martes, 27 de abril de 2010

Indígenas intentan reunir fuerzas contra hidroeléctrica en Amazonía







26 de abril de 2010

Fuente: Terra (AFP)

Los indígenas del río Xingú, que cuentan con el apoyo del director de la película 'Avatar', James Cameron, intentan reunir fuerzas para impedir la construcción de la hidroeléctrica Belo Monte, en la Amazonía, destinada a ser la tercera mayor represa del mundo.


Líderes indígenas de varias etnias se reunieron este lunes en la "Casa del Indio" en Altamira, el municipio donde se prevé la obra, para organizar su oposición a la hidroeléctrica que será construida en plena selva."Estamos buscando apoyo para traer a los caciques de todas las aldeas del Xingú, para definir qué haremos", explicó en entrevista telefónica a la AFP el cacique Luiz Xipaya, presidente del Consejo Indígena de Altamira.


Los indígenas habían anunciado la ocupación y construcción de una aldea en los territorios donde el gobierno quiere erigir la represa, pero ese proyecto fue aplazado hasta garantizar más apoyo.


Con 11.000 MW de potencia y un costo estimado en 11.000 millones de dólares, la gigante represa pretende ser la tercera mayor del mundo, detrás de Tres Gargantas en China e Itaipú en la frontera de Brasil y Paraguay.


Según datos oficiales, el proyecto inundará un área de 500 km2 junto al río Xingú y acarreará 16.000 desplazados.El director de la taquillera "Avatar", el canadiense James Cameron, que ha dado eco internacional a la campaña contra la represa, dijo que quiere hacer un documental en 3D sobre la resistencia aborigen al proyecto, en entrevista divulgada por el diario O Globo este lunes."Ellos (los indígenas) me explicaron que la hidroeléctrica causará un daño irreparable al ecosistema, que no podrán pescar ni cazar, que perderán sus tierras", dijo Cameron."Nuestra tienda de abastecimientos es la selva, nuestro supermercado el río", expresaron 62 líderes indígenas en un reciente manifiesto contra la obra. "No queremos que se metan con los ríos del Xingú (...) y no aceptamos la hidroeléctrica Belo Monte", declararon.


Los indígenas también cuentan con el apoyo de la Iglesia Católica, principalmente a través del Consejo Misionero Indigenista.Ambientalistas, indígenas y pobladores locales que se oponen al proyecto consideran que la obra significará un dramático impacto en la selva, que afectará a miles de familias de pobladores locales y que, para alcanzar toda su potencia, deberá extenderse en el futuro con represas adicionales en áreas indígenas.


A pesar de la fuerte oposición, perdieron la batalla judicial contra el gobierno para impedir su licitación, que fue realizada el martes pasado y donde ganó un consorcio nacional con fuerte presencia estatal.El presidente Luiz Inacio Lula da Silva volvió a defender este lunes la construcción de la represa reiterando en su programa semanal de radio que no afectará áreas indígenas y que tiene garantías ambientales.


Lula también dijo que la obra, que representará el 11% de la potencia instalada en Brasil, es un imperativo para "un país que quiere ser la quinta economía del planeta en la próxima década y ofrecer garantía de energía a los inversionistas".


El ministro de Energía, Marcio Zimmermann, anunció el viernes que la obra comenzará a más tardar en setiembre. "Se trata de la usina más planificada del mundo. Fueron cinco años de estudios ambientales y no podemos esperar más", dijo.

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