martes, 13 de octubre de 2009

Oro entre realidades científicas y fantasías mentales



Tomado de:
http://nuevaprensa.com.ve/content/view/29646/2/


Escrito por Guillermo Tinoco M.


lunes, 12 de octubre de 2009


Según las noticias oficiales del Mibam, esta semana pasada, Venezuela tiene 15.500 toneladas de oro en sus reservas naturales. Pero esto hay que analizarlo con cuidado. También se informa que este oro tiene en el mercado un valor estimado de 100.000.000.000 de dólares imperiales. También hay que analizarlo con más cuidado que lo primero.


En el mercado del oro (y el de los metales preciosos en general y específicos, ambos) al igual que el del petróleo, otras materias primas de estratégico manejo e interés, no se puede llegar improvisando y mucho menos con improvisados. Todo lo contrario. Se debe llegar con un plan muy bien diseñado y con especialistas maduros en el tema.


Encuentro en la declaración del vocero oficial un error cuantitativo: 15.500 toneladas de oro minero, refinados y con su chap de garantía de pureza 23,999 kilates, serían 496.000.000.000 de onzas de oro FINO. El fixing o precio en los mercados marcadores, London Metal Exchange (LME) y el New York Stock Exchange (NYSE), cerró este pasado viernes a US$ 1.049 la onza, lo que sería entonces no los 100 mil millones de dólares a que se refiere el alto vocero, se quedó cortico, sino 520 mil millones de dólares (US$ 520.000.000.000, algo menos pero cercano al ingreso total de los tres gobiernos del señor presidente Chávez 1999-2009).


Estudios de CVG Tecmin, de los años 70 y 80 del siglo pasado, ejecutados con la máxima severidad científica, con el aval científico del Servicio Geológico de los Estados Unidos, utilizando tecnología de máxima punta remota e in situ, señalan que las reservas probables e inferidas de Venezuela estarían sobre las 10.000 toneladas de oro, pero para cubicarlas con data creíble y aceptable por las Bolsas de Metales del mundo, que es en donde se captan y logran los capitales para una de las más rentables pero a su vez riesgosa inversión que se conozca: la minera, implicaría esfuerzos científicos-tecnológicos-geológicos-mineros-técnico-financieros-sociales-económicos-ambientales-culturales; todos ellos, que llevan en su ejecución años y especialistas que sean tales. Y aquí los tenemos.



Es bueno recordar que El Esequibo, esa porción venezolana arrebatada por la rapiña colonial inglesa combinada con la desatención que se daba a esos territorios en aquellos tiempos, de ausencia absoluta del Estado como tal, tiene según las cubicaciones que el Real Servicio de Geología de Inglaterra hizo en los años 60, 70 y 80 del siglo XX, unas 25.000 toneladas de oro de amarillo Número 1, igual al color del oro venezolano. Bueno, ese es también venezolano, ¡pero con soberanía guyanesa!


Los sabios con “S” mayúscula que tenemos en Venezuela, de minería aurífera, deberían ser consultados, así fuere a título no vinculante, ya que estos temas no deben ni pueden ser diseñados por aprendices, si acaso a eso llegan algunos voceros y encargados. Aunque en el Mibam y la CVG hay gente de la más alta calidad profesional, conocedores de estos temas tan especializados, pareciera que no son los que preparan estas vocerías, pues no caerían en errores tan elementales. Conocemos al viceministro de Minas, ambos fuimos testigos en el caso del juicio que la entonces Corte Suprema de Justicia (hoy TSJ) hizo sobre la explotación minera de la Reserva Forestal de Imataca y por tanto, conocemos de sus buenos conocimientos del asunto minero y su vocación ambientalista.


Hace 7 meses señalábamos en esta columna que el oro se encaminaba a romper todos los registros de precios en los últimos 300 años. Así ha sido. Dejó de ser sólo refugio monetario, lo sigue siendo, para convertirse en materia prima vital para cientos de usos y aplicaciones que la tecnología y la Nanotecnología, ciencia espacial, usos médicos, especialmente anticancerosos, ha facilitado. Con tanto potencial que tenemos y de lo que nos estamos perdiendo, con esos precios que seguirán subiendo, entre otras muchas cosas, por la creciente demanda en China e India y el desarrollo de tecnologías que requieren de ese metal maravilloso que es el oro... !!!


La minería no petrolera históricamente nunca ha aportado más del 1% al Producto Interno Bruto venezolano, pero para regiones como Bolívar, representa el 23% de su PIB. Cuando se habla de romper la dependencia de los hidrocarburos, en la minería no petrolera tiene el país una excelente oportunidad. No sólo de oro, coltan, manganeso, hierro, bauxita, arcillas, uranio, calizas, otros muchos minerales, también su industrialización para agregar valor interno nacional. Tenemos el ejemplo de Chile, Perú, Bolivia, Colombia y México, y la Cuba minera, Brasil, Argentina, entre otros muchos ejemplos, cercanos y lejanos, y de cómo se aprovechan los recursos naturales minerales científicamente. Qué beneficio sería para el país que esa “imaginación” que algunos tienen para crear fantasías mentales, hablando de volúmenes y montos supuestos, se aplicaran al proceso de verdadero aprovechamiento de los recursos que disponemos, los minerales, los humanos y la potencialidad financiera que nos ofrece el petróleo. Pero…será objeto de otra columna.

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