http://noticiaaldia.com/2012/02/donde-esta-valerie-hart-ramon-alberto-escalante/
Un momento luminoso fue aquel silenciado año de 1953, cuando
con el respaldo mayoritario de la opinión pública venezolana, Marcos Pérez
Jiménez, reactivó la queja y se la planteó al Secretario de Estado
Norteamericano, única vía posible de gestión, en medio de la Guerra Fría.
Estaba reciente el escándalo Mallet-Prevost, la confesión póstuma de uno de los
asistentes de los jueces de 1899, donde se expuso la corrupta gestación del
fallo a favor de Inglaterra.
Valerie
Hart, por Miguel Herbonniere, 2008 a partir de una fotografía tomada en Caracas en enero de 1969
Tomado de:
Ramón Alberto Escalante
De la pérdida del Esequibo (139.500 kilómetros cuadrados que
equivalen al 15 % del territorio venezolano, otro porcentaje importante de
plataforma continental y de la zona económica exclusiva) sobresalen momentos
notables, casi todos decepcionantes. Primero, el pobre-país sin ejército, sin
tesoro, sin diplomacia, casi sin gobierno, aquel año de 1899 cuando Inglaterra,
la primera potencia mundial impuso el Laudo Arbitral violando todas las normas
del derecho internacional, tan mal redactado el fallo, tan grotesca la
parcialización de los jueces, que apenas si escribieron unas líneas de parte
motiva y en la dispositiva se fueron “ultra petita”, es decir, le reconocieron
a Inglaterra mucho más de lo que formalmente ésta reivindicaba.
En 1966, ocupando la totalidad de esa “Zona en Reclamación”,
nació la República Cooperativista de Guyana, con sólo 215.000 kilómetros de
territorio, es decir, que el área históricamente venezolana configura las dos
terceras partes de su territorio. Un nuevo país tercermundista, de corrientes
izquierdistas en su seno, muy heterogéneo en lo étnico, lingüístico, religioso
y también político.
Cuando el litigio dejó de ser contra Inglaterra y en su lugar
quedó la pequeña Guyana, Venezuela perdió parte de sus argumentos de
reivindicación. Ahora la inmensa y rica Venezuela lucía desmembrando a su
pequeño país vecino. Pero todavía hubo una oportunidad más, el año nuevo de
1969, con la Rebelión pro-venezolana del Rupununi guyanés.
Entonces hubo un alzamiento masivo en esa provincia guyanesa,
protestando contra la falta de atención del gobierno de Georgetown. Se
proclamaron independientes de Guyana y planteaban la posibilidad de crear un
nuevo país o sumarse a Venezuela. Por varios días pareció posible que Venezuela
ocupase esa zona o por lo menos prestase ayuda logística y militar a las
multitudes declaradas en rebeldía, incluso los líderes de la revuelta volaron
hasta Caracas para implorar apoyo. Pero aunque el episodio causó conmoción en
Venezuela y preocupación en toda el área, la revuelta fue reprimida y Rupununi
“pacificado”.
¿Por qué Venezuela no aprovechó la sortaria coyuntura para
revertir el despojo territorial? Primero, porque los dos presidentes
venezolanos del momento –Raúl Leoni saliente pero todavía a cargo y Rafael
Caldera, electo pero sin tomar posesión- no quisieron arriesgarse. Leoni estaba
viejo, enfermo, ya su partido había perdido las elecciones. Caldera, porque
quizás consultó a la Embajada Norteamericana y ésta desalentó la idea, o quiso
ganar tiempo, en todo caso, su moderación aquel 1969 contrasta infinitamente
con el discurso nacionalista de 1941, cuando era Diputado y protestaba contra
la pérdida de la Guajira en el gobierno de López Contreras.
También habrá pesado el aspecto racial. El Rupununi que se
alzó era mestizo, indígena, negroide, un poco musulmán, otro tanto hindú,
santero, no hispano ni católico, es decir, practicantes de varios cultos y con
los dialectos creole como lengua. Pienso que la Venezuela idílica de los años sesenta
no quiso sumar ese cuerpo extraño a la Nación.
Del episodio sobresale un nombre: Valerie Hart, la líder del
movimiento secesionista, que vino a Venezuela, habló con los políticos, declaró
a los medios, “puso la cara” y con eso se condenó a la pena eterna (traición a
la patria guyanesa) y al ostracismo. Se declaró venezolana pero Venezuela no la
asumió. Terminó exiliada en Texas, no se si aún vive.
Valerie Hart, enero de 1969
Valerie Hart, una mujer morena, tenía treinta y cinco años,
su familia era ganadera y ya fungía como diputada guyanesa por el Rupununi.
Tuvo mucho que arriesgar, incluso una progenie de cinco hijos pequeños. Su
actuación, que debió estar determinada por muchas circunstancias, atómicamente
tiene el mismo peso patriótico de todos los próceres que leemos en los libros
de historia y festejamos en los días patrios.
¿Dónde está Valerie Hart? Venezuela ha honrado en la tercera,
cuarta y quinta repúblicas a muchos próceres que fungieron como tales por un
solo día. Esa muchacha expuso todo lo que tenía y pudo reintegrarle al país
parte de su territorio perdido. ¿Se merece o no que la localicen y enaltezcan?
(*) Abogado y Politólogo raescalante@hotmail.com
Nota
del editor del blog: Al referenciarse a la República Cooperativa de Guyana se
deben de tener en cuenta los 159.500Km2, de territorios ubicados al oeste del
río Esequibo conocidos con el nombre de Guayana Esequiba o Zona en Reclamación
sujetos al Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966.
Territorios
estos sobre los cuales el gobierno Venezolano en representación de la Nación
venezolana se reservo sus derechos sobre los territorios de la Guayana Esequiba
en su nota del 26 de mayo de 1966 al reconocerse al nuevo Estado de Guyana .
“...por
lo tanto, Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado, el que se sitúa
al este de la margen derecha del río Esequibo y reitera ante la comunidad
internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía
territorial sobre la zona que se encuentra en la margen izquierda del precitado
río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual
Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el
nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomando éste
desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico...”
Mapa que señala el
Espacio de Soberanía Marítima Venezolana que se reserva, como Mar Territorial mediante el Decreto Presidencial
No 1152 del 09 de Julio de 1968.
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