lunes, 23 de julio de 2012

Cacería en la selva a grupo ilegal de buscadores brasileños de oro

http://www.laopinion.com.co/noticias/index.php?option=com_content&task=view&id=400368&Itemid=30

Tomado de:

Jérôme Vallette / Regina, Guayana Francesa

(AFP) | 22 de julio de 2012

La tranquila aldea de Regina, a orillas del río Aproak, una vía de abastecimiento de los buscadores ilegales de oro en la Guayana Francesa, es escenario de la persecución de la banda del brasileño Ferreira Manoel Moura, alias Manoelzihno, sospechosa de haber matado en junio a militares.

Son 120, entre ellos una decena de hombres del GIGN, unidad de élite de la gendarmería francesa, y de su homólogo guayanés, acostumbrados al clima húmedo y caliente, para perseguir a una banda criminal a través del bosque ecuatorial y sus gigantescos ríos.

Los investigadores les consideran sospechosos de haber matado el 27 de junio a dos suboficiales del 9º Regimiento de Infantería Marina (RIMA) que patrullaban una de las zonas de búsqueda de oro más productivas de la Guayana.

Ese día, en Dorlin (sureste), a 60 km de Surinam, tres gendarmes fueron heridos durante un choque “de violencia poco común”, con armas de guerra de calibres de 5.56 mm y 7.65 mm.

Las autoridades volvieron 15 días después para recuperar el control del lugar donde, como mucho, quedan “una decena de ilegales”.

La persecución se realiza desde Regina, convertida en cuartel general de la operación, porque los sospechosos, fuertemente armados y dirigidos por Ferreira Manoel Moura, alias Manoelzihno, un brasileño de 25 años buscado por asesinato en Surinam y sospechoso de otros crímenes en Guayana, han recorrido mucho camino.

Desde Dorlin, una parte de la banda huyó hacia el corazón del Parque de la Amazonia, en los alrededores de Saul, tras atracar a los “garimpeiros” (buscadores de oro ilegales) de los que aún no controlaba los pozos excavados en las colinas. Cargados de oro, descendieron hacia el litoral en piragua por el río Aproak, hacia Regina (este), a menos de 90 km de Brasil, donde hirieron a dos pescadores cuando intentaban robarles su embarcación.

De los ochos sospechosos identificados en junio, no serían más que cuatro los hombres buscados actualmente en esta zona.

“Pueden esconderse durante semanas”

Chalecos antibalas reforzados -”los que paran las 5.56”, según un oficial- cascos, vallas, fusiles y ametralladoras francesas Famas reglamentarias equipan al centenar de hombres desplegados en los 110 km de la Nacional 2 que separa Cayena de Regina, en dirección al este.

A 25 km de Regina, sobre la pista de Belizon, otra ruta del oro ilegal, el puesto de control, permanente desde el inicio de la operación Anaconda en 2008, ha sido reforzado.

A la entrada de Regina, dos camiones de color caqui cortan la Nacional, flanqueados por coches de patrulla. Cuatro policías, con las armas en la mano, revisan los maleteros de los automóviles: “¿de dónde vienen ustedes?, ¿a dónde van? ¿Se han cruzado con peatones?”, preguntan.

“Mejor, gracias a los controles ahora hay menos ilegales”, apunta una empleada municipal”. “El problema no está ahí”, se deja llevar un antiguo buscador de oro; “la culpa es del Estado francés, por haber dejado actuar a los garimpeiros durante tantos años”.

Sin embargo, “los sospechosos no tienen nuestra noción del tiempo”, advierte un funcionario, “son hombres de la Amazonia, que pueden esconderse y esperar durante semanas”.


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