miércoles, 31 de mayo de 2017

Ejército intensifica presencia en frontera amazónica




El Comando Militar de la Amazonia en conjunto con agencias gubernamentales lleva a cabo acciones sorpresa para combatir los delitos transfronterizos.
Andréa Barretto/Diálogo | 5 mayo 2017
CAPACITACIÓN Y DESARROLLO En alianza con el IBAMA, el Ejército confiscó 3.359 metros cúbicos de madera en la región sur del estado de Roraima. (Foto: Ejército de Brasil)
Con 984 militares dispersos a lo largo de 1.920 kilómetros de la frontera brasileña con Venezuela y Guyana, la Operación Curaretinga da seguimiento a una serie de actividades llevadas a cabo por el Comando Militar de la Amazonia (CMA), para combatir los delitos transfronterizos. Realizada entre el 23 de marzo y el 3 de abril, esta fue la novena edición de la Operación Curaretinga que ejecuta la 1.ª Brigada de Infantería de Selva, con sede en Boa Vista, capital del estado de Roraima. En la operación, el Ejército estuvo presente en los 15 municipios del estado, que tiene más del 46 por ciento de su territorio demarcado como tierra indígena.

Con la Policía Federal, los militares identificaron una actividad ilegal de minería en las orillas del río Uraricoera. Fueron confiscados 1.790 gramos de oro en poder de 12 personas. (Foto: Ejército de Brasil)
Pero los militares no actuaron de forma aislada. Como es típico de esta operación, las actividades tuvieron lugar en alianza con 86 profesionales de 26 agencias gubernamentales, entre las cuales está la Policía Federal, la Policía Federal de Carreteras y el Instituto Brasileño del Medioambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA). “Esto promueve una suma muy importante, porque cada uno actúa dentro de su especificidad, lo que contribuye para que la operación sea más eficaz”, afirmó el Mayor Rodrigo Luiz Soares Evangelista, oficial de Comunicaciones de la 1.ª Brigada de Infantería de la Selva.

Las operaciones interagenciales ya eran una práctica de las Fuerzas Armadas, pero la disposición para adoptar este modelo fue reforzada por el Decreto N° 8.903, firmado en noviembre de 2016 por el presidente Michel Temer. Este instituyó el Programa de Protección Integrada de Fronteras, con el objetivo de fortalecer la prevención, el control, la vigilancia y la represión de los delitos transfronterizos. El documento definió como una de sus directrices “la actuación integrada y coordinada de los órganos de seguridad pública, los organismos de inteligencia, la Administración Federal de Ingresos Públicos, el ministerio de Hacienda y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas”.

En la Operación Curaretinga, se llevaron a cabo acciones conjuntas como por ejemplo, las patrullas fluviales. Durante una de ellas, los militares del Ejército y los policías federales arrestaron a 12 personas con 1.700 gramos de oro extraído ilegalmente, además de un motor utilizado para extraer el metal precioso y un teléfono satelital. En el balance final de la operación fueron confiscados 2.733 gramos de oro y fueron detenidos 28 civiles involucrados en la minería ilegal, practicada dentro de la Tierra Indígena Yanomami.

Junto al IBAMA, el Ejército confiscó 3.359 metros cúbicos de madera, también extraída de forma ilegal en la región sur de Roraima. Con la Policía Federal de Carreteras, la atención estuvo enfocada en la vigilancia de las vías terrestres que unen a Brasil con los países vecinos. Para ello, fueron armados 47 puestos de bloqueos y control de carreteras, durante los cuales los policías y los militares revisaron casi 6.000 vehículos.

Medios empleados

De los 984 militares que participaron en la Operación Curaretinga, la mayoría eran de la 1.ª Brigada de Infantería de la Selva, pero la acción también contó con participantes del 6.º Batallón de Ingeniería de Construcción y del 4.º Batallón de Aviación del Ejército, todos subordinados al CMA.

Tanto los militares del Batallón de Ingeniería como los de Aviación jugaron un papel clave para facilitar la movilidad de los equipos. “Roraima tiene zonas muy desiertas, de difícil acceso, principalmente dentro de las tierras indígenas”, dijo el May. Rodrigo Luiz. “Los miembros del Batallón de Ingeniería ayudaron a recuperar los caminos y los puentes para mejorar nuestro acceso, [así como el de los pobladores]. Asimismo, los miembros del Batallón de Aviación ayudaron en el transporte de tropas por medio de sus aviones”, añadió.

Niños y adultos residentes en la zona fronteriza de Roraima resultaron beneficiados con acciones de cuidado personal y estética durante la Operación Curaretinga. (Foto: Ejército de Brasil)
Los helicópteros también fueron utilizados en patrullas aéreas, lo que permitió la identificación de actividades sospechosas en tierra, como los focos de degradación ambiental en el medio de la selva, que llamaron la atención a la posible extracción ilegal de madera. El 4.º Batallón de Aviación usó cuatro aviones en la Operación Curaretinga. Para las actividades de patrullaje en los ríos, fueron movilizadas 11 embarcaciones, principalmente lanchas. El Ejército también empleó 115 vehículos para transportar sus tropas por todo el territorio de Roraima.

Médicos y dentistas del Ejército también atendieron más de 3.400 casos sanitarios en las comunidades que viven en las zonas fronterizas. Las actividades de carácter social, en ocasión de la operación, también ofrecieron cortes de pelo y otros cuidados estéticos para niños y adultos, además de recreación.

Atención a los límites amazónicos

Otra Operación Curaretinga debe llevarse a cabo en 2017, así como una Operación Curare, que es más amplia. “Pero no podemos revelar el período en el que están previstas estas acciones porque puede comprometer la eficacia de la operación”, dijo el May. Rodrigo Luiz.

Por lo tanto, la realización de operaciones de carácter sorpresa es una decisión estratégica del CMA. “Actualmente, está previsto que este tipo de acciones [operaciones fronterizas] sean realizadas en períodos cortos de manera inadvertida, con gran apoyo de actividades de inteligencia y, cuando sea posible, con el apoyo de los órganos de seguridad pública y las agencias gubernamentales”, afirmó el General de División Antônio Manoel de Barros, comandante del Centro de Operaciones del CMA.

Con estas características, en 2017 fueron llevadas a cabo la Operación Abraço y la Operación Relâmpago. La primera, realizada por cerca de 50 militares del 61.º Batallón de Infantería de Selva (61.º BIS), que usó de forma simultánea, tropas del CMA y del Comando Militar del Oeste para llevar a cabo una amplia vigilancia a lo largo de toda la región fronteriza con Bolivia y Perú. Esta operación abarcó del 15 al 24 de febrero, cuando inició la Operación Relâmpago, todavía sin fecha prevista para terminar.

La Operación Relámpago cuenta con 70 militares del 61.º BIS concentrados exclusivamente en la frontera con Perú. “Las operaciones están justificadas por el hecho de que la región fronteriza de Brasil, que abarca los estados de Rondônia y Acre, es reconocida por su uso como ruta para el narcotráfico internacional, un acto delictivo que, si no es combatido adecuadamente, genera problemas de seguridad pública en los grandes centros urbanos del país y del extranjero”, subrayó el Gral. de Div. Barros. Rondônia y Acre limitan con Bolivia y Perú, respectivamente. La intención del CMA “es intensificar las acciones con estas características, con el objetivo de aumentar la eficiencia y la eficacia de las actuaciones para restringir la libertad de acción de organizaciones delictivas que operan en la zona”, afirmó.

El CMA tiene como responsabilidad un área de 9.762 kilómetros de frontera con cinco países: Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Guyana. Para llevar a cabo la seguridad de esta zona, la unidad cuenta con alrededor de 20.000 hombres y mujeres organizados en cuatro brigadas, seis batallones, una compañía especial de frontera y 23 pelotones especiales de frontera, seis de los cuales están en el estado de Roraima, donde fue realizada la operación Curaretinga.

Las operaciones complementan las actividades de los pelotones en la frontera, que actúan 24 horas al día y todos los días del año, principalmente destinadas a combatir los crímenes transnacionales.


2005 La Guayana Esequiba – Zona en Reclamación. Instituto Geográfico Simón Bolívar
Primera Edición

La Guayana Esequiba Zona en Reclamación
Terminología sobre cómo referenciar la Zona en Reclamación-Guayana Esequiba.


Nota del editor del blog:

Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.

Territorios estos sobre los cuales el Gobierno Venezolano en representación de la Nación venezolana se reservó sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana:

“...por lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
  



Mapa que señala el Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como   Mar    Territorial mediante el Decreto Presidencial No 1152 del 09 de Julio de 1968

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