Las guerras intestinas traducen una lucha, ya impolítica, por
cuanto descarta la negociación o parlamento entre dos bandos irreconciliables,
para preservar o alcanzar el poder. Esto es, la hegemonía. Ambos bandos o
sectas, son tercos en la voluntad de eliminar o aplastar sencillamente al
adversario mediante la aplicación de la fuerza bruta.
22 Jul, 2017 | “La paz, pedimos la paz, lo mínimo que puede
pedir un pueblo…”, así declamaba, con sentido tono elegíaco, un día cualquiera
de 1948, Jorge Eliécer Gaitán, el líder indiscutido del liberalismo
revolucionario colombiano. El 9 de abril de ese mismo año caía acribillado a
balazos en una céntrica calle bogotana.
Se iniciaba así uno de los períodos más sangrientos y
difíciles en la historia del hermano país. Caudalosos ríos de sangre y lágrimas
han anegado desde entonces hasta hoy el espacio y la historia de Colombia. Se
sabe así entonces de qué manera y por qué comienzan las guerras (in)civiles. La
de España fue otra historia de dolor y profundos desgarramientos. Aún son
notables hoy en día.
Al igual que las sufridas por los centroamericanos, los
sudafricanos e irlandeses del norte, los del sur del continente americano, los
griegos e italianos, luego de la II Guerra Mundial bosnios, montenegrinos,
serbo-croatas, los del centro, el norte y el “cuerno oriental” de África, los
que pueblan el levante y el oriente medio, los de las penínsulas indochina y
malaya.
Las guerras intestinas traducen una lucha, ya impolítica, por
cuanto descarta la negociación o parlamento entre dos bandos irreconciliables,
para preservar o alcanzar el poder. Esto es, la hegemonía. Ambos bandos o
sectas, son tercos en la voluntad de eliminar o aplastar sencillamente al
adversario mediante la aplicación de la fuerza bruta.
Como en la guerra entre naciones, no hay límite o contención
alguna en el uso de dicha fuerza hasta someter al adversario a plegarse a
nuestra voluntad. (Cf. Clausewitz: “De la guerra”). A ningún individuo
medianamente racional escapa, que sea como fuere, hoy se halla nuestra patria
venezolana, sumida en una las más grandes, complejas y difíciles crisis en la
historia de los últimos 100 años.
Tormentas y tiempos borrascosos, sin duda, hemos pasado.
Asonadas, golpes de estado, pronunciamientos, insurgencias populares, hasta
magnicidios plenan las páginas de la historia criolla. Las intervenciones
extranjeras no han solido ser, desde luego, discretas e infrecuentes. Al
contrario, el factor petrolero las ha exacerbado.
El problema de las fronteras en el costado occidental, y en el Esequibo, tienen también peso e influencia. El caso es que
parece hemos llegado al final del camino de la pugna civilizada. Es decir de la
política. Si no la reinventamos ahorita mismo, si por mala fortuna, por
demencial irresponsabilidad de la dirigencia, la obviamos y apartamos, todo se
habrá consumado.
Es la paz o la guerra. No existen más opciones. No hay otras.
2005 La Guayana
Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar
Primera Edición
La Guayana Esequiba Zona en
Reclamación
Terminología sobre cómo referenciar
la Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.
Nota del editor del blog:
Al referenciarse a la República
Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de
territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de
Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de
febrero de 1966.
Territorios estos sobre los cuales el
Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservó sus
derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo
de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:
“...por lo tanto, Venezuela reconoce
como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha
del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva
expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se
encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el
territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva
expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de
Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento
hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar
Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de
Julio de 1968
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