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La Guayana Esequiba Instituto Geográfico Simon Bolívar Primera Edición 2005
Tomado de:
Mauricio Perez-Badell
Martes, 25 de octubre de 2011
Nadie nos ha apoyado en nuestra reclamación del Esequibo.
Solo nos apoyan de vez en cuando en los foros internacionales, en temas
marginales que nada tienen que ver con la seguridad e integridad territorial y
eso, pidiéndonos reales.
La política exterior venezolana debe dar de inmediato un giro
de 180°. Durante los últimos 13 años ha sido Neocomunista. Ha sido
cara. Hemos regalado centenares de millones de dólares al exterior en
causas, organismos, países y personas que no valen medio, y que ni siquiera nos
lo han agradecido. Cuba Bolivia, Nicaragua, Ha sido ineficaz.
No nos ha conseguido amigos confiables. Nadie nos ha apoyado en nuestra
reclamación del Esequibo. Solo nos apoyan de vez en cuando en los foros
internacionales, en temas marginales que nada tienen que ver con la seguridad e
integridad territorial y eso, pidiéndonos reales. No hemos sido confiables
frente a quienes nos pueden ayudar. Cada día decimos algo, pensamos otra
cosa, y hacemos todo diferente, metiendo siempre la pata, perjudicando y
comprometiendo la integridad territorial y la verdadera soberanía del país.
Carece de coordinación, y a veces las acciones son
contradictorias. Las decisiones son fruto de la improvisación, actúa bajo
impulsos y en cumplimiento de las órdenes de los hermanos Castro. Del
Canciller para abajo, todos son YES MEN. Del Canciller para arriba, “Como tú
digas Fidel”.
Participamos activamente
en demasiados organismos internacionales que en nada nos han favorecido, y
mucho nos han perjudicado Hemos querido ser Libertadores del mundo,
sin resolver los problemas prioritarios del país: agua, alimentación, vivienda,
salud, educación, seguridad, infraestructura del transporte, almacenamiento y
comunicaciones, teléfonos, correo, puertos, ingeniería sanitaria. Le
hemos prestado el vestido al vecino y nos hemos quedado sin ropa. Nos
encanta darle de comer y techo a los demás, quedándose con hambre y sin techo
nuestra gente.
Estamos de espalda a la historia y al futuro. Seguimos
con un lenguaje tercermundista, populista, chabacano, sin ajustarnos a la nueva
realidad de la liberación de Europa Oriental, la desintegración del bloque Soviético,
la fortaleza de la Unión Europea, Japón, China e India como potencias del
Asia. Vivimos como si nada hubiera pasado. El Muro de Berlín aún no
ha caído en las mentes del régimen, a quien le encanta estar pegados a tiranías
como la Cuba, Irán, Sudan, Zimbabue, Bielorrusia, y de dictadores como
Qadaffi en Libia y la buena joya de Siria.
¿Cómo debe ser
entonces nuestra política exterior? Los problemas de Venezuela se
resuelven dentro de Venezuela, y no fuera de nuestro país. Nuestra
política exterior debe ser un apoyo a nuestra política interna, y no al revés,
como ha sido en los últimos trece años. Nos hemos desangrado regalando dinero y
ahora tierras y aguas a Guyana. comprando chatarras que pagamos con petróleo a
Rusia y Bielorrusia, y en lo interno, un régimen que gasta de cada mil
bolívares, 500 en regalos al exterior, 400 en publicidad y propaganda, 100 en
burocracia, y cero en mantenimiento. Debe ser costo efectivo.
Debemos eliminar todas las donaciones y ayudas internacionales. Ni un
cuartillo para el Tercer Mundo y cobro hasta la última puya de todos los reales
que nos deben nuestros deudores internacionales. No más ayudas, ni
subsidios a organismos, movimientos o personalidades internacionales. Si
los asilables quieren asilarse en nuestro país, que se ganen la arepa con el
sudor de su frente, pero que no se nos arrecuesten. Las guerrillas y
movimientos terroristas que buscan refugio y protección en nuestro territorio,
deben ser invitados a salir. Que se vayan para donde los quieran recibir.
Sólo debemos pertenecer al mínimo de organismos
internacionales que le convenga al país. En América Latina, sólo buscar
asociaciones con México, Brasil, Chile y Panamá, que son los únicos con los
cuales vale la pena asociarse. Todos los demás son unos limpios, no son
socios compatibles, nos quieren quitar territorios, el Esequibo, el
Golfo de Venezuela, o plata.
Nuestra política exterior debe ser coordinada por un personal
reducido, bien pagado y bien adiestrado. Que haga su tarea antes de cada
negociación o reunión bilateral o multilateral con organismos internacionales o
con grupos de varios países. Da vergüenza como un Canciller que ha debido
renunciar para dedicarse al cuidado integral del paciente canceroso, visita
Puerto España y firma un comunicado a la ligerita donde de hecho renuncia a
todo el Territorio Esequibo en reclamación, con todos sus habitantes
venezolanos por nacimiento, mas a las aguas marinas , plataforma
continental y submarina y zona económica exclusiva. Lo único que le falto, fue
agregar la frase que deseaba la Cancillería Guyanesa que se incluyera, de que
“Venezuela no tiene nada que reclamarle a Guyana por el Territorio en
Reclamación al oeste del Rio Esequibo”.
La solución de los
problemas internos de Venezuela tiene prioridad sobre los problemas de los
demás países. Por lo menos tardaremos 15 años resolviendo nuestros
propios problemas, una vez que haya caído el actual régimen neocomunista, antes
de que tengamos recursos y tiempo para ocuparnos en forma marginal y con
muy bajo perfil, de los demás países.
Debemos buscar amigos
leales y confiables. Apartarnos de las malas juntas. Más vale estar
solos que mal acompañados. Hay que buscar, sin mendigar, la amistad, la
confianza, las inversiones y la tecnología de los Estados Unidos, Japón,
Canadá, Unión Europea, Australia, Escandinavia, China, abriéndoles las puertas
a quienes quieran venir a vivir, trabajar e invertir en nuestro país.
Debemos ser
realistas. Dejar de vivir de fantasías, dogmas y mitos que bien caros nos
han salido. Pensar en el país y en los venezolanos. Política
exterior primermundista y entierro del tercermundismo ramplón
neocomunista. Tenemos que reivindicar al Esequibo y no ceder un milímetro del
Golfo a Bogotá, esos deben ser los objetivos mínimos de nuestra Cancillería.
II-¿PERDEREMOS AL ESEQUIBO?
SCHOMBURGK Y EL ESEQUIBO
En 1840, Robert H. Schomburgk, publicó en Londres, “Una
descripción de la Guayana Británica, su geografía y estadística, mostrando sus
recursos y sus capacidades, conjuntamente con sus condiciones presentes y
futuras y los prospectos de la Colonia.
Título largo para una
obra corta, resultado de sus exploraciones en la zona desde 1835 a 1839.
Anexando un mapa “incompleto”, y en el mismo señala el límite reclamado o, que
debiera reclamar Gran Bretaña, a objeto de incluir todos los ríos tributarios
del Esequibo, y al monte Roraima, el cual separaba las aguas del Orinoco y del
Esequibo al Norte, y adoptando al río Corentino, como la frontera oriental.
En esta forma, la colonia tendría una superficie de 76.000
millas cuadradas, aunque el Diccionario Geográfico Universal, publicado en
París en 1828, sólo le asignaba un área de 3.120
leguas. Al estudiar la geología, indica los
bellos fenómenos geológicos de la pirámide natural del Ataraipu, la columna de
Pouraepiapa, y las moles de granito de Comuti o Taquiare, las arenas y
arcillas, propias para las industrias del ladrillo, de la porcelana, del
vidrio, las piedras de construcción, el óxido de manganeso, y los metales de
oro y plata.
Con respecto a la vegetación, afirmó que además de los
cultivos tradicionales del azúcar, café y algodón, podían cultivarse al máximo,
la oliva, el arroz, el cacao, las maderas para construcción y mueblaje; las
plantas medicinales con propiedades febrífugas, la ipecacuana, las gomas y
resinas, el aceite de laurel, las especies como la canela, la pimienta, el
pimentón, la vainilla, la ginebra, los aceites vegetales, el índigo, las frutas
como la piña y la guayaba, el mangle y la cordelería. Existía una palma, la
piezaba, que se encuentra en el Casiquiare y de ella se fabrica un cordel tan
liviano, que flota en el agua y es más durable en la navegación que la mayoría
de los demás cordeles. Como nota curiosa, afirma que la vid también podría
cultivarse, tal como lo hicieron los misioneros católicos en las riberas del
Caura y del Caroní, antes de la Independencia de Venezuela.
Para poblar aquel
inmenso territorio despoblado, y el cual podría alojar a más de 55 millones de
habitantes, solicitaba la inmigración libre e ilimitada, especialmente de
coolies hindúes, de negros de los Estados Unidos y del África, y de cualquier
otra gente de Europa, sirviendo como refugio para cualquier excedente de
población de Gran Bretaña .Tuvo visión al prever la construcción del Canal de
Panamá, y aún están planteadas sus ideas sobre la intercomunicación del
Orinoco, Amazonas y Esequibo.
Aunque sus
aspiraciones sobre lo que deberían ser los límites de la colonia, fueron
acordadas por el laudo de París en 1899, y forman prácticamente los actuales
límites de Guyana, su disciplina científica lo obligaba a reconocer que el 21
de Julio de 1831, las colonias de Demerara, Esequibo y Berbice fueron reunidas
en una sola colonia con el nombre de Guayana Británica. Que los condados
de Demerara y Esequibo se habían unido y que están divididos en parroquias.
Al nombrar las parroquias que se encuentran a partir del río
Esequibo hacia el oeste, señala la de San Pedro, que comprende las islas Leguam
y Hog, la de San Jaime, con las islas Wakenaam y Trooli, todas en la
desembocadura del río, la de San Juan, desde Schoonhooven hasta Capooey Creek y
la de Trinidad desde Capooey Creek hasta el río Pomerón.
Hasta allí era que llegaba la ocupación y la posesión
británica en 1831, o sea, hasta parte de las actuales divisiones territoriales
guyanesas de Islas del Esequibo y Esequibo. Solamente este territorio, hasta el
río Pomerón, era el que ha debido otorgarle el laudo de París a la Gran
Bretaña.
Reconoce igualmente Schomburgk a Venezuela:
-Que reclama como suya la región hasta las bocas del
río Moroco, desde allí hasta la confluencia de los ríos Cuyuní y Mazaruni y por
los bancos occidentales del río Esequibo, hasta la confluencia del Río
Rupununi.
-Que los indios Arecunas, tribu poderosa, son propiamente
habitantes de Venezuela, y que por lo menos 150 viven en los ríos tributarios
al suroeste del Mazaruni.
Necesitamos llegar a un acuerdo justo y equitativo con
Guyana. Ella no es culpable del despojo del cual fuéramos objeto, pero no
puede mantenerse ocupando territorios que no le pertenecen, al Oeste del río
Esequibo, ni nosotros renunciar tales derechos, como lo han hecho el
Canciller y su jefe en la reciente Capitulación Incondicional de Puerto
España.
III-ESEQUIBO: UN POCO DE HISTORIA.
Para Winston
Churchill, en el Volumen 4 de su Historia de los Pueblos de Habla Inglesa,
nuestra disputa fronteriza por la Guayana Británica, solo le ocupa unas pocas líneas.
Inglaterra había accedido al arbitraje, presionada por Estados Unidos, ya que
no podría estar a la vez en la mala con los norteamericanos, y peleando con los
alemanes y con los Boers en Sudáfrica. Las pretensiones inglesas en
Guayana “fueron concedidas en gran parte por el Tribunal”. Interesaba a
Inglaterra cerrar el caso del Esequibo, para dedicarse a la derrota de los
boars y a la anexión de Sudáfrica.
Samuel Eliot Morison,
en su Historia Oxford del Pueblo Norteamericano, Vol. 3, refiere que la
intervención del Presidente Cleveland a favor de Venezuela, en nuestro
conflicto con Inglaterra, ocasionó pánico en Wall Street, y el enfriamiento de
las relaciones anglo-americanas. “Se firmó un tratado entre Gran Bretaña
y Venezuela sometiendo la controversia a arbitraje, y los árbitros decidieron
sustancialmente a favor de los pedimentos británicos. Así se arregló
todo”.
En Febrero de 1896, William E. Curtis, ex-Director de
la Oficina de Latinoamérica, escribió un artículo sobre “Venezuela: Su
Gobierno, pueblo y fronteras”, donde se refiere a las minas ubicadas en
territorio venezolano, que Inglaterra pretendía ocupar, colocando dos navíos de
guerra en las bocas del Orinoco, que solo esperaban cualquier excusa, para
tomar posesión de la totalidad del Distrito Minero. Señalaba Curtis, que
si la decisión estuviera en manos de los mineros, tanto venezolanos como
extranjeros, que explotaban dichas minas, ellos preferían un gobierno inglés,
al de Caracas. Las autoridades venezolanas de la época, en esos
territorios, eran una verdadera plaga y calamidad, cometiendo todo tipo de
abusos y atropellos. En el mapa que anexa a su artículo, comprobamos que
la Venezuela de 1896 limitaba al sur, con el Ecuador, y aún nos pertenecían extensas
zonas en la Guajira, el Meta, y en la ribera occidental del Orinoco.
En la misma edición de
Febrero de 1896, del National Geographic, aparecen artículos sobre la Ruta del
Canal de Panamá, cuando este territorio aún no se había independizado de Colombia.
Un artículo, sobre la posibilidad de construir una comunicación marítima /
ferrocarrilera entre los dos océanos, en el Istmo de Tehuantepec, en
México. Y finalmente, otro artículo sobre el estado de los trabajos para
construir un canal en Nicaragua.
He allí las áreas de
interés norteamericano en el continente a fines del pasado siglo: impedir la
expansión británica. Lograr el control de una ruta o canal marítimo
interoceánico, para unir por vía marítima, su comercio y tráfico entre su costa
oriental atlántica, y su costa occidental del Pacífico.
En Julio-Agosto 1897,
en la misma Revista de la National Geographic, Marcus Baker escribió un
excelente artículo sobre “La Comisión de Límites de Venezuela y sus
trabajos”. Recuerda el ultimátum que el Presidente Cleveland les dio a
los ingleses el 17 de Diciembre de 1895, y los trabajos realizados por la
Comisión nombrada por el Congreso Norteamericano, para determinar cuáles eran
los verdaderos límites de Venezuela en el Territorio Esequibo, y hasta dónde
llegaban los límites de la colonia que Gran Bretaña compró a los holandeses.
Al concluir el arbitraje, el mismo Marcus Baker, publicó en
Abril de 1900, en la misma Revista, otro interesante trabajo sobre “La Disputa
Fronteriza Anglo-Venezolana”. Las pruebas presentadas por nuestros
representantes comprobaron lo justo del reclamo venezolano. Con
resignación, expresa que la sentencia, por lo menos dejó en nuestras manos el
control de las bocas del Orinoco.
Con escepticismo para futuros arbitrajes, destaca las
diferencias entre europeos y norteamericanos, sobre los derechos de
descubrimiento, ocupación, etc.; los derechos basados en las relaciones con los
aborígenes, y los puntos de vista irreconciliables entre ambas actitudes, todo
lo cual debiera tomarse en cuenta, cuando el arbitraje fuera propuesto
nuevamente como un modo de resolver diferencias entre Europa y América.
¿Cuándo volveremos a limitar por el Este, con el Río
Esequibo? No durante la actual administración forajida, malandra y
regaladora de derechos, tierras, aguas y reales a Guyana. Esperemos al
próximo Gobierno democrático.
IV-CLEVELAND, HARRISON Y EL ESEQUIBO
He leído con interés, el caso de Venezuela ante el
Tribunal Arbitral de París, que decidió, falló y determinó nuestra frontera con
la Guayana Inglesa. Observo que necesitamos reimprimir la totalidad del
caso, con todos los volúmenes, anexos y mapas, presentados tanto por Venezuela
como por la Gran Bretaña. Rápidamente pudiéramos hacer una impresión de
la versión en inglés. Hay quienes atacan el fallo y a quienes nos
representaron. Solo se han leído la sentencia. No el caso completo.
Mi segunda observación, es que somos un pueblo
desagradecido. El Presidente Cleveland, casi va por nosotros a la guerra
con Inglaterra. La Comisión nombrada por el Congreso Norteamericano para
determinar nuestros límites en el Esequibo, realizó una labor ejemplar.
Varios volúmenes, que debemos publicar, contienen los resultados de sus
trabajos. Falsa es la afirmación del Gran Comandante Historiador, de que fue
una componenda entre los Estados Unidos y Gran Bretaña, ni entonces, ni cuando
el Acuerdo de Ginebra. Luego del ultimátum, Inglaterra acepto ir al Arbitraje, pero
con la condición de que ningún venezolano fuera ni arbitro ni defensor de
nuestros derechos, ya que éramos indios, no hablábamos ingles y nuestro
sistema de derecho no se basaba en el derecho común del caso, sino en el Código
Napoleónico. Por ello, norteamericanos sirvieron de árbitro y
defensores nuestros.
David J. Brewer, miembro de la Corte Suprema
Norteamericana. Richard H. Alvey, Presidente de la Corte de Apelaciones
del Distrito de Columbia. Frederick H. Coudert, miembro distinguido del Colegio
de Abogados de Nueva York, y quién habría aconsejado a los Estados Unidos, en
el caso del arbitraje del mar de Bering. Andrew D. White, historiador y
diplomático. Dr. Daniel C. Gilman, geógrafo y Presidente de la
Universidad de Johns Hopkins.
Severo Mallet Prevost, abogado de Nueva York, fue el
Secretario de dicha Comisión, a la cual se unieron posteriormente el Profesor
George L. Burr, de la Universidad de Cornell, quien fue enviado a Holanda para
investigar los archivos holandeses. Justin Winsor, del Harvard College,
historiador y cartógrafo del Continente Americano y el Profesor J. Franklin
Jamison, de la Universidad de Brown, conocedor de la historia de los holandeses
en América, completan el ilustre equipo de investigadores que se dedicó a
tiempo completo al servicio de la causa de Venezuela.
Debemos igualmente
mencionar a los norteamericanos que nos representaron ya como jueces, ya como
defensores, ante el Tribunal Arbitral. Como Jueces: Fuller, Presidente de
la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. Brewer, miembro de la
misma Corte. Nos defendieron ante el Tribunal Arbitral: El General
Benjamín Harrison, ex-Presidente de los Estados Unidos. El General
Benjamín Tracy, quien había sido Sub-Secretario de Marina; James Russell Soley,
y el competente Secretario, Severo Mallet Prevost.
¿Quién los recuerda? ¿Cuál calle, plaza,
avenida, aldea o ciudad lleva el nombre en Venezuela, de cualquiera de esas
personas que nos defendieron, mientras Cipriano Castro y su gente nos invadían
por el Táchira y el país, al igual que hoy, se caía en pedazos?
A todos los miembros de la Comisión Norteamericana de Límites
de Venezuela, a los Jueces norteamericanos en el Tribunal Arbitral, a nuestros
Defensores en el mismo Tribunal, y a los Presidentes Cleveland y Harrison, mi
homenaje y reconocimiento.
Un caso que teníamos
ganado, se derritió en nuestras manos, frente a un Castro alzado y victorioso
que derrotaba a las fuerzas del gobierno del General Andrade. Ante esa
perspectiva, aceitada con el soborno al ruso Martens, Presidente del Tribunal
Arbitral, la decisión, para ser unánime, tuvo que ser como fue. Hoy, como
consecuencia de la Traición a la Patria, firmada en Puerto España, se vuelven
a derretir los derechos de Venezuela sobre el territorio nacional
comprendido por la Zona en Reclamación al oeste del Esequibo, incluyendo
sus áreas marinas.
Si los dos jueces norteamericanos hubieran salvado su voto,
perdemos no sólo las bocas del Orinoco, sino que en la actualidad no tendríamos
ni al Estado Delta Amacuro, ni los Distritos Roscio y Piar del Estado
Bolívar. Debemos cerrar definitivamente el caso del Esequibo, pero no
regalándolo. Entendámonos con Georgetown. Eliminemos dos actitudes.
La de los que predican la toma por la fuerza de todo nuestro territorio en
reclamación, hasta el Esequibo. Eliminemos igualmente la actitud de los
cómodos, los ignorantes o los irresponsables, que predican el olvido de nuestra
reclamación, o regalan dicho territorio a Guyana, como la Cancillería actual,
abandonando a nuestros compatriotas venezolanos que habitan el oeste del
Esequibo y en especial a los amerindios.
V-COMO NOS QUITARON EL
ESEQUIBO
De conformidad con el artículo 3° del Tratado de
Arbitramento firmado en Washington el 2 de Febrero de 1897 entre Gran Bretaña y
Venezuela, el objeto del arbitraje era el siguiente: “El Tribunal investigará y
se cerciorará de la extensión de los territorios pertenecientes a las
Provincias Unidas de los Países Bajos o al Reino de España, respectivamente, o
que pudieren ser legítimamente reclamados por aquellos o éste, al tiempo de la
adquisición de la Colonia de la Guayana Británica por la Gran Bretaña, y
determinará la línea divisoria entre los Estados Unidos de Venezuela y la
Colonia de la Guayana Británica”.
Venezuela demostró con todo género de pruebas, sus títulos
hasta el Esequibo.
Sin embargo, tenemos que aplicar las otras reglas del
arbitraje para determinar cómo ha debido ser la sentencia.
A) La primera regla establecía que: “Una posesión adversa o
prescripción por el término de cincuenta años constituirá un buen título.
Los árbitros podrán estimar que la dominación política exclusiva de un
Distrito, así como la efectiva colonización de él, son suficientes para
constituir una posesión adversa o crear título de prescripción”.
Si aplicamos esta regla, la sentencia pudo adjudicarle a Gran
Bretaña, los territorios al Oeste del Esequibo comprendidos en sus actuales
Distritos Essequibo y Essequibo Islands. Es decir, la costa atlántica al
oeste del Esequibo, hasta el río Pomarón, por el noroeste, y por el sur, la
población de Bartica, en la confluencia del Cuyuní y Mazaruni con el Esequibo.
B) La regla segunda imponía a los árbitros la facultad de poder “reconocer y
hacer efectivos derechos y reivindicaciones que se apoyen en cualquier otro
fundamento válido conforme al derecho internacional, y en cualesquiera
principios de derecho internacional que los Árbitros estimen aplicables al caso
y que no contravengan a la regla precedente”. La sentencia ha podido
reconocerle a Inglaterra en último extremo, todo el territorio al oeste del
Esequibo y al norte del río Caroní, hasta el meridiano 59°, en el oeste.
C) Por la tercera regla, “Al determinar la línea divisoria, si el Tribunal
hallare que territorios de una parte ha estado en la fecha de este Tratado
(1897) ocupado por los ciudadanos o súbditos de la otra parte, se dará a tal
ocupación el efecto que, en opinión del Tribunal, requieran la razón, la
justicia, los principios de derecho internacional y la equidad del caso”.
El Tribunal ha podido acordar a los ciudadanos o súbditos que se hallaren
comprendidos en esta situación, y nunca a Venezuela o Inglaterra, como Estados,
los derechos y garantías que hubiere estimado convenientes. Tales como,
el seguir ocupando el territorio en forma pacífica, con todos sus bienes y
familiares; el fijarles un plazo de hasta 50 años para la desocupación, o cualesquiera
otra medida fundada en la razón, justicia, equidad y principios de derecho
internacional. Esto se hubiera aplicado en la práctica a los súbditos
británicos ocupantes de nuestro territorio ya que no había un solo ciudadano
venezolano ocupando territorios al este del Esequibo.
Sin embargo, el 3 de
Octubre de 1899, hace 112 años, el Tribunal Arbitral de París, dictó su
Sentencia. No decidió el objeto fundamental del arbitraje. Falló,
sin aplicar ninguna de las tres reglas del compromiso arbitral arriba
señaladas. Solo decidió, determinó y falló que la línea de demarcación
entre Venezuela y la Guayana Británica, seguía una línea equivalente a nuestros
actuales límites con el Territorio en Reclamación.
Pero aún más. Se
excedió en sus facultades y atribuciones, al establecer algo que no se le había
sometido a su consideración, ni por el Compromiso Arbitral, ni por las Partes
durante el juicio, y que nada tenía que ver ni con el objeto de dicho arbitraje
ni con sus reglas; al fijar la mencionada línea de demarcación, los Árbitros
consideraron y decidieron que “en tiempos de paz, los Ríos Amacuro y Barima
quedarán abiertos a la navegación de los buques de comercio de todas las
Naciones, salvo todo justo reglamento y el pago de derechos de faro u otros
análogos, a condición de que los derechos exigidos por la República de
Venezuela y por el Gobierno de la Colonia de Guayana Británica con respecto del
tránsito de buques por las partes de dichos ríos que respectivamente les
pertenecen, se fijen a las mismas tasa para los buques de Venezuela y los de la
Gran Bretaña, la cual no excederá a la que se exija de cualquiera otra
Nación. Queda también entendido que ningún derecho de Aduana podrá ser
exigido, ya por la República de Venezuela, ya por la Colonia de la Guayana
Británica, con respecto de mercancías transportadas en los buques, navíos o
botes pasando por dichos ríos; pero los derechos de aduana serán exigibles
solamente con respecto de las mercaderías desembarcadas respectivamente en
el territorio de Venezuela y en el de la Gran Bretaña.
La anterior cláusula,
debe ser respetada indefinidamente por Venezuela, en cualquier tipo de
negociación que celebre con Guayana.
VI-LA BATALLA DEL ESEQUIBO: CUARENTA Y CINCO AÑOS PERDIDOS
(1.966-2.011)
El venezolano que ensamble el globo terráqueo publicado en la
revista World de la National Geographic correspondiente al mes de
diciembre de 1975, se encontrará con una sorpresa desagradable. No
aparece nuestra zona en reclamación en el territorio de Guyana al oeste del
Esequibo, la cual equivale a más de 55.333 millas cuadradas, más de las dos
terceras partes de la superficie total de Guyana.
Si aparece en cambio,
la legítima reclamación de la República de Surinam sobre el triángulo formado
por el Nuevo y el Viejo Río Corentino, equivalente a unas 7.000 millas
cuadradas, menos de una décima parte del territorio actualmente ocupado por
Guyana.
Igual observación
puede formulársele al Atlas Mundial de la misma National Geographic Society en
su Tercera Edición Revisada, la cual sólo incluye la reclamación de Surinam e
ignora la nuestra.
Acuerdo de Ginebra:
Un 17 de febrero de 1966, firmamos con Guyana el “Acuerdo de
Ginebra”, mediante el cual se aprueba el encontrar una solución práctica
a nuestra reclamación v El 15 de Abril de 1966, el Congreso lo aprobó.
Quema de nuestra Bandera:
El 13 de Septiembre de 1966 se autorizó la creación de
nuestra Embajada en Guyana. Un mes después, como gesto de agradecimiento,
el Gobierno de Georgetown estimuló una poblada que el 15 de Octubre de 1966
quemó nuestra Bandera Nacional y asaltó nuestro Consulado en Georgetown.
Rupununi:
El 2 de Enero de 1969 la población amerindia venezolana del
Rupununi y ciudades como Lethem, Buena Esperanza y Annai se sublevaron contra
Georgetown y pidieron su anexión a Venezuela. La rebelión fuera aplastada
por el aparato represivo de Burnham. .
Protocolo de Puerto España:
El 18 de Junio de 1970 firmamos en Trinidad con el Gobierno
de Guyana el llamado Protocolo de Puerto España, en virtud del cual se
prorrogaron las negociaciones entre las partes por doce años. Georgetown
ratificó el Protocolo ¿En qué va a parar la reclamación en manos de la actual
Cancillería y de su Jefe? Después de 102 años, ¿Continuará el
despojo y la ocupación ilegal de Guyana en todo nuestro territorio al oeste del
Esequibo?
VII-LA CREACION DEL ESTADO ESEQUIBO
Una vez que salgamos del actual régimen neocomunista, hay que
reivindicar al territorio usurpado. Necesitamos soluciones
prácticas para tal efecto.
Nacionalidad venezolana para los Esequibos
Todos los nacidos al oeste del Esequibo, son ciudadanos
venezolanos por nacimiento, sin tener en cuenta si su origen étnico es
amerindio, hindú, africano, chino o portugués. Son venezolanos
esequibos. Necesitamos organizar en cada diez kilómetros de nuestra
frontera con Guyana, Oficinas de Registro Civil, en las cuales se inscriban
dichos pobladores y se les otorgue nuestra cédula de identidad, RIF, pasaporte,
licencia de manejar ,registro electoral y demás documentos de
identificación,. Dado el carácter nómada de los amerindios, los mismos
deberían ser considerados venezolanos por nacimiento aunque hubieren nacido al
este del Esequibo, por ser hijos de padre o madre venezolana.
Tratamiento especial a las Inversiones en la Zona en
Reclamación
Todas las inversiones que ya se hayan realizado o que se
realicen en el futuro en el Territorio en Reclamación, deben ser consideradas
como inversiones nacionales exoneradas de todo tipo de impuestos, y en
consecuencia, no pagarían ningún tipo de impuesto ni derechos aduaneros de
importación al ser introducidas a nuestro país para el consumo interno de
Venezuela o para su exportación a terceros países durante cincuenta años. Todas
las concesiones y contratos celebrados por Guyana con cualquier persona natural
o jurídica, pública o privada sobre la explotación de los recursos existentes
en el Territorio en Reclamación, deben ser respetados por nuestro país,
sustituyéndose éste al Gobierno de Guyana en dichos contratos o compromisos, en
el mismo instante de la reivindicación de nuestro territorio. Los derechos y
obligaciones sobre el oro, los diamantes y la bauxita esequiba deben ser
respetados a sus legítimos operadores.
Creación del Estado Esequibo
La creación inmediata del Estado Esequibo es una necesidad
prioritaria. Su capital provisional podría ser Tumeremo o El Dorado, y su
capital definitiva, Lethem, en el Rupununi.
Vigencia del Decreto No. 1512
Por Decreto No. 1512 de fecha 9 de Julio de 1968, se trazó la
línea de nuestras costas entre la línea divisoria del Río Esequibo y Punta
Araguapiche, y se reservó los derechos de soberanía de Venezuela sobre la zona
del mar territorial cuya restitución se reclama de Guyana, es decir, la faja de
tres millas de ancho a lo largo de las costas del Territorio comprendido entre
la boca del Río Esequibo y la boca del Río Guainía, así como de las aguas
interiores en dicha zona, delimitadas por la línea de base recta prevista en
dicho Decreto.
Tal Decreto está vigente. En virtud del Artículo 6° del
mismo, varios ministerios además de la Cancillería, quedan obligados a
cumplirlo. ¿Cuándo es que el Líder intercosmico comenzara a cumplir y
hacer cumplir este Decreto vigente? No me hago ninguna ilusión, en quien
obedece a los hermanos Castro, antes que a nuestra Constitución.
Año 2013: El Esequibo será nuestro
El 2013 debe ser el año del rescate de nuestra Guayana
Esequiba. Todos los esfuerzos de los venezolanos deben ser guiados a
lograr tan alto objetivo patriótico. Un Laudo arbitral nulo e irrito nos
arrebató hace 102 años, el 3 de Octubre de 1899, más de 55.333 millas cuadradas
de nuestro territorio. El jefe de Estado que le anuncie al país que bajo
su mandato, Venezuela recuperó su soberanía sobre todo el Territorio en
Reclamación habrá realizado algo que ningún Gobierno anterior pudo
lograr. Con esa hazaña, si se pasa a la Historia. Diferente a la de
quienes firmaron la Traición de Puerto España, así como de quien la ordeno
firmar. Mientras tanto, no nos olvidemos de Guyana, que ella nos tiene
muy presente en cada uno de sus actos.
VIII-UNA PROPOSICION QUE GEORGETOWN NO PUEDE RECHAZAR
No me gusta el regateo. Ni pedir mucho, para
después conformarme con nada, o con muy poco. Evalúo mis propias
posibilidades y las de la otra parte y trato siempre de hacer proposiciones que
por lo justas y equitativas, faciliten el entendimiento y la solución rápida,
pero correcta, y definitiva, de los problemas que manejo.
Mi idea básica consiste en dividir, en dos partes
aproximadamente iguales, a toda la Zona en Reclamación y a las áreas marinas y
submarinas del Esequibo. Tal solución, no constituirá precedente para
ninguna de las Partes, en sus negociaciones con Terceros. A la vez, en el
caso del Esequibo, el acuerdo incluiría la libre navegación de los ríos
comunes, el libre comercio y tránsito de personas y bienes originarios de, o
producidos en Guayana y Venezuela, el respeto a la Nacionalidad que deseen
mantener o adquirir los actuales habitantes del territorio en reclamación, los
cuales nosotros consideramos venezolanos por nacimiento, y Guyana a su vez
considera guayaneses por nacimiento. Igualmente, el respeto a todos los
derechos adquiridos por cualquiera persona natural o jurídica guyanesa o
extranjera, en cualquier actividad económica que desarrolle en dicha
zona. El mantenimiento del idioma inglés, conjuntamente con el
castellano, como idioma oficial de la zona que recuperemos, y la adaptación de
nuestra legislación interna a los usos, costumbres y legislación actual de ese
territorio, son objetivos básicos que debemos respetar.
En cuanto a fronteras y límites, he combinado el curso de la
vaguada de los ríos, las montañas, saltos y cataratas conocidas, con meridianos
y paralelos que permitan garantizarle a ambas partes, estabilidad y precisión
en sus fronteras, en forma permanente y duradera, facilitándoseles de su actual
ocupación, en el caso de Guyana, sin necesidad de “Comisiones Mixtas
Demarcadoras” que enreden una demarcación simple, y ocasionando el mínimo de
molestias y mudanzas a los pobladores de las zonas a dividirse.
Propongo la siguiente línea para finiquitar la reclamación
del Esequibo:
Venezuela reconoce a Guyana el territorio ocupado por sus
actuales divisiones territoriales “Esequibo” e “Islas del Esequibo”, el cual
corresponde con ñapa y todo, al Territorio que hubiera adquirido legítimamente
Inglaterra, al oeste del río Esequibo, aplicando las reglas del arbitraje.
Guyana, reconoce a Venezuela el territorio ocupado por Guyana
bajo la denominación de “Nor-Oeste”, el cual comprende todos los ríos que
desembocan en el Delta del Orinoco, y reconoce al Sur, hasta el río Mazaruni, o
sea incluyendo el territorio entre el río Cuyuní y el Mazaruni.
Con respecto al Territorio del Rupununi, partiendo del punto
de las fronteras entre Guyana y el Brasil se encuentra el meridiano que corta
la cabecera del río Totowauitara-Illiva, luego siguiendo por dicho río, el cual
es el intermedio entre el río Rupununi y el Esequibo, se seguiría hasta su
desembocadura con el Rupununi, siguiendo por el Rupununi hasta su desembocadura
en el Esequibo. Por el Esequibo aguas abajo, hasta la desembocadura
del río Potaro, y por este río aguas arriba, hasta la población de Kangaruma,
desde la cual se tiraría una línea recta hasta las orillas del río Mazaruni, en
la población de Issano. Todo el territorio al oeste de dicha línea, sería
venezolano, guyanés, el Territorio al este.
La delimitación de las áreas marinas y submarinas, se haría
sobre la base del paralelo del punto donde la mar corta el comienzo de la
frontera terrestre, siguiendo en dirección este, hasta encontrar el Meridiano
que corta la vaguada del Esequibo en el lugar donde desemboca en el Océano
Atlántico, y de allí al este, siguiendo una línea recta de 45° de inclinación,
hasta encontrar las áreas marinas de un Tercer Estado.
IX-Consecuencias de la Traición de Puerto España:
De los pocos acuerdos positivos en los trece años de la
Asamblea Nacional , solo dos defienden la integridad territorial del país: El
primero, del 21-11-05, mediante el cual se reitera ante nuestro pueblo y ante
la comunidad internacional la plena soberanía de Venezuela sobre la Isla de
Aves, ubicada en el Mar Caribe, en rechazo a las declaraciones emitidas como un
globo de ensayo, por el Primer Ministro de Antigua y Barbuda, el Canciller de
Dominica y el Director General de la Organización de Estados del Caribe
Oriental el 08-11-05,los cuales irresponsablemente replantearon su no
reconocimiento de nuestra soberanía sobre nuestra Isla de Aves otorgada
definitivamente a Venezuela por el Laudo Arbitral dictado por la Reina Isabel
II de España el 30 de junio de 1.865.,Laudo reconocido en los Tratados de
Delimitación de Fronteras Marinas celebrados con los Estados Unidos, Reino de
los Países Bajos, y Francia. El segundo, el Acuerdo del 17 de agosto de 2001,
mediante el cual, reitera la posición que ha sido tradición oficial y que desde
1.962 ha acompañado las relaciones entre Venezuela y Guyana, sobre la
conciliación, solución pacifica y satisfactoria de la controversia sobre el
territorio en reclamación, que sea justa, duradera y aceptable para ambos
pueblos con miras al proceso de integración de los países de América Latina y
el Caribe. Han transcurrido diez años de silencio cómplice .Rescatar el
Esequibo no le ha quitado el sueño a ninguno de los próceres del “proceso”.
Hace unos meses, el Canciller Guyanés exigió a Venezuela que
formalmente abandonara la reclamación sobre el territorio que Guyana usurpa
desde el 26 de mayo de 1.966, hace más de 45 años. Con una Cancillería
mejor organizada que la nuestra y en manos de profesionales y no de
improvisados y empíricos, seguramente exigió que le presentaran por escrito lo
que en uno de sus momentos de euforia, el Gran y Querido Líder les había
expresado. Fui uno de los pocos venezolanos que publico una nota de replica a
dicho Canciller. La Casa Amarilla, se quedo muda.
Luego vino el escándalo de la petición de Guyana de
establecer unilateralmente, sin el consentimiento ni consulta previa con
Venezuela, sus fronteras marinas. Ya nos había notificado desde hacía años, y
Cancillería seguía muda. La patriótica oposición venezolana repudio tal
pretensión. El régimen, en un débil comunicado cantinflerico, ataca más a
nuestra oposición democrática que a Guyana. En las Naciones Unidas, Chito en
Boca. Más importante que la creación del Estado Palestino, es la creación de
nuestro Estado Esequibo, comprendiendo todo nuestro Territorio en Reclamación.
La debacle y la traición, se realizo en Puerto España, donde de la noche a la
mañana le entregamos de hecho a Georgetown toda la tierra, y prácticamente nos
limitamos a solicitar la delimitación de las áreas marinas que generan las
costas del Estado Delta Amacuro. No me extraña que entre gallos y medianoche
firmen un Tratado con Guyana, renunciando a todo formalmente, teniendo la
cachaza de decirnos que “Triunfamos”, ya que Guyana reconoció al Estado Delta
Amacuro, y por consiguiente a Venezuela, una pequeña salida al Atlántico, y no
nos encerró, como pretende en la actualidad.
Todo este show mal montado y peor manejado por una
Cancillería en pésimas manos, nos traen otros problemas. Por un lado, Grenada y
los demás países del Caribe Oriental con quienes aun no hemos definido nuestras
fronteras marítimas, se reirán de nosotros, y harán lo que les de la gana. Por
el otro, Bogotá y la Logia Santander, se establecerán como meta antes de que entregue
el Santo que no es ningún Santo, el que de la costa seca actual en la Guajira,
Bogotá nos cierre la salida al Caribe, arrancándonos y trancándonos el Golfo de
Venezuela. Lo menos que pueden hacer tanto el presunto heredero, como su
causante es renunciar.
Nota del editor del blog: Al referenciarse a la
República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de
territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de
Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de
febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el gobierno
Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservo sus derechos
sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966
al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por lo tanto, Venezuela reconoce como
territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del
río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana,
a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el Espacio de Soberanía
Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto
Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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