanas
y puras que existen en la
Tierra ” aunque, según expresó “la gente pervirtió todo el
sistema. Perdí fe en la institución”.
La dictadura militar que gobernaba la Argentina al momento de la Guerra de Malvinas había
autorizado que rabinos llegaran a las islas para brindar apoyo espiritual a los
conscriptos judíos que se encontraban allí combatiendo.
No obstante, la autorización nunca llegó y los
soldados se vieron privados.
Para Katz, hubiera sido importante poder recibir la
visita de un rabino puesto que “espiritualmente me sentía muy abandonado”. “Yo
veía que había curas y chicos de mi edad iban a misa y volvían con una
esperanza, y yo no tenía quien me la dé”, contó. “Si de casualidad me hubiera
querido colar en una misa no me lo hubieran permitido. Lo digo con conocimiento
porque conozco algunos veteranos judíos que intentaron y no los dejaron. Yo
sentí que mi religión me había abandonado. Mi problema fue a la vuelta porque
cuando sí se les permitió (a los rabinos) vernos no les importamos”, indicó.
Silvio mantiene contactos con sus compañeros de guerra
judíos y no judíos. “Mantengo contacto con ex combatientes judíos y no judíos.
Soy parte del Centro de Veteranos de La Matanza y con judíos me reúno cada 15 días, con
todos los que juntos armamos los homenajes el año pasado”, comentó
Katz expresó su malestar con la dirigencia comunitaria
ya que según aseguró éstos “le dieron la espalda” a los soldados judíos que
lucharon en Malvinas. Si bien el año pasado se realizó un homenaje con motivo
del 30º aniversario, luego del mismo se les volvió a dar la espalda.
Consultado sobre este tema, el escritor Hernán Dolbry,
que escribió el libro “Los Rabinos de Malvinas”, consideró que “los veteranos
de Malvinas fueron escondidos por las autoridades gubernamentales de la Argentina en general”.
“La comunidad no escapa a esto. Malvinas es una piedra en el zapato para quien
quiera abordarla ya que todo quien quiera reivindicar la recuperación de las
islas, termina pegado a una ‘gesta’ realizada por un gobierno militar violador
de los derechos humanos”, agregó.
El 14 de junio de 1982 los militares argentinos se
rindieron frente a las fuerzas del Reino Unido. “El día que nos rendimos, aún
recuerdo esa impotencia o sabor amargo que nos dejó el volver con las manos
vacías a los 19 años”, recordó Katz. No obstante, aclaró que hoy “lo vive como
algo natural”, y a diferencia de años anteriores puede “hablar sin que me quede
un dolor”.
Katz contó que durante muchos años no pudo hablar. Hoy
siente que al poder hablar puede cambiar su destino y el de sus hijos, para no
repetirles a ellos lo que vivió en su infancia.
“Soy hijo de un sobreviviente dela
Shoá , mi papá falleció cuando yo tenía 9 años y se llevó
consigo a la tumba todos sus misterios y silencios y yo iba en camino a repetir
lo mismo”, confesó.
“Soy hijo de un sobreviviente de
Para Katz, hablar fue liberador, si bien empezó con
terapia “lo cual me ayudó muchísimo”, luego conoció a los periodistas Hernán
Dobry y Natasha Niebieskikwiat quienes lo ayudaron “sacándome las palabras”.
“Esto me cambió la vida, soy una persona libre y feliz. Sé que es difícil
hacerlo pero si algún veterano de Malvinas no puede hablar tiene que buscar la
manera de hacerlo”, sostuvo.
Los tormentos que sufrió Katz en Malvinas tienen un
responsable con nombre y éste no es precisamente inglés. Eduardo Flores Ardoino
su superior en la guerra fue quien le hizo los días más difíciles solo por ser
judío. Después de años en silencio, Katz lo acusó ante la justicia por torturas
y discriminación.
Al ser consultado por el estado de la causa, aclaró:
“El tema está en la
Corte Suprema y estamos esperando que pase algo pero nada”.
La justicia sería otro paso más en la liberación de esos días amargos que vivió
en el Atlántico Sur.
Por su parte, Dolbry aseguró que si bien todos los
soldados sufrieron tormentos de sus superiores, la situación de los judíos allí
era peor.
Coincidiendo con lo relatado por Katz, que por ser
judío sufrió castigos extras, el escritor aseguró: “En muchos casos, los judíos
sufrieron castigos extras por su condición religiosa, que iban desde el
maltrato verbal hasta el físico. Eso mismo ocurría en los Centros Clandestinos
de Detención donde los judíos eran torturados con mucha más saña que los demás.
No nos olvidemos que las Fuerzas Armadas que recuperaron las Malvinas eran las
mismas que hicieron desaparecer a miles de personas en el país”.
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