martes, 15 de noviembre de 2011

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Tomado de:


Visión GENERAL


América Latina es de importancia global en el futuro de los bosques, sus recursos y sus funciones, ya sea de producción maderera o productos no-maderables, de regulación del agua, de conservación de la biodiversidad, o como almacén del carbono. En los últimos veinte años los países latinoamericanos han surgido como líderes mundiales en el reconocimiento de la tenencia forestal comunitaria, con más de 200 millones de hectáreas de tierras forestales actualmente administradas, o propiedad de, comunidades indígenas o forestales, mayormente en las regiones tropicales de las tierras bajas de Centroamérica y los 9 países de la Cuenca Amazónica. [Basado en la Evaluación RRI y OIMT de tenencia forestal tropical 2009 (en inglés)]. Con el control estatal reducido a aproximadamente el 36% en las tierras forestales de América Latina, este reconocimiento masivo de los derechos sobre importantes tierras y recursos forestales ha abierto nuevas oportunidades para avanzar los derechos humanos e indígenas, mitigando la pobreza, y teniendo éxito en el manejo sostenible de los bosques.

Sin embargo, estas tareas pueden ser abrumadoras, puesto que América Latina todavía es la región con la mayor desigualdad de ingreso del mundo, con las poblaciones rurales, dependientes de los bosques, indígenas y afro-descendientes constituyendo una parte importante de la masa pobre. Estas comunidades enfrentan un problema por partida triple: (1) la mayoría están en regiones extremadamente remotas de sus países, (2) todavía tienen que lidiar con derechos inseguros o incompletos sobre sus tierras y recursos, resultando en confusión, ilegalidad, conflicto, y pobreza creciente, y (3) la seguridad de los derechos ya reconocidos de los grupos indígenas y comunidades locales está siendo desafiada cada vez más.

Crecen las presiones por causa de la expansión de las actividades extractivas y de la conservación. El grado de solapamiento geográfico de las tierras forestales locales con estos intereses externos ha llevado a conflictos cada vez mayores en los cuales las comunidades locales están en una gran desventaja. Los líderes locales — la mayoría de los cuales gobiernan sus territorios forestales colectivamente —han tenido que cambiar su foco de atención a la defensa de sus derechos a la tierra y territorios, especialmente de las tierras tituladas recientemente.

El trabajo de RRI en América Latina tiene un fuerte énfasis en fortalecer la capacidad para la defensa de los derechos de acceso a los recursos forestales, al igual que a los beneficios derivados de los mismos. Al mismo tiempo se abordan las inquietudes por el avance de nuevas reformas legales sobre la tenencia de la región.

La organización de las labores de coalición en América Latina está enfocada en la colaboración en países prioritarios, y en un compromiso y diálogo más amplio a nivel regional. RRI prioriza trabajar en países donde existen las oportunidades para fomentar reformas y demostrar impacto de importancia en ambos frentes. En América Latina las áreas de prioridad de RRI son:

Nivel 1: BoliviaGuatemala
Nivel 2: Nicaragua, Perú

En las siguientes secciones lea más sobre el contexto de la estrategia de RRI en América Latina, al igual que sobre los resultados estratégicos.

CONTEXTO, AMENAZAS CLAVES Y RETOS

Las labores de RRI en América Latina se enfocan en las tierras bajas y áreas forestales de las fronteras agrícolas de la Amazonía y América Central. Estas áreas representan vastas extensiones de tierras forestales tropicales en donde indígenas, campesinos y afro-descendientes dependen en gran medida de los recursos de la tierra para su subsistencia. Es en estas áreas donde el mayor reconocimiento de los derechos de tenencia ha ocurrido - en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, y Panamá, y otros lugares donde hay una necesidad de defender estos derechos. Además, el reconocimiento de los derechos territoriales está pendiente en varios países, tales como Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y Venezuela.

Como se pudo identificar a través del proceso Listening, Learning, and Sharing (LLSL) [Escuchando, Aprendiendo y Compartiendo] y en la colaboración posterior con los Socios y Colaboradores de la región, RRI ve tres principales amenazas a los derechos a la tenencia forestal en América Latina: (1) el incremento de las concesiones extractivas de petróleo, minería y energía en los territorios comunales forestales; (2) la expansión de la agricultura a grande escala en los territorios comunales forestales, especialmente para el cultivo de biocombustibles; y, (3) el creciente interés e inversión en mecanismos para el cambio climático, tales como REDD y REDD+, y otros proyectos de conservación en territorios comunales forestales.

Extracción petrolera, minera y de energía

En los últimos años la concentración geográfica de intereses económicos en—o debajo de—los territorios forestales y tierras comunales es trascendental, e incluso alarmante. La enorme expansión de concesiones del subsuelo en todos los bosques de la región para extracción minera y de hidrocarburos amenaza los derechos y recursos de las comunidades forestales, a menudo en casos donde el consentimiento libre, previo e informado no ha ocurrido.

Expansión agrícola a grande escala y producción de biocombustibles

Aunque los bosques tropicales de América Latina siempre han sido objeto de la deforestación y degradación por parte de las operaciones agrícolas a grande escala, el creciente predominio de los biocombustibles como materia prima valiosa ha acelerado este proceso. Las plantaciones de palma, soya, y caña de azúcar destinadas a convertirse en biocombustibles refinados amenazan con invadir los territorios de las comunidades forestales en toda la región, y reducir el acceso a la tierra y a los recursos vitales para su supervivencia.

REDD y los proyectos de conservación

En los últimos tres años el gran legado forestal y la baja densidad de la población forestal de América Latina (comparada con Asia) ha atraído inversionistas interesados en los proyectos de mitigacion y compensación, y estos están en búsqueda de firmas tempranas a los acuerdos. Estos inversionistas tienen poco conocimiento sobre, ni se preocupan, por las consecuencias que esto puede tener sobre los derechos de tenencia y los medios de subsistencia locales. Con un avance de financiamiento e inversiones en la infraestructura para la integración, y el hecho de que la mayoría de todos los países claves de Centro y Suramérica están involucrados en programas para estar listos para REDD, se le puede poner aun más presión a los gobiernos para que ignoren o deroguen los derechos que actualmente tienen las comunidades forestales. Al mismo tiempo, la industria de la conservación está proponiendo agregar más tierras forestales a las áreas protegidas, a pesar de que ya en la Cuenca del Amazonas existe un solapamiento de casi 30% entre los territorios indígenas y las áreas protegidas.

Gobernanza Territorial

En este contexto amenazante, la capacidad de comunidades locales y de sus organizaciones para defender sus derechos y gobernar sus territorios es ahora cada vez más exigente y complejo. Las comunidades forestales indígenas, afro-descendientes y campesinas enfrentan el reto de proteger sus territorios titulados en contra de las intromisiones constantes y el retroceso de sus derechos.

A menudo los territorios forestales cubren grandes áreas y están habitados por comunidades y grupos étnicos diversos. La toma de decisiones sobre la gobernanza territorial y el manejo de los recursos naturales, especialmente en tierras tituladas recientemente, implica un proceso elaborado dentro de los territorios y también en cuanto a la representación ante el Estado y otros actores externos.

En muchos casos, las comunidades forestales carecen de una base amplia de apoyo político dentro de sus respectivos países, a pesar de las victorias sobre las políticas internacionales. A nivel nacional los intereses de la industria extractiva, y aún de algunos sectores de conservación a grande escala tienen más influencia que las agendas de las comunidades forestales. Estos intereses están cada vez más realzados por el “boom” en los precios globales de las materias primas, haciendo que más actores se interesen en los recursos forestales, ya sea para su explotación o para su conservación. La importancia de incrementar la capacidad de gobernanza en estas regiones continúa siendo vital para fortalecer los derechos y preservar los medios de subsistencia de las comunidades forestales.

Oportunidades

En la próxima década es más probable que la sociedad civil y las organizaciones indígenas se hagan aliadas de organizaciones similares en regiones biofísicas y políticas parecidas, movilizándose alrededor de agendas comunes para tratar o resistir amenazas de acaparamiento, promocionadas por el estado o por entidades privadas, de tierras y recursos en nombre del clima, crecimiento económico, conservación, suministro de energía, o producción de agro-combustibles. A nivel territorial será crucial enfatizar la consolidación de las estructuras de gobernanza indígenas y de otras comunidades. Se debe también incrementar su capacidad para resistir o negociar más exitosamente con estos actores externos. Se necesita exponer las consecuencias negativas y proporcionar alternativas al solapamiento y a las políticas y jurisdicciones contradictorias de los organismos del Estado. Ahora que REDD trae mayor preocupación regional por sus definiciones de autonomía sobre los territorios y recursos, emergen desafíos adicionales para las comunidades forestales indígenas y no-indígenas en cuanto al entendimiento de las consecuencias de REDD y el como formular estrategias coherentes. Tener mecanismos para la participación informada de las comunidades forestales en todas las actividades planeadas en sus territorios es un factor clave para evitar resultados potencialmente perjudiciales para los derechos y el sustento de estas comunidades, y por ende, la preservación de los bosques.

ESTRATEGIA DE RRI EN AMéRICA LATINA

Al reflexionar sobre estos retos a nivel territorial, nacional y regional, RRI tiene tres resultados estratégicos para el 2012 que guiarán la estrategia de RRI en América Latina. Estas metas son:
Las organizaciones indígenas, campesinas, comunidades tradicionales y otros residentes claves de los bosques fortalecen su capacidad de administrar, controlar y defender sus territorios.
Las organizaciones territoriales claves (indígenas, afro-descendientes, extractivista) y sus aliados incrementan su la capacidad para incidir en los ámbitos estratégicamente relevantes en la toma de decisiones a nivel nacional y regional.
Los planes nacionales de REDD y REDD+ en la región incorporan los temas de derechos y forestería comunitaria

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