Por Raymond Colita
Tomado de http://lta.reuters.com
BRASILIA (Reuters) - A medida que se acelera la deforestación de la Amazonía, políticos y funcionarios brasileños describen con cada vez mayor frecuencia a grupos extranjeros que trabajan en la selva como una amenaza a la seguridad nacional que debe ser controlada.
Ejércitos invasores, ladrones de plantas medicinales, espías están entre las razones que esgrimen funcionarios en Brasilia para justificar medidas más duras, como límites a la propiedad de tierras y restricciones a las actividades de grupos ecologistas.
Nacionalistas, especialmente en los círculos militares y de inteligencia, han cobijado desde hace mucho teorías conspirativas sobre extranjeros que planean hacerse con los recursos de la Amazonía.
Pero en los meses recientes, un período que ha coincidido con un aumento en la tasa de destrucción de la mayor selva tropical del mundo, su voz se ha vuelto más fuerte y más pública.
Algunos legisladores están preocupados por negocios extranjeros que compran tierras en la Amazonía.
"La creciente adquisición de tierra de parte de extranjeros en la Amazonía es una amenaza a nuestra seguridad nacional, necesitamos imponer restricciones ahora," dijo el senador Joao Pedro a Reuters.
El Gobierno acusa a algunas organizaciones no gubernamentales de biopiratería -robar plantas medicinales para uso farmacéutico-, pero ha entregado pocas evidencias.
Este mes, el Gobierno dijo que podría cerrar a las ONGs extranjeras que no entreguen resúmenes detallados de sus operaciones. Ellas se deben registrar con media docena de autoridades, entre ellas la policía federal, y revelar los títulos académicos y la residencia de sus directores
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