sábado, 9 de julio de 2011

Centenario de la Plaza Farreras (El Esequibo)

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 El 5 de julio de 1911, a cien años de la declaración de la Independencia y como homenaje a uno de los hombres que lucharon por ella, el Gobierno del estado Bolívar le construyó una Plaza al General, Ascensión Farreras.


El General Francisco Linares Alcántara, a quien los bolivarenses preferían distinguir con el nombre de “Panchito” para no confundirlo con su padre homónimo, extrañó cuando llegó a esta tierra, no encontrar nada que recordara la existencia del prócer de la independencia sudamericana, Ascensión Farreras, y decidió construirle una Plaza con su nombre, pero los citadinos rara vez la identificaban como “Plaza Farreras” sino como “Plaza del abanico” por el diseño tan parecido a ese instrumento con el cual las damas antañonas espantaban el sofocante calor del trópico.


Realmente, Abraham Tirado, ingeniero contratado, le dio esa forma semicircular parecida también a la cola de un pavo real, más aún cuando le sembraron palmas y en el vértice un Chaguaramo que creció más de la cuenta.

La Plaza fue construida en un ángulo de la calle Piar con Bolívar. Pero fue el sucesor, General Arístides Tellería, a quien le tocó ejecutar la obra de acuerdo con el plano propuesto por el ingeniero Abraham Tirado, para lo cual destinó 4.033,75 bolívares.


Se utilizó cemento romano en sus aceras, piso de ladrillos y en el centro una fuente de agua, pero como el lugar era anegadizo hubo que rellenarlo y explanarlo con 3 mil carros de tierra, levantada medio metro sobre el nivel de la calle.


La Plaza Farreras permaneció hasta 1967 que el Gobernador Pablo Gamboa Rivero le mandó a pasar tractor para convertir el espacio en un parqueadero de vehículos.

Ascensión Farreras era hijo de esclavos y se enroló en el ejército libertador. Participó en varias de las acciones militares que se liberaron desde el Orinoco hasta el Perú.

Don Félix Farreras, el primer abogado que tuvo la ciudad, adquirió dos negros bozal procedentes del Esequibo, de nombres Melchor Ambrosio y Juana Nepomucema y por consentimiento de ambos hizo que el cura parroquial Fray José Moreno los casara el 16 de agosto de 1770. De esa unión nació Ascensión Farreras diez años después (1780), adoptando el apellido de los amos de sus padres.

Ascensión Farreras comandaba una Flechera realista durante la conquista de Guayana y tal como posteriormente lo hiciera su paisano Tomás de Heres en el sur con el Batallón Numancia, se pasó con ellas al bando patriota, reforzando así las escasas unidades de las Fuerzas Sutiles del Orinoco comandadas por el Capitán margariteño Antonio Díaz.

Aceptado en las filas patriotas, Ascensión Farreras debutó con el grado de Teniente en la batalla de La Hogaza, el 2 de diciembre de 1817. A partir de allí participó en todas las batallas que se dieron hasta el Perú. Finalizada la campaña del Sur, regresó a Guayana donde llegó a ser Comandante de Armas. 

Bajo el gobierno (1851-55) de José Gregorio Monagas, Primera Lanza de Venezuela y Libertador de los esclavos, Ascensión Farreras fue ascendido a coronel efectivo del Ejército (1853) y cinco años luego (1857) el Presidente José Tadeo Monagas lo designó Comandante de Armas de la Provincia de Guayana. El 20 de diciembre de 1861, en plena dictadura de Páez y en los albores del triunfo de la Guerra Federal, fue ascendido a General de Brigada y el 12 de febrero de 1864, el general Juan Crisóstomo Falcón, primer Presidente a raíz de la victoria de la Guerra Federal, lo ascendió a general de división. Tenía 94 años. Once meses después, 18 de enero de 1865, moriría.

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